Capítulo 22

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De repente, alguien llamó a la puerta.

-Al demonio- masculló Damon.

Pero pronto reconoció la voz de quien estaba afuera.

-¡Damon! ¡Abre por favor!

Era Dave.

Viendo que se encaminaba a abrir la puerta, Graham se encerró en el cuarto.

-Ya tuve suficiente...- dijo escondiéndose en la habitación, sin querer ver a nadie más.

-¡Damon, por todos los cielos! ¡Qué ha sucedido! ¡Qué mierda has hecho!- bramaba su abogado con el rostro casi tan rojo como su cabello.

-¿Cómo...cómo es que ya lo sabes?- preguntó sorprendido.

-Estaba ahí. El lugar estaba tan atestado que no pude saludarte. De hecho, ni siquiera vi lo que sucedió, no salí a los jardines. Pero la noticia corrió como un reguero de pólvora. Son tantas las versiones que...que preferí venir aquí a saberlo de tu boca.

Damon se quedó callado.

-¡Habla, Damon! Esto no es un juego. Blake está herido y furioso. Te demandará. Cuando yo salí también él abandonaba el lugar rumbo a la estación de policía...y te aseguro que testigos no le faltarán.

Damon se sentó tomándose la cabeza entre las manos.

Agazapado en el piso de arriba, Graham escuchaba sin poder evitar sollozar. ¿Por qué el destino le ofrecía el amor que no debía tener? ¿A aquel cuya vida arruinaría y de hecho estaba arruinando con su presencia? Si tan sólo Damon fuese maestro u oficinista...todo estaría tan bien. ¿Por qué el único ser que lo había amado tenía que venir de un mundo tan inconvenientemente ligado al suyo? Pensó que no era justo pero pronto recordó que la vida pocas veces había sido justa con él.

Su abogado apremiaba y Damon comenzó a hablar. Desde el principio. Desde la noche en que sin que él lo supiese nunca, Dave había intercedido para que Alex usara sus buenos oficios y lo arrancara del ostracismo en que se encontraba. Desde su visita al Crimson. Narró cómo había conocido a Graham. Cómo había comenzado a amarlo a pesar de no creer que algo así pudiera sucederle nunca. Se lo contó todo hasta esa noche en la que Blake lo desquició con sus palabras. En la habitación de arriba, Graham ardía de humillación oyendo lo Damon había tenido que oír.

Dave seguía su relato boquiabierto, los ojos claros abiertos como platos.

-Sé que es extraño...- dijo casi excusándose- pero si lo conocieras...- soliloquiaba, sonriendo como si pudiese ver a Graham frente a él- si lo conocieras, entenderías. Él no es...no es lo que imaginarías.

-Los pupilos de esas casas suelen ser de los más discretos- dijo Dave con un inocultable dejo de desaprobación.

-No se trata de eso...él es...él es una persona amable, tierna, sensible...- la mirada de Damon se suavizaba al mencionarlo- es...una buena persona, Dave. Una buena persona que ha sufrido mucho.

-Todos sufrimos- respondió su abogado, imperturbable.

Damon pareció ignorarlo y prosiguió.

-Me complementa, ¿sabes? Después de conocerlo...supe...supe que no estaba completo sin él. No sé cómo pero hace que surja lo mejor de mí, ¿entiendes, Dave? Cosas...cosas que ni yo mismo sabía que tenía.

-Está entrenado para saber complementar a quienes acompaña, Damon. Es su trabajo hacer que te sientas el mejor de los hombres- dijo su abogado con el tono de quien revela verdades que son demasiado obvias.

-No, Dave. Él no está trabajando cuando está conmigo...

-Pero me has dicho que lo contrataste...pagas por su compañía y sus servicios...

-Ya...ya te he explicado por qué lo hice. Esto no es un negocio, nunca lo fue. Sin ir más lejos, sé que desea alejarse de mí sólo porque cree que su presencia acabará siendo una vergüenza en mi vida.

