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-¿Se puede saber por qué llegas tarde? -Escuchó aquella profunda voz de fondo, no se inmutó ante eso.

-Estaba visitando a mi hermano, ¿Algún problema?

-Podrías avisarme antes, ¿No crees?

-¿Por visitar a mi hermano tengo que avisarte? -preguntó exaltado acercándose a él- ¿Te has vuelto loco Seokjin? -gritó exasperado.

El más alto se enfureció ante eso le soltó un golpe sin pensarlo, siempre que lo hacía le daba en el mismo lugar, la cara.

Terminó optando por usar maquillaje para cubrir los moretones, ya le estaba frustrando mucho. Pero era muy poco lo que podía hacer al respecto.

-No me levantes la voz, Hoseok. -se dirigió a él con su mano vuelta en puño sabía lo siguiente que venía y no se equivocó, ya lo conocía.

Prosiguieron los golpes, uno tras otro. No gritó, en ningún momento mostró ese lado de él solo se quejaba en silencio, no podía darle el lujo a los vecinos de hacerles llegar a su hermano de sus maltratos nuevamente no podría con ello. Hoseok se sentía algo mal de ocultarle aquello, pero era necesario para evitar preocupaciones.

-Dijiste que yo era especial, ¿Y así me lo demuestras? -dijo algo débil por los golpes.

Seokjin paró de golpearlo cuando notó lo que sus ojos le hacían ver, el desastre que él mismo había ocasionado, suspiró algo agitado y lo cargó en sus brazos, sentía que era lo menos que podía hacer por el débil chico y seguido lo acostó en la cama.

-Disculpa yo... -escuchó su voz abrumada- Yo tengo miedo de que te alejes de mi. -los ojos del menor permanecieron cerrados no quería verlo- No sé porque lo hago.

-Prometí no dejarte pesé a las circunstancias, más prefieres escucharte a ti mismo antes que a mi. -soltó sin abrir sus ojos- Déjame, prefiero dormir en el sofá, no contigo.

-No quiero dormir solo.

-Pues lo harás, no quiero ni verte. -soltó esas palabras sin pensarlo, dirigió su mirada ante el semblante de aquel hombre y Hoseok deseo haberse quedado callado.

A Seokjin esas palabras lo hicieron enfurecer tanto que sintió la ira dominar su cuerpo en ese momento, sus golpes fueron más fuertes que los anteriores, se había descontrolado todo. A pesar de todo Hoseok se quedó inmóvil con los ojos cerrado soportando, si llegaba a morir por lo menos agradecia en el fondo que él no hubiese sido lo último que haya visto antes de partir al otro mundo. Estaba conforme con eso.

Un golpe en el estómago le sacó todo el aire y aún así se mantuvo en el mismo lugar donde reposaba, recibió cada golpe sin quejarse de nada aunque internamente suplicaba que parara, un golpe en la cara lo hizo querer gritar pero ni así no lo hizo. Sintió la sangre bajar por su labio; él había roto su nariz. Él dolor lo dominaba, sin embargo fueron más fuerte las lagrimas, ellas empaparon su cara sin él poder haberlas detenido.

Él detuvo sus golpes, impresionado de aquello quiso corroborar que hacía, sentía que el peso de la cama se aligeraba y escuchó como se despojaba de su ropa, sabía lo que le esperaba ahora. Y sabía que sonaba masoquista de su parte, pero era mejor eso ha quedarse quieto y no poner resistencia, de ese modo se creaba la falsa ilusión de que podía soportar aquello. Era desgarrador pensar así.

-Colócate boca abajo. -ordenó, Hoseok hizo lo mencionado como pudo y callando sus quejidos por lo bajo, sinceramente ya todo le daba igual- Muy bien, así me gusta.

El menor sintió como le arrebataban todas sus prendas hasta dejarlo sin nada importándole poco cuando dolor sintiera, Seokjin se posicionó encima suyo acariciando levemente su glúteo izquierdo  y de una estocada entro en él.

El dolor era realmente desgarrador para el joven, su pareja no tuvo ni la más mínima compación muy por el contrario fue totalmente brusco, sus embestidas hacían que se mordiera el labio callando los gritos que querían salir, siempre mantuvo sus ojos totalmente cerrado, no anhelaba ver el infierno en el que se había metido por ingenuo, se arrepentía un poco pero no daría marcha atrás, mantenía las esperanzas de que podía aguantar solo un poco más.

Un líquido bajaba por sus piernas y anhelaba que fuera salivab bien sabía claramente que era sangre, ya no había que lamentarse. Solo aguantaba.

Sangraba por su boca, por su nariz y ahora por su ano, todo eso lo había causado Seokjin, le dolía por sobre todo que aunque notara su dolor no se detuviera. ¿Qué más podía hacer? Lo estaba dominando el dolor, solo que él no quería mostrar su debilidad.

El más continuó penetrándolo sin intenciones de detenerse, el más bajo se sentía totalmente débil para reclamar, no quería abrir sus ojos como anteriormente pensaba hacerlo, si iba a morir de esa forma que no fuera él lo último que vieran sus ojos. Si se desmayaba que no le ayudará. No lo necesitaba.

Seokjin se terminó por venir dentro de su novio y como cierre al momento le propino otra nalgada, como si lo que sucedió hace unos momentos hubiese sido algo de lo más normal, el corazón de ese joven tan puro se sentía triste, desolado y destruído. Se molestó pero no dijo nada, se quedó en la misma posición y decidió que lo mejor era dormir para olvidarse del mal sabor.

-Dormiremos juntos. -escuchó que le decía con esa dulce voz, tan diferente. Más lágrimas rodaron silenciosamente por sus mejillas.

-Si. -fue todo lo que contestó, su voz no se encontraba en las mejores condiciones por el momento.

-¿Te dolió? -negó sin verlo- Entonces, ¿Por qué lloras bebé? -se tragó la ira antes de que le fuera peor, no lo golpeaba porque tenía la esperanza de que cambiaría. Vaya error.

-''No pierdo las pocas esperanzas que me quedan.''

-Porque me da la gana hacerlo. -contestó tartamudeando, callando su fuerte dolor, sentía que se desvanecería en cualquier momento- ¿Ahora tampoco puedo llorar? -le dolía mucho lo cínico que llegaba a ser.

-''¿Acaso no te das cuenta de que me lastimas y me destruyes internamente? ¿Eres ciego a las señales?''

-Hazlo si te hace feliz. -esas simples palabras le rompieron el corazón, le abrazó por la cintura pegándolo a él.

Hoseok no hizo nada ante eso, solo se quedó inmóvil.

Triste pero cierto.|| 2Seok.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora