FIRST LOVE {YOONNIE} +18

08

- Jimin, por favor. Ve más lento. -

- Anda, que tú te lo buscaste. -

Mis pies me estaban matando. Más cuando me estaban llevando casi que arrastrando hacia la parte trasera del lugar.
Mi pies se torció levemente, por lo que me detuve tirando de la mano de Jimin obligándole a parar.

- Ya no puedo, me están matando los tacones. -

Jimin me inspecciona. Se arrodilla para ver mi pie y quitar los tacones dejándome descalza. Lo miro sorprendida, dispuesta a reclamar. Pero a cambio me alza cargando con mi peso en su hombro.
Pataleo, le reclamo varias veces pero solo me ignora mientras continúa caminando. Llegamos hasta el estacionamiento privado del recinto por lo que me baja de su cuerpo justo frente a su carro sentándome en la parte delantera de este. Demasiado frío.

- Me has estado provocando toda la noche, no espera... Mucho antes de venir. -

- Eso no es cierto. Lo comenzaste tú. -

- De qué hablas, yo no he hecho nada. -

Se cruza de brazos, dejando caer mis zapatos. Los miro, y opto por dejarlos tirados.
Otra vez comenzaremos con la escena.

- Claro que lo haz hecho. Primero con Irene, y luego la rubia de la barra. -

- Irene es la que coquetea conmigo, yo ni caso le hago. Y con respecto a la rubia, sólo me ha pedido la hora. -

¿La hora? Será idiota, cree que nací ayer. Pues no me convence, por lo tanto no me dejo.

- ¡Claro, la hora para deshacerte de mí y llevarte a la cama!. -

Se echa a reír a carcajadas. Mi ceño se frunce cada vez más. Cruzo mis brazos y piernas mirando hacia otra dirección. No le voy a mirar. Es más, me quiero marchar. Intento bajarme, pero me detiene.

- Pero qué sexy te ves así enfadada sobre mi carro. -

Lo ignoro, lo ignoro, y lo vuelvo a ignorar. Qué le den. Si quiere follar, que se vaya a por Irene o la rubia porque conmigo no será.

- Vamos preciosa, quita ya ese enfado. Odio que estés así, sobre todo si es conmigo. Tú sabes perfectamente que a la única que deseo y quiero llevar a mi cama eres únicamente tú. -

Separa mis piernas para posicionarse entre medio de ellas. No quiero ceder, no aún. Pero me puede, y yo también lo deseo.

- ¿No crees que sería una locura hacerlo aquí?. -

- Y tú sabes que me gustan las locuras. -

Sonreímos. Me abraza por la cintura mientras llevo mis brazos alrededor de su cuello. Lo acerco a mi cuerpo enrollando mis piernas en sus caderas. Me echo hacia atrás con él sobre mí, y siento su dureza chocar contra mi parte baja. Suelto un quejido, y Jimin muerde mi cuello.

- Lo lamento pero, no he dejado de pensar en esto. -

Lo miro confundida, pero segundos después entendí a lo que se refería. Rompe mi blusa y los botones saltan por doquier. Comienza un recorrido de besos desde mi vientre hacia abajo y me muero de placer. Su lengua deja un camino de saliva seguido. Muerde mi estómago justo un poco arriba de mis pantalones. Quita el botón bajando el cierre y me los retira. Una corriente helada recorre todo mi cuerpo por lo que mi espalda se arquea sobre el auto.

- Jimin, no. Puede venir alguien. -

- Descuida, he hablado con Andrew y me ha asegurado que tenemos tiempo suficiente. -

Asiento. Si lo dice él, le creo.
Me alzo un poco para retirarle su camisa y la pone bajo mi cuerpo. No había caído en cuenta de lo helado que estaba el carro.
Sus manos me tocan por donde sea que esté expuesta mi piel, buscando mi punto de placer. Me quita las bragas lanzándolas al piso. Sus manos me estimulan, se introducen dentro de mí y ya no puedo más. Me voy a quejar, cuando veo que se baja los pantalones hasta las rodillas y su polla sale disparada. Se frota un par de veces conmigo a la vez que juega con mi botón.
Con lo ansiosa que estoy, hago un movimiento rápido que termina con él dentro de mí. Ambos gemimos por el contacto, e inicio con un movimiento lento de caderas. Nuestros cuerpos se estremecen.

- Oh dios, jamás habías hecho eso. Vamos, otra vez. -

Vuelvo a hacerlo, y él vuelve a soltar un excitante quejido. Como me ha encantado, lo repito varias veces más. Su voz se vuelve más ronca de lo normal, y demasiado cargada de placer. Mis fluidos se estaban volviendo locos de lo tan húmeda que estaba. Podía sentirlo deslizarse con facilidad en mi interior.
Contraje un poco mi vagina, y esta vez Jimin gimió fuerte.

- Cariño, no te detengas. -

Me levanto quedando suspendida de mis brazos. Quiero voltearme y ser yo quien esté sobre él.
Es entonces que no sé cómo ni de dónde saco la fuerza necesaria, que acabo girando nuestros cuerpos y acabo sobre él en el auto. Me vuelvo a montar en su polla.

- Por dios, eres una salvaje. El castigo era para ti, no para mí. -

- Sé más rápido, querido. -

Me deslizo de arriba hacia abajo, en círculos y de adelante hacia atrás volviéndolo loco. Jimin también hace el intento de penetrarme hasta el fondo y duro.
Le beso los labios con desespero, jugando con nuestras lenguas y mordiendo de vez en cuando sus gruesos labios.
Le susurro palabras morbosas al oído, y creo que ya no puedo más.
Mis piernas se empiezan a cansar de tanto brincar sobre él, así que Jimin me toma por las caderas para hacer él los movimientos. De pronto la posición nos es incómoda para ambos, así que se levanta conmigo.
Acomoda la camisa en el lugar preciso para dejarme recostada boca abajo sobre el auto. Se pone detrás de mí, y se vuelve a hundir en mi entrada. Ahora los movimientos son más rápidos y profundos. Fuertes y duros. Mis pies apenas tocan el suelo.

Suerte que somos los únicos en ese lugar, sino ya nos habrían visto.
Alzo una de mis manos hacia atrás en busca de la suya. Entrelaza sus dedos con las mías y me corro apretando sus dedos.
Minutos después me sigue él, apoyando su cuerpo sobre el mío. Ambos quedamos recostados hasta recuperarnos. Me levanta para volver a sentarme mirando su cara. Me abraza y me besa con cariño.

- Hora de ir a casa. -

Nos reímos y recogemos todas las prendas metiéndonos con rapidez al auto. Vaya frío que comenzaba a hacer. Y recién ahora es que nos dábamos cuenta.

Esto se está saliendo de control. No me puedo detener.... Okya. Me calmo.

¿Les está gustando la historia?

¿Tengo una duda, qué creen que pasará más adelante? Hagans sus anécdotas. Las estaré leyendo.

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