FIRST LOVE {YOONNIE} +18

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Estábamos a punto, pero a punto de hacerlo en el baño, de no ser porque ella me detuvo ya que comenzaron a golpear fuertemente la puerta del baño. Su cara me demostraba lo asustada que estaba.

- No te preocupes cariño, se detendrán en cuanto se den cuenta que no abriremos. -

Estoy a punto de volver a besarla y continuar con lo que estábamos haciendo, pero ella niega. Me aleja de su cuerpo y se baja del fregadero. Se arregla la ropa a una velocidad increíble y me mira con pánico.

- ¡¿Qué tal si es Yoongi?!. - dice alterada pero en tono bajo.

Me hace gracia y comienzo a reír. Pero ella molesta insiste.

- ¡¿Te piensas que es gracioso?!. -

Me señala con el dedo sobre el pecho, dando suaves golpecitos en él. Lo que me produce más risa y ambos comenzamos a retroceder ya que ella no se detiene. Cuando mi espalda da contra la pared, la tomo rápidamente de la cintura uniendo su cuerpo al mío. En un movimiento rápido, ahora es ella la que está contra la pared y mi pecho. Le subo una pierna en mi cadera y se la sostengo con mi mano derecha.

- Claro que no lo es, al igual de lo que tú y yo estamos haciendo aquí. -

- Jimin, ¿me prometes que no tendrás nada que ver con aquella chica?. -

Me hace una carita de pena, y me muero de amor por ella. Siempre que me hace esto, me es imposible, pero imposible negarme. Cómo hacerlo, si es tan bella. Por supuesto que por ella haría lo que fuera. Daría lo que fuera por verla sonreír.

- Por supuesto cariño, tú eres la única para mí. -

Cerramos nuestro trato con un apasionado beso, y un abrazo de nunca terminar. Nos arreglamos las ropas. Vuelvo a mojar mis manos para repasarlas por mis cabellos haciendo que este se quede hacia atrás. Quedamos de acuerdo en que soy yo quien sale del baño primero, y comienzo mi camino hacia los chicos. Al llegar, estos siguen en las mismas antes de que nosotros desaparecieramos en el baño. Es como si nadie se hubiese dado cuenta de nada, y eso me alivia. A los minutos después llega Jennie, pero con dos tragos en las manos. Nuestras miradas se cruzan, y puedo ver cómo se le escapa una pequeña sonrisa sin llegar a mostrarla.

Rosé se acerca a mi lado, y me susurra al oído.

- ¿Estás bien?. -

La miro a los ojos y me sonríe. Asiento y paso una de mis manos por su cintura.

- Claro, estoy mejor que nunca. Vamos chicos, ¿qué pasa que no estáis bailando?. -

Tomo a Rosé de la mano sin haberle preguntado, y la llevo casi arrastras a la pista. Como soy consciente de cierta mirada, mis pasos de baile esta vez son más precavidos y concisos. No quiero sobre pasarme.
Aunque después de lo sucedido, me encantaría tener una pelea para después tener la mejor de las reconciliaciones.
Cuando en un principio pensé que esta iba a ser una terrible noche, no podría ser mejor. A mi lado se unen los chicos, y todos nos divertimos bailando. Cada uno con sus parejas.
Volteo a ver a Jennie, pero esta ya no está. Ni mucho menos lo está Yoongi. No quiero pensar cosas ahora que estoy tan feliz, así que lo olvido y sigo en la diversión. Debería acostumbrarme a esto ya que no será la primera vez.

- Jimin, ¿te importa si nos marchamos?. -

Asiento, y me lleva de la mano. Al pasar por al lado de los chicos, grito.

- Me largo, avisadme de cuando estén en casa. - Namjoon asiente, y estrechamos las manos. De igual forma lo hago con los chicos y me voy junto a Rosé.

La verdad, no sabía hacia dónde nos diríamos. Pero luego lo supe en cuanto caminábamos por el estacionamiento del recinto.

- ¿Cuál es el tuyo?. -

Cojo las llaves de mi bolsillo, y acciono la alarma para que esta suene. Rosé se queda maravillada observando mi precioso camaro. Y con razón, era hermosísimo.

Caminamos de la mano hacia él, y le abro la puerta copiloto para que suba. Luego me monto yo, y enciendo la calefacción ya que estaba muy frío el carro. Era una noche helada, por suerte me había traído una chaqueta, la cual estaba sobre el cuerpo de ella ya que estaba muriendo del frío.

***

Cuando estacioamos el carro, estábamos fuera de la casa de ella. No se bajó de inmediato, ya que como estábamos conversando, se había extendido el tema que teníamos. A decir verdad, teníamos muchas cosas en común y eso me sorprendía.
Era una chica muy alegre, introvertida, además de ser muy sociable. Algunas cosas diferentes a mí, pero que de ella me atraían de alguna forma. Era interesante conocerla, y me aseguraría de hacerlo.

- Lo pasé muy bien junto a ti, Jimin. Espero que podamos volver a vernos. -

Sonrío, y asiento de acuerdo con ella.

- Me encantaría también. -

Intercambiamos nuestros números de teléfonos y ella me manda de inmediato un mensaje con un emoticono. Como dije, ella es muy alegre.
Nos despedimos, pero soy yo quien hace el acto. La tomo por la mejilla y unimos nuestros labios. Anteriormente no lo dije, pero me habían encantado sus labios. Su sabor era exquisito.
Ansiaba volver a probarlos pronto, y ahora lo estaba haciendo. Ella con timidez, me coje de la camisa con firmeza para que no me detenga ni me aleje tan pronto.
Su lengua juega con la mía, y estoy a segundos de perder el control. Pero no puedo, no con ella.
Me detengo y con lentitud me voy alejando de ellos, mientras succiono su labio inferior. Suelta un suspiro, y sus mejillas se tornan rojizas. Eso me hace querer apretar sus cachetitos, y lo hago dejando un casto beso sobre ellos.

- Nos vemos, Jimin. -

- Nos vemos, Rosé. -

Se baja del carro, y me regala una última sonrisa antes de desaparecer de mi vista. Me quedo unos segundos ahí pensando en todo, y una sonrisa se escapa de mis labios. A pesar de todo, estaba feliz.
Enciendo el motor y arranco tomando de nuevo el camino a casa. Las calles estaban solitarias, y yo era el único que las habitaba a estas horas.
Cuando ya estaciono mi carro en el garage, caigo en cuenta de algo.

Mierda, mi chaqueta.

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