El Cliente

Capítulo 5

Alex pareció tomarse su tiempo. Pasaron horas antes de que abandonase la habitación. Cuando lo hizo, atisbó el salón con discreción en busca de Damon. Sonrió frotándose las manos al verlo conversar animadamente con uno de los pupilos de la casa. Podía oír las risas de los dos. Y su amigo hablaba sin parar...como siempre lo había hecho hasta el divorcio.

Se tomó un largo momento antes de unirse a ellos.

-¿Interrumpo?- preguntó con sorna.

Damon estaba tan abstraído en la conversación que casi se asusta al oír su voz.

-¡Oh, no! Claro que no, Alex. Te estaba esperando...- respondió adoptando un tono formal que contrastaba con la algarabía de la que su amigo había sido testigo.

-¿Graham también me espera?- preguntó con aire de curiosidad.

-No, yo sólo le hacía compañía a él- respondió poniéndose de pie para saludar al recién llegado con un beso en la mejilla- ¿Cómo has estado, Alex?

-Mejor imposible...como siempre que vengo aquí.

-¿Ustedes...ustedes ya se conocen?- intervino Damon.

Alex lo miró sonriente, intuyendo a lo que se refería.

-Tú eres el debutante aquí...- respondió su amigo- Yo conozco a casi toda la gente del club.

Y mirando a Graham, añadió.

-Gracias por cuidar de mi amigo.

Damon frunció el ceño. Se sentía extrañamente humillado por el comentario.

-Él parecía aburrido y yo terminé temprano. Nos hicimos compañía mutuamente- concedió Graham- ha sido una buena velada, ¿no crees?- preguntó fijando en Damon sus grandes ojos color café.

-¡Oh, sí! Excelente- respondió algo apremiado.

-Eso no lo dudo, Damon- dijo Alex mirando a su amigo- has quedado en una de las mejores manos del Crimson.

Damon bajó la cabeza, cada vez más turbado. Graham sonrió por turno a los dos y se despidió.

-Creo que es hora de irme.

Y mirando a Damon, añadió con una inclinación de cabeza.

-Gracias por la compañía, Damon.

-Gra...gracias a ti. Y gracias por esto- dijo blandiendo un papel en el que Alex había reparado desde su llegada y cuyo contenido se esforzaba en descifrar.

Se quedaron solos y Alex propuso bajar a la sala de fumadores. Pero sólo encontró la reticencia de Damon.

-Quiero irme a casa- dijo terminante, recordando su encono hacia Alex por llevarlo hasta ese lugar.

-¿Qué te sucede? Imagino que no dirás que has estado incómodo o aburrido porque...

-De hecho iba a decirte...- anunció comenzando a dar muestras de descontento.

Pero Alex no le permitió terminar la frase.

-De hecho iba a decirte que te he visto pasándotela en grande con él. Riendo y bebiendo. Te he observado por más de veinte minutos. No has pasado una mala noche, ¿o sí?- inquirió Alex.

Damon tragó saliva. Conocía la naturaleza suspicaz de su amigo y debió prever que no dudaría en espiarlo. Pero la conversación lo había absorbido por completo...la conversación y el singular encanto de ese muchacho que parecía haber concentrado en él toda su atención. Nadie lo había escuchado con tanto interés en mucho, mucho tiempo. Decidió pasar por alto el comentario y dedicándole una fingida mirada de indignación agregó.