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-¡No lo puedo creer estoy en Río de Janeiro! -gritó emocionada la chica de Namjoon.

-Veo que te gustó mi sorpresa. -fue lo único que dijo el joven observando la evidente felicidad en el rostro de su novia.

-¿Bromeas? ¡Me encanto! Muchas gracias. -dicho esto ella se abalanzo sobre el cuerpo de su hombre enredando sus piernas al rededor de su cintura, a él le sorprendió pero no dijo nada al respecto.

Poco le importó que pasará gente y les mirarán sabiendo que aún estaban en el aeropuerto, ella lo besó apasionadamente, enredando sus dedos entre los sedosos cabellos de su chico pronto soltó un gemido leve al sentir como el miembro de su novio rozaba su zona íntima.

Él la cargó entre sus brazos a uno de los baños del aeropuerto lo más pronto posible, entro con precaución de que nadie los hubiera visto y más importante que nadie estuviera dentro o sería un problema para los dos.

Una vez que todo fue comprobado y asegurado entraron a un cubículo.

Ella con evidente desespero quitó su camisa y la arrojó cerca de allí, él imito la misma acción de ella y así prenda por prenda fueron desapareciendo de sus cuerpos. No era correcto que se desnudarán en un lugar público, de alguna forma ellos no estaban adaptados a hacer el amor de manera publica, aunque la ocasión no fuera la adecuada para tal acción eso no les importaba mucho realmente y experimentar aquella adrenalina por una vez no les sentaba mal.

Sus cuerpos se necesitaban, sus besos iban subiendo de nivel conforme avanzaba el tiempo, él besaba su cuello dejando marcas notorias y fue bajando a sus pechos con delicadeza, beso uno primero y luego procedió con el otro. Ella por su parte se retorcía de placer, se soltó de su agarre y se arrodillo a la altura de sus caderas, tomó el miembro entre sus manos y lo introdujo en su boca dando pequeñas embestidas mientras succionaba todo de él, por otro lado su novio soltaba gemidos tras gemidos. Que los escucharán era lo que menos les interesaba a ambos. 

-Preciosa... P-para. -trataba de decir entre gemidos el joven chico, mirando todo con suma satisfacción.

-No quiero. -respondió succionando más. Mientras que el contrario la tomó por su cabeza introduciendolo un poco más.

-Preciosa no quiero acabar aún. -dijo sobrellevado por la situación- Levántate y date la vuelta. -ella hizo lo que su chico le ordenó, sintiendo como él tomaba su miembro y lo rozaba contra su entrada- ¿Estás lista? -reprimiendo una risa ante el momento tan obvio.

-¡Penetrame ya! Quiero sentirte Namjoon-ah. -suplicaba desesperada la chica por sentir dentro de ella el miembro que la hacía gritar y gozar de gran placer.

-Como órdenes preciosa. -dicho esto la penetro de una estocada, ganándose así un rico gemido placentero por parte de la chica el cual ayudo mucho en el proceso.

Él la penetraba de una manera rápida pero sin llegar a lastimarla, entraba y salía sin parar, ella soltaba gemidos tras otros mientras se retorcía de evidente placer y arqueaba la espalda buscando más.

-Na-Namjoon-ah, ¡Dame más fuerte! -pedía entre quejidos mordiendo su labio para callarlos un poco.

Tomó a su chica entre sus brazos para salir del cubículo y sentarla en los lavaderos. Abrió sus piernas posicionándose entre medio de ellas y proceder a penetrarla sin avisar, embistiéndola con mayor fuerza ambos tenían la respiración agitada, ella gemía de manera entrecortada por el placer que se apodero de su mente y cuerpo.

-Ya casi llego. -anunció su chico.

-N-no, quiero más. -ordenó ella con la respiración entrecortada, él solo cumplió con su deber.

Así estuvieron por casi unos diez minutos hasta que los dos llegaron a su glorioso orgasmo, quedando totalmente exhaustos por los violentos movimientos de sus cuerpos hace solo unos segundos atrás.

-Vamos a vestirnos nena. -dijo Namjoon recuperándose de la irregularidad en su voz.

-Esta bien. -lo besó fugazmente- Me gustó mucho, debemos hacerlo seguido. -él solo asintió, como negarse a tal gusto si hasta él mismo lo disfrutó mucho.

Se incorporaron para comenzar a vestirse cuando repentinamente entró una mujer al baño, ninguno supo a donde ir o que hacer ante la situación, la mujer quedo en estado de shock tras ver a dos jóvenes totalmente desnudos imaginando lo que estaba más claro que la misma agua.

-No le diga a nadie por favor. -suplicó la chica muy asustada, jamás pensó ni por un momento que los verían en esa situación,  los habían descubiertos, les aterraba la sola idea de saber que fueran con la policía.

-Y-yo no... Diré nada. -se retiró sin más que agregar a la incómoda situación.

Ellos se vistieron y se fueron al hotel donde se hospedarían.

.--.

-Yo no me esperaba ser descubierta. -dijo una vez dentro de la habitación.

-Mucho menos yo nena. -dejó las maletas a un lado- Pero dicen que para todo hay una primera vez, tal vez nos tocaba. ¿Quién sabe? -se encogió de hombros restándole importancia.

-No me lo creo aún.

-Olvidemos eso ya. ¿Si? -ella asintió. Decidieron comer para luego irse a duchar juntos, decidieron ir a dar un paseo por la zona con la intención de conocer un poco más del lugar. Todo era muy hermoso, Río de Janeiro contaba con muchas maravillas, la comida era grandiosa, las personas muy amables y por sobre todo las atracciones turísticas eran muy llamativas y dignas de belleza pura. Fue un gran choque cultural porque todo parecía nuevo y distinto a como estaban acostumbrados.

-Vamos a descansar a nuestra habitación, estoy agotada. -propuso ella.

-Mejor... Vayamos a la playa. -ella no se mostró muy convencida estaba cansada, pero no se pudo negar ante esos bellos ojos y sus extraordinarios hoyuelos.

Se fueron caminando tranquilamente hasta que llegaron a la playa, no dudaron en caminar a la orilla de esta solo con el fin de que las pequeñas olas mojarán sus pies. Ellos reían al estar compartiendo juntos ese momento agradable, ella lo mojó con el agua del mar, él se lo devolvió. Así estuvieron hasta que se cansaron luego de un rato. En ese intante él la miro a los ojos justo cuando vio el hermoso atardecer, era el momento indicado y estaba preparado.

-Te traje a estas hermosas vacaciones con un único propósito, espero te guste. -comentó mientras la veía a sus hermosos ojos.

-¿Qué es Namjoon-ah? -se mostró ansiosa por saber el motivo real de ese viaje.

-Escucha Seo Yuna, nos conocimos de una forma un tanto inusual. -recordando el día que se vieron por primera vez, aquella triste noche- Me diste la oportunidad de estar contigo tiempo después de superar aquel triste dolor, me diste la fuerza necesaria para seguir con mi vida, estuviste siempre a mi lado y no me abandonaste en ningún momento. -decía con la vista cristalizada, pero no por tristeza- Sé que tal vez sea apresurado, pero confió ciegamente en lo que siento por ti. -se arrodilló, de su bolsillo saco una pequeña caja color carmesí- Esto es una muestra de mi amor sincero por ti. -ella estaba atónita por ese momento sin embargo se mostraba con una hermosa sonrisa en sus labios- ¿Te casarías conmigo? -fueron las palabras que salieron de esa hermosa boca, él abrió la cajita mostrando un hermoso anillo con un diamante incrustado en el centro.

Su sorpresa fue grande, ella no se esperaba tal acontecimiento y solo pudo cubrir su boca ante las lágrimas de felicidad que brotaban de sus ojos.

-¡Acepto! ¡Si quiero casarme contigo! -gritó feliz, él puso el anillo en su dedo. ¿Cómo podía decir que no? Ella lo amaba por sobre todo, su amor fue creciendo a medida que compartían en sus momentos, se llegaron a conocer muy bien. Y llegando a este momento no botarían años de amor, al contrario se casaría por supuesto que si y con el amor de su vida.

Pequeñas lágrimas se asomaron por ambos pares de ojos y finalizaron ese hermoso momento con un tierno beso cargado de dulzura y amor, bajo el hermoso atardecer que los acompañaba, siendo testigo del gran amor que emanaba de los dos pares de cuerpos.

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Bueno otro capítulo para ustedes, disfrutarlo :3

Errores decirme sin pena, no me gusta tener errores.
¿Desorden? Como prometí cumplí, solucionado:3

Besos mis Porcornitos y Porcornitas <3

Triste pero cierto.|| 2Seok.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora