-Qué bien huele eso...- dijo Graham entrando a la cocina.
Una nueva mañana juntos. Damon sumido en otro intento de inculcarle el hábito de desayunar.
-Espero que sea suficiente para comiences a desayunar de una vez- protestó casi sin saber con qué tentarlo.
-Los que dormimos durante el día nunca sabemos con claridad cuando hacerlo...- dijo Graham bostezando, todavía soñoliento y aún intentando ajustar sus horarios a la vida diurna.
Damon se acercó con una taza de café y panecillos tibios. Dejó un beso en sus labios, casi paladeando su fresco aliento matutino.
No habían hablado sobre la significativa confesión de aquella noche pues pese a ella, Graham continuaba imponiéndole silencio toda vez que Damon repetía que lo amaba. Decidió no presionarlo ni ilusionarse con lo que tal vez fuesen sólo unas palabras escapadas en un instante de pasión. Pero abrigaba esperanzas y una inquebrantable fe en sí mismo.
Graham se había incorporado a su rutina con asombrosa facilidad. Su estadía, inicialmente de dos semanas, había pasado ya el mes, con la anuencia del Crimson. Nominalmente, seguía siendo su cliente. En la práctica y para casi todo propósito, funcionaban como una pareja. Ayudaba en la galería, compartían su tiempo y no sin esfuerzo y tras largas horas de conversación había logrado persuadirlo de que lo acompañase a reuniones y otros lugares públicos, esos a los que siempre se había negado a ir. Llegaron incluso a pasar un fin de semana fuera de la ciudad, en la casa de campo que Damon tenía en Kent.
Damon comprendía su reticencia a dejarse ver en público, el recelo ante la posibilidad de toparse con alguien que pudiese conocerlo y hasta frecuentarlo. Pero la perspectiva de un encuentro semejante parecía inquietar más a Graham que al propio Damon.
Intempestivamente y sin haberlo imaginado ni en sus más insólitas fantasías, el inconsolable divorciado perdía ahora la cabeza por un escort al que había conocido a instancias del capricho de uno de sus amigos. En ocasiones, ni él mismo podía creerlo. Y después de dejar atrás sus propios prejuicios en esos turbulentos meses...poco y nada podía importarle lo que pensara nadie.
Por lo demás, no podía negar que adoraba su compañía. Su conducta en público era irreprochable. Refinada y mundana. Sin duda su trabajo debió contribuir a que así sea. Nada parecía quedar de aquel "chico de campo" que alguna vez había sido. Dominaba como pocos el arte de la conversación. Conocía la forma de dosificar las pausas y los silencios. A base de ingenio y cortesía, sabía hacer que las personas se sintieran a gusto en su presencia. Hablaba fluidamente el alemán, siempre estaba informado y se había formado en Goldsmiths. ¿Cómo podría avergonzarse de él?
-Tu asistente es más interesante que tu ex esposa, Damon- había llegado a decirle un viejo galerista amigo de su padre durante una exhibición privada.
Damon río para sus adentros y se dijo que ya no había nada que temer. Su encanto lo hacía bienvenido en casi todo su círculo que parecía haberlo adoptado como un miembro más.
Estaba orgulloso de él y convencido de que nada podía salir mal. Decidió invitarlo a uno de los eventos más importantes del año, organizado por la Sociedad de Bellas Artes.
-¿Quiénes asistirán?- preguntó como siempre Graham.
-¿Cómo saberlo? No armo la lista...
-Siempre tienes una idea acerca de quienes pueden asistir...
-Es uno de los eventos más grandes del año, en importancia y en concurrencia. Artistas, galeristas, curadores, críticos, coleccionistas, mecenas...todos estarán ahí. Te encantará, Graham.
-Demasiada gente...de rubros que conozco muy bien. Será mejor que no asista, Damon- dijo con suavidad, anticipando la insistencia de su compañero.
-¡Graham!
-No- se empecinaba.
-Vamos, amor...no hay nada de qué preocuparse- dijo inclinándose hacia él, intentando persuadirlo con sus besos- Ven conmigo...quiero presumirte...
-No. Ya no insistas.
Damon no era de los que cedían con facilidad.
-Hagamos esto- propuso- ven conmigo. Si ves algo o alguien cuya presencia te incomode, nos iremos.
-¿No lo ves? No sólo será incómodo para mí. Lo será también para ti. Ahora...ahora no lo comprendes...pero cuando suceda no te gustará. Y hasta podrías salir perjudicado.
-El que no comprende eres tú. Estoy orgulloso de ti. Y feliz de tenerte a mi lado. ¿En verdad crees que me importa lo que alguien pueda decir de ti, de mí o de los dos?
-Damon...- dijo con una mirada suplicante.
-Graham...- respondió replicando su mirada de cachorro- de verdad...- dijo tomándolo por las mejillas- nada de lo que hago está completo sin ti. Me gusta que seas parte de mi vida.
-No dejaré de serlo por no concurrir a un evento...
-No se trata de eso y lo sabes. Si no vinieses porque te aburre o has tomado otro compromiso, no insistiría. Pero sé que te agradaría estar allí...y también sé por qué te niegas. Y no puedo consentirlo, Graham. No voy a esconderte como si fueras una mancha en mi vida o mi carrera porque no lo eres. Me sentiría despreciable haciéndolo.
-Pero tú no me escondes...
-Desentenderme y consentir que tú lo hagas es como si lo hiciera yo.
Graham guardó silencio. Sabía que no tenía caso contradecir a Damon.
-Pero si veo a alguien a quien preferiría evitar, me iré- concedió.
-Nos iremos- y plantó un largo beso en sus labios.
![](https://img.wattpad.com/cover/153873182-288-k564262.jpg)
ESTÁS LEYENDO
El Cliente
Fanfiction¿Qué harías por amor? Esa es la pregunta que Damon y Graham deberán responder y responderse en medio de los avatares que supone una relación inconveniente. -Los capítulos que incluyan contenido adulto serán debidamente señalizados al inicio de cada...