FIRST LOVE {YOONNIE} +18

35

P.O.V YoonGi

Doy una calada a mi cigarrillo y suspiro torciendo el gesto. No me era costumbre el fumar. Pero ahí estaba, meditando en todas las palabras que me había dicho Jennie. En todas esas veces que no me di cuenta antes de lo que sucedía, porque no quería creerlo realmente. Miro hacia el cielo y cabizbajo vuelvo a suspirar. Era una situación tan abrumadora.

Mi tranquilidad se ve interrumpida abruptamente debido a NamJoon quien ingresa abriendo las puertas fuertemente del salón. Mi cuerpo se inclina levemente hacia adelante. Su cara es tal, que me temo que algo bueno no es. Su cara de preocupación, me dan señal de que algo malo ha pasado. Y sorprendiéndome, suelta alterado.

- Es Jimin, ha secuestrado a Jennie -

Entonces comprendí lo malo de todo esto. Que todo lo que me había dicho era verdad.
Se acerca rápidamente a mí alzando el teléfono.
Luego de contestar, oigo que Jimin dice por el altavoz.

- ¿Qué tal, YoonGi? ¿Sigues en tu despacho de mierda ese que tienes? - Suelta una risa sarcástica para echarse a reír.

- ¡HIJO DE PUTA! Te juro que como le toques un pelo, yo mismo te mataré -

Suelto un golpe contra el mesón de la frustración. Jimin se echa a reír aún más fuerte por mi molestia.

- Ay hermanito, no estás en condiciones de exigirme nada. Te recuerdo en qué posición estás. -

Mi mandíbula se tensa al escuchar aquello. Odiaba cuando el maldito estaba en lo cierto. Sobre todo en la manera en la que me ha llamado. Había olvidado qué era él para mí. Familia, si es que podría llamarse.

- Escúchame muy bien lo que te voy a decir, porque no lo pienso repetir. Ya sabes que odio repetir las cosas por segunda vez. Aunque en ese aspecto somos un poco parecidos ¿no crees? -

Suspiro agobiado por la situación. Repaso mis manos repetidas veces por mi cabeza cabreado por no poder tener la situación bajo control.

- Esto es lo que vas a hacer. ¿Recuerdas aquel lugar que pasábamos noches después de los constantes robos que hacíamos? Oh joder, que bellos tiempos aquellos. Los recuerdas ¿verdad? -

Mis cejas se arquean de asombro. Jimin recordaba esos tiempos como preciados, cuando para mí fueron los peores años de mi vida. Años en los cuales me metí en demasiadas peleas por protegerlo a él. Tiempos en los que mis padres jamás se preocuparon por buscarnos. Porque sí, Jimin y yo éramos hermanos. Lo supe por él mismo cuando una noche me confesó todo lo que había descubierto sobre nuestros padres biológicos y lo que pasó después cuando ambos quedamos en la calle.

Sus esfuerzos por buscarnos solo duraron un par de días, olvidándose completamente de ambos. Más bien mi padre sobre todo, quien fue el que obligó a mi madre para desistir. La pobre no tuvo ayuda de nadie, ni mucho menos de su querido esposo y supuesto padre. Suponía que por el secuestro que había sufrido Jimin en ese entonces, les había matado las ilusiones de encontrarnos.
No me arrepentía en absoluto lo que en aquellos tiempos cometí, después de todo, había una razón importante de por qué lo había hecho.

Y cortando su pequeña historia, reclamo.

- Directo al grano, Jimin. Qué es lo que debo hacer -