-Lo será, Damon- advirtió su amigo- y desea irse porque tú pareces estar buscando...un compañero mientras él busca un cliente. Tienen objetivos...divergentes- sentenció en tono casi académico.

-Dave, tú no lo entiendes. Ni siquiera necesita mi dinero...me quiere, lo sé. Y yo...yo no concibo mi vida sin él. Está desamparado y no permitiré que nada malo le suceda. Es lo menos que puedo ofrecerle a cambio de todo lo bueno que ha traído a mi vida.

Graham escuchaba tapándose la boca para no dejar escapar su llanto.

Dave suspiró hondamente y se acomodó en su asiento.

-Damon...parece que no comprendes. Aquí y ahora, el único desamparado eres tú. Si Blake hace formalmente su denuncia, cosa que tal vez haya hecho a estas horas, esto tendrá derivaciones penales y civiles. Respecto de las primeras, no podré ayudarte. No es mi especialidad. Pero podrá hacerlo algún colega del estudio, si lo deseas.

Damon asintió con la cabeza.

-Todo indica que no son heridas serias, no irás a prisión. No debes preocuparte por eso. Pero tendrás un prontuario.- señaló y era una mala noticia- En lo civil, se arreglará como siempre, con dinero. No podría hacer ahora una estimación de la suma porque ignoro la gravedad de las lesiones pero imagino que no lo has lisiado.

-Supongo que entonces no es tan malo...- reflexionó Damon.

-¿Me has oído? ¿Comprendes lo que te he dicho?- dijo Dave con extrañeza- Eres un galerista prestigioso y un miembro respetable de la sociedad que a resultas de su vínculo con un entorno prostibulario no sólo verá afectada su reputación sino que ganará un prontuario.

-Dave escucha...

-Escucha tú, Damon. Lo que me has dicho, a menos que inventemos una historia convincente que justifique tu agresión, se ventilará en la corte. Lo mejor que podría suceder es que todo acabe en una mediación que evitará el juicio pero te obligará a reconocer tu culpa. Y eso si Blake acepta, claro. ¿Tienes una idea de todo lo que se comentará mientras tanto y cómo te afectará? ¿Tienes una idea de lo que se comenta ahora mismo? En sólo minutos y antes de salir de la fiesta he escuchado cuatro versiones distintas de lo sucedido...y apuesto que no te agradará saber ninguna.

Damon lo escuchaba, mordiéndose los nudillos.

-Y por último, ¿comprendes lo que significará para tus negocios estar enemistado con Andrew Blake? ¿Eres conciente de que todos aquellos que necesiten de él se pondrán de su lado y te darán la espalda? ¿Comprendes lo que significa haber protagonizado un hecho de violencia en medio del evento más importante de la industria, con tus colegas y conocidos presentes? ¿Crees que la Sociedad de Bellas Artes estará complacida con tu actitud? Por favor, Damon...les arruinaste la noche ¿En verdad dimensionas las consecuencias de tu pelea de estudiante?

-Dave- respondió calmado- estoy seguro que tú y tu estudio podrán...

Pero su abogado continuó, casi indignado por su insensatez.

-No comprendo tu lógica, Damon. ¿¡Por qué todo esto!? ¿Para cuidar la buena reputación de alguien que no la tiene ni la tendrá?

Damon se levantó de su asiento con expresión colérica.

-¡Dave!- vociferó interrumpiéndolo- ¡Te prohíbo...!- hizo una pausa para contemplar el azorado rostro de su amigo y recomenzó con voz más sosegada- Te ruego que, por nuestra amistad, no lo insultes. Agraviarlo a él es como agraviarme a mí.

Desde arriba, Graham se tapó los oídos. Ya no podía seguir oyéndolo. Y no eran los agravios de Dave lo que lo atormentaba. Eran las palabras de Damon las que no podía tolerar. No en el preciso momento en que debía dejarlo.


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