21

70 6 3
                                    

P.o.v Jimin

Maldición. ¿Tan dificil era que ella estuviese aquí?. Con lo que me había costado al llamarla, para que encima me haga este desplante. Mil veces maldición.
Y encima ahora tenía a esta otra chica aquí jodiendo por saber qué era lo que me pasaba. Ella no lo entendería y jamás lo iba a hacer, porque no le permitiría que fácilmente se enterase de mi vida así como así. Rosé a veces podía ser tan irritante, hasta para mí era aborrecedor.

- Jimin, anda, dime qué te sudece. -

- Ya te he dicho que no me pasa nada. Por cierto, ve por tus cosas te espero en el auto. -

Y antes de que pueda decir algo más, salgo de la casa dando un portazo. Me monto sobre el carro a esperarla. No sé qué se me pasó por la cabeza al pensar que ella podría calmar mis ansias. Sé que no debería hacer esto y utilizarla para olvidar a Jennie, pero para ser sincero, sí lograba hacerlo de cierto modo. Lo más gracioso de esto, es que sólo he dormido con ella, nada de sexo ni esas cosas. Me sorprendía.

En estos momentos solo una chica estaba en mi cabeza y no podía quitarla por mucho que quisiera.

- A dónde vamos, Jimin. -

Dice Rosé una vez montada en mi carro. La verdad es que no planeaba llevarla a ningún lugar más que a su casa. Por esta noche, quería estar solo. Tal vez si...

No respondo. Esta vez ella se da cuenta de mi silencio por lo que no insiste más. Y lo agradezco aunque eso se vea mal de mi parte.
Me doy cuenta de que ella se queda recostada mirando por la ventana, y puedo notar en su cara que mi actitud le ha molestado. Creo que me estoy equivocando con la chica.

Cuando ya estamos fuera de su casa, ella procura en tomar sus cosas para bajar rápidamente sin despedirse de mí. Pero cuando intenta coger su bolso, la detengo por el brazo, haciendo que ella se gire a mirarme sorprendida y enojada.

- Espera, yo... Lo siento, no debí tratarte así en mi casa. -

Rosé resopla.

- Si querías estar solo, debías decirlo. Sabes que yo no me voy a enfadar porque quieras un poco de espacio. Pero por favor no actúes así conmigo. He pasado por situaciones así anteriormente, y créeme, que ya he sufrido bastante, como para volver a vivir lo mismo otra vez. -

Sus palabras son como un balde de agua fría que me golpean fuertemente. Ella tiene razón, no debería comportarme así solo por desquitar mi furia por otras personas. Siquiera por Jennie, ya que Rosé no tiene la culpa de lo que ella me haga pasar. Simplemente no lo tiene.

Se suelta de mi brazo molesta ya que yo no digo nada por mi parte. Niega repetidas veces antes de bajar y cerrar la puerta del carro. Cuando veo que se aleja para entrar a su casa, bajo de mi carro rápidamente para correr hacia ella.
Vuelvo a detenerla por el brazo, pero esta vez, la acerco hacia mí para unir sus labios con los míos. Sus manos bajan a mis costados debido a que ha dejado caer sus bolsos, para enrollarlas en mi cuello. La cojo más por la cintura y así unir justamente nuestros cuerpos. Sus labios con los míos comienzan una danza, dando el espacio para entrar en juego nuestros lenguas. Su sabor era tan exquisito, que podría pasarme toda la noche besándola.
Sus labios eran tan delicados, suaves y demasiado cálidos para mí. Me tenían perdidamente loco por ellos.
No se parecían en nada a los de Jennie, ya que los suyos eran perfectamente distintos. La forma en que nos besamos, eran tan únicas.

Por dios, era un idiota al comparar los labios de Rosé con los de Jennie. Aquellas eran muy diferentes en todo. Y no podía negar que Rosé ya me estaba comenzando a tener a sus pies. Porque claro, lo estaba.

- Quédate, por favor... Quédate esta noche conmigo. -

La manera en que me súplica me tienta tanto, que me sería imposible decirle que no. A pesar de que me encantaría poder quedarme con ella, no podía hacerlo. Dejaría todo por estar aquí.

- Preciosa, no sabes lo mucho que me encantaría quedarme contigo. Pero no puedo hoy. Te prometo que el día que tú quieras lo hago, pero solamente hoy no puedo. Tengo un compromiso. -

Su mirada me demuestra lo ilusionada que estaba al pensar que podría quedarme junto a ella, y admito que también me dolía no poder hacerlo, pero verdaderamente no podía. No era una excusa ni mucho menos.

- De acuerdo, te voy a cobrar la palabra. - sonríe.

Su sonrisa me contagia, que yo también sonrío. Vuelvo a besarla pero esta vez de forma más cariñosa que la anterior. Antes de alejarme, dejo un par de besos por todo su rostro haciendo que ella sonría como me gusta.

- Adiós, preciosa. Mañana pasaré por ti. Ponte guapa, aunque ya lo estés. -

- Por ti siempre, guapo. -

Vuelvo a sonreír. Joder, parecía un idiota con la sonrisa que llevaba de camino a casa. Es que era demasiado.

*-*

Al día siguiente, no puedo evitar pensar en lo que Yoongi podría decirnos. Es que joder, el querer que estemos todos reunidos en la casona para decirnos algo importante, no podría ser nada bueno. Aunque de ser así, Jennie me habría advertido. Y encima que esta siquiera se dignara en llamar, me tenía hasta el límite.
Por suerte la compañía de Rosé me tenía más calmado, ya que de no ser así, quizás ahora mismo estaría contando todo.

- Bueno, la razón del por qué están todos aquí es muy importante para nuestras vidas. - comienza hablando, mientras que a su lado se encuentra Jennie en silencio tomada a su mano.

Lo que me molestó no fue eso, para nada, sino que fue que ella ni me dirigió la palabra cuando le saludé al llegar, y solo hiciese como si yo no le hubiera dicho nada. Es como si no notara mi existencia y eso me tenía hasta la madre. Varias veces inconscientemente apreté la mano de Rosé de la furia que me cargaba, sin darme cuenta de cómo estaba actuando. No debía hacerlo, pero es que era inevitable.

Después de aquella vez que le llamé al masturbarme pensando en ella, creí por un segundo que ella vendría corriendo a mi brazos. Pero oh, mierda, eso no fue así.
Jimin, por favor, te estás creando unas películas de maravilla en esa cabezota tuya. No es posible que tanta estupidez tengas ahí. Maldición con esa vocecita en mi cabeza.

- Chicos, chicas aquí presentes. Queremos informarles que Jennie y yo, ¡nos vamos a casar!. -

Y ahí fue cuando entendí todo. Esto no era por nosotros, ni mucho menos por lo que teníamos. Ella estaba haciendo todo esto porque era tan malditamente inteligente, como pasar a hacer borrón y cuenta nueva.
Era tan inteligente, que al creer que sí ella se casaría, yo dejaría de insistir.

Pero oh, casualidad. Te has equivocado muy mal conmigo Jennie Kim. Desde hoy en adelante, sabrás de lo que soy verdaderamente capaz de hacer por ti.

Si pensabas que con eso me ibas a alejar, créeme, que no lo conseguirás.













































































































¡Ay, mi dios!

5mentarios. 🤐🤐🤐

{Voten&Comenten} 🍑

FIRST LOVE {YOONNIE} +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora