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- Vamos Jimin, coge el teléfono. -

Este pega unos pitidos más y me pasa a la grabación de la línea telefónica informándome que el móvil se encuentra fuera de servicio. Cuelgo.
Idiota, ahora es que no me contesta. Dónde se habrá metido el desgraciado.

Decido no seguir dándole vueltas al tema y me encamino hacia la próxima tienda de la que hace más de media hora me debatía por comprar aquella pequeña cosita que tenía preparada. Ni modo, si Jimin no coge el móvil tendré que hacerlo por mi cuenta. Lo peor de todo es que él sabía más de estas cosas que yo, a pesar de que lo había visto antes. Poco nada sabía de esto. Dios, soy una pésima novia.

- Buenas tardes, bienvenida. ¿Puedo ayudarla en algo?. -

Asiento y con aquella chica amable nos dirigimos en busca de lo que le he pedido. Creo que son muchas cosas, por lo que me pasaré mucho tiempo en esa tienda. Ahora que lo pienso, me ha gustado.
De todas las prendas que llevaba elegidas, no me podía decidir entre dos camisas que tenía a elección. Aquellas dos me encantaban muchísimo, y creo que las dos le vendrían bien a YoonGi, pero sólo por una me podía decidir. Qué haría.

- Me llevaré las dos, por favor. -

La chica asiente y nos dirigimos hacia la caja para pagar por todas las prendas. Sin duda, a YoonGi le encantarán.

- Oh por dios, necesito esto también. -

Este otro pequeño regalo, ya sabía a quien le quedaría a la perfección.
Ahora sí, estaba más que lista. Llevaba por lo menos cinco bolsas en cada mano, y con lo que tendría que caminar para llegar a coger un carro, seguro y las mandaba a volar todas.
Mi móvil comienza sonar dentro de mi bolso, que con dificultad logro encontrar, y tomo la llamada sin prestar atención del nombre.

- Diga. -

- ¿Cariño, cómo estás?. - YoonGi.

Mi estómago se contrae y mi cara se torna completamente roja. De solo imaginarme su carita toda hermosa hablándome, se me aceleran las mariposas en el estómago.

- YoonGi, cariño. Que alegría que me hayas llamado, no sabes lo mucho que te extraño. -

Siento su risa a través de la línea, y sonrío junto a él, aunque sea por una llamada. Llego cerca de una heladería por lo que me siento a tomar uno. Cansada, agitada, me toma unos segundos en elegir los sabores para mi copa frutal. El chico se retira y prosigo mi llamada con mi novio.

- Lo sé cariño, créeme que yo también lo hago. Pero solo nos queda un poco más y ya estaremos terminando todo acá. ¿Cómo están las cosas por allá, Jimin se está comportando bien?. -

Al pronunciar a Jimin, me toma desprevenida por lo que me atraganto con mi propia saliva. Suelto una tos fingida y contesto.

- Bien bien, todo bien por acá. Ya sabes como es Jimin. -

- Sí, lo sé. Es la única persona en la cual le confío a mi bella novia. Sé que él te cuidará mientras yo no esté. -

Asiento aunque este no me pueda ver. Tras hablar por varios minutos más en los que él me cuenta algunas anécdotas, finalizamos la llamada tras despedirnos varias veces. Siempre era así, nos costaba colgar la llamada ya que ninguno quería hacerlo. Esta vez fue él, ya que se estaban preparando para otra junta según él. No quise preguntar, ya que era obvia la respuesta que me daría: cosas de trabajo, ya sabes.
En fin, si él lo decía, pues yo conforme con ello. Confiaba en él.

Tras unos minutos que me termino mi copa de helado, siento cómo alguien se cierne sobre mi hombro, dejando su cabeza reposada en este. Me sorprendo de tal acercamiento desconocido, por lo que estoy dispuesta en levantarme y reclamar por quien haya hecho tal cosa. Pero mi sorpresa se agranda, cuando me doy cuenta de que es Jimin quien está parado frente a mí. Me había sorprendido bastante.

- ¿Qué haces por aquí?. -

Me mira, se toma unos segundos en los cuales toma lugar frente a mí llamando al tipo que anteriormente me había traído mi helado, para pedirse uno él. Se mantiene en completo silencio mientras me mira y espera por el suyo. Le miro incrédula y con ambas cejas alzadas. Menudo descarado, después de perderse por días dejándome expuesta al peligro, llega como si nada. Jimin realmente no tenía vergüenza.

- Supongo que como no me vas a responder, prodeceré a marcharme. Nos vemos Jimin. -

Cojo todas mis bolsas, y me marcho dejándole solo. Me llama una, dos, tres hasta cuatro veces pero yo le ignoro. Se levanta con rapidez para llegar hasta mí y detenerme por un brazo. Me hace voltear para mirarlo, y es cuando exploto. Dejo las bolsas en el suelo, y le suelto una bofetada no muy fuerte.
Quiero que sienta lo enfadada que me tiene por su comportamiento tan extraño. Jamás había actuado así nunca y lo desconocía. Si algo estaba ocultando, prefería mantenerlo alejado de mí.

No soportaría que me estuviera engañando a la cara.

- No te preocupes si no llego a tu casa, porque me regreso a la mía. -

- Jenn, espera. Déjame explica... -

- Olvídalo Jimin, no pienso oírte. -

Le corto dejándolo con la palabra en la boca. Explicarme el qué, si no me importaba para nada. No me debía explicaciones porque él y yo no eramos nada. Simplemente lo que pasó, pasó.

- Escúchame, por favor. No te pongas así. Te llevaré a casa, hablaremos tu y yo. -

- Tú y yo no tenemos nada de qué hablar. No te preocupes, Jimin. Llegaré bien a casa. -

Pero no se da por vencido, insiste hasta el punto en que no me doy cuenta de que las bolsas ya no están en mis manos, si no en las suyas. Y tampoco me doy cuenta en el momento en que me lleva cargada sobre su hombro caminando hacia su coche.
Cuándo las cosas habían cambiado tanto.

La vida siempre daba giros inesperados. Trayendo consigo muchas sorpresas.

































































































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FIRST LOVE {YOONNIE} +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora