Triste pero cierto.|| 2Seok.

26

''Aún estas a tiempo de remediar todo, ¿Por qué esperas tanto? No lastimes a nadie más, cambia tu forma de ser y verás como todo mejorará, notarás como las cosas fluyen de forma agradable. Anda, hazlo posible por el bien tuyo y los que te rodean.''

Seokjin no comprendía aquella misteriosa voz que le indicaba lo que debía hacer, solo pensaba que se volvería loco si seguía así, intentaba hacer caso omiso pero persistía, podía ser su consciencia o tal vez su demencia, no lo sabía pero ella siempre estaba allí.

Prefirió no prestarle mas atención a esa extraña voz aunque si se detenía para analizar las breves palabras que no era mala idea, lo estaban animando a decirle la verdad a Hoseok y después de todo creía que había llegado la hora y dolía de cierta manera.

Se pasó toda la mañana caminando sin rumbo alguno por las calles, su cabeza lo tenía sobrellevado, la culpa le estaba carcomiendo las entrañas y la necesitada de que ese secreto saliera a la luz le estaba matando intensamente. Un secreto se puede ocultar, pero, ¿A qué costo? ¿Acaso el costo era Hoseok? De ser así, en serio su momento había llegado sin darle una señal en particular o en su camino las ignoró todas por cobardía.

Detuvo un taxi mencionado una zona no muy transitada, al llegar bajó y le pagó al conductor. Una vez ahí, se dispuso a realizar una llamada desde un teléfono público sin ser visto.

Marcó el número para esperar a que la otra persona contestará, el tiempo había culminado, la balanza debía tener su equilibrió y con ello aquella familia la paz que por años les negó.

-¿Hola? -dijo aquella voz conocida para Seokjin. Tragó grueso pensando bien lo que diría.

-¡Yesung! -exclamó con voz apacible.

-¿Seokjin, eres tú? -pronunció un tanto confundido.

-Si soy yo... Tanto tiempo ¿No? -dije con un sabor amargo en la boca.

-¿A qué se debe esta repentina llamada? -expresó sorprendido. ¿Quién no? Hasta él mismo se sorprendía.

-Es que... -buscaba las palabras correctas- Haré lo correcto, pagaré mi silencio. -susurró.

-¡¿Estás hablando en serio, Seokjin?! -gritó del otro lado de la línea.

-Sé que te sorprende y en parte... -calló unos instantes- Te alegra, pero... Si lo haré.

-Me parece genial, ¿Dónde estás?

-Rastrea este teléfono y lo sabrás, aquí te espero.

-Así sera, no te vayas salgo en estos momentos.

Aquella llamada finalizó.

Las lágrimas salieron de sus ojos sin su permiso bañando sus mejillas, no comprendía el por qué pero se sentía tan feliz, tal vez su cuerpo se estaba relajando al saber que haría lo que debió haber hecho hace mucho tanto tiempo atrás. Analizó y se interrogó sobre esto, aún así solo llegó a la conclusión de que el motivo en definitiva era él. Su Hoseok.

-''Prometo cambiar, tú no te mereces a alguien que te trate mal. Así que si esto es lo que debo hacer, prepárate, no sera fácil de asimilar.''

Al cabo de dos horas llegó Yesung uniformado se le notaba el profesionalismo que portaba, le debía su máximo respeto y su gran ayuda en todo momento. Pero ahora necesitaba otro tipo de ayuda, uno que le indicara como mejorar sus cambios repentinos de humor y su violencia, principalmente.

Tenía claro que Hoseok al saber lo que ocultaba se iría, de ser así quería al menos verlo una vez más, en algún futuro. Que pudiera darle la oportunidad de amarlo, como tenía que ser desde el principio. Sabía que el menor estaba roto.

Sintió que le rodeaban el cuerpo con los brazos y por instinto pensó que era él, recordó inmediatamente que por los momentos estaba trabajando así que asumió que era Yesung y no se equivoque en lo absoluto. Él lloraba, seguramente por la decisión tomada por Seokjin, las lágrimas del más joven se intensificaron. Por fin sentía un gran alivio en su alma, no del todo, aún faltaba confesar su secreto.

-¿Qué te llevo a tomar esa decisión? -escuchó la voz del hombre que impidió su encarcelación y lo hizo salir de sus pensamientos para traerlo a la realidad.

-Él. -se limitó a decir con un gran orgullo. Tal vez lo ha tratado de la peor imnumerables veces, sin embargo su llegada a hecho que ese imbécil que estaba allí parado decidiera pagar todo el daño que causó y que aún estaba causando a la persona que mas deseaba ver feliz.

-Estoy orgulloso de ti. -fueron sus últimas palabras antes de mirarle a los ojos, esbozó una sonrisa para retirarse y volver a su trabajo nuevamente.

Yesung vino con la finalidad de confirmar si sería real la decisión, y lo era. No se echaría para atrás, Jung Hoseok sabría la verdad sobre su pasado.

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-¿Cómo vas con Seokjin hermano? -la sonrisa se esfumo de sus labios, quería decirles la verdad. Que él lo golpeaba, lo insultaba y lo humillaba hasta cansarse pero calló, siempre se decía así mismo que se lo merecía por no ponerle fin a esa locura que en un principio no fue buena.

-Bueno... yo. -comenzó a ponerse nervioso y eso no era buena señal- Vamos muy bien. -finalizó tomando de su jugo de naranja para tratar de disimular.