Un YoungJae de nueve años corría los largos pasillos del viejo edificio, tropezando constantemente por la longitud de las telas que formaban su disfraz. Ese halloween decidió ser Merlín, porque era poderoso y quería tener su larga barba cuando sea grande. Pero, debía conformarse con la barba recortada que la directora del orfanato le regaló.
Ahora debía encontrar a su Rey Arturo, pero luego de ser rechazado por los demás niños, decidió buscar al único que jamás le diría que no.
Por lo qué, saltando rocas y gateando hasta lo más recóndito del sótano, se encontraba el escondite del niño más temido del orfanato; su mejor amigo. YoungJae antes le tenía mucho miedo a ese lugar, sin embargo, cuando estaba con su hyung entendió que la oscuridad y soledad no era tan mala, pero prefería estar acompañado por él, quién lo hacía todo mejor.
Como siempre, el niño se encontraba sentado en una esquina del sucio lugar golpeando a una rata que falleció hace más de dos días por la fumigación del área. Pero, por alguna razón su amigo no dejó que la desecharan cuando se hizo la limpieza de todos los bichos muertos.
—¡Arturo! ¡Arturo!
—Oh, no. Ya enloqueciste. —dejó la rata a un lado y lo miró fruncido—, ¿Pero qué cargas puesto?
YoungJae se acercó sonriente e hizo una reverencia hacia él.
—Los dioses me han llamado para decirme que usted, ser aparentemente maligno, es el nuevo Rey de ésta humilde cuidad. —sus palabras pasar de que eran ridículas y un poco mal pronunciadas por la dificultad que le había provocado los dientes que perdió recientemente. Hacía su mejor esfuerzo para sonar tan firme como podía— O edificio. ¡Vamos a llamarlo castillo!
JaeBeom soltó una risa pequeña por lo último, el pequeño colocó sus manos detrás de su espalda y se elevaba emocionado con la ayuda de la punta de sus pies.
—Pues, que castillo más humilde.
—¿Ves? ¡Tienes hasta el humor de mierda de Arturo!
—¿Dónde aprendiste esa palabra?
—¡Biditi baditi bu! —YoungJae, usando poca fuerza, le golpeó la cabeza un par de veces con su falsa varita y luego dejó caer una corona hecha de papel en su cabeza— ¡Por el poder que me concede mi omma directora, eres el nuevo Rey!
JaeBeom atrapó la corona antes de que se le cayera y la observó por un rato en un profundo silencio. Todos los niños se habían reunido para jugar con sus disfraces, pero nadie lo invitó ya que mantenían una distancia bien marcada de él. YoungJae también había optado por buscar a otra persona con quién divertirse, por eso decidió esconderse y que nadie pudiera ver que realmente tenia deseos de jugar.
Elevó su mirada, encontrándose con la sonriente expresión de YoungJae.
—Eso es de cenicienta, no merlín.
—No me importa, hyung. —se dejó caer a su lado— Yo sigo siendo el brujo y tu mi Rey.
Su palabras causaron un extraño calor en su pecho.
—Eres tan molesto. —pronunció muy suave con las mejillas sonrojadas.
YoungJae saltó a su lado y comenzó a explicarse como jugarían, ya que el conocimiento del mayor sobre la historia de Merlín era relativamente poco. JaeBeom escuchó con atención y después corrieron de vuelta al piso principal, sorprendiendo a los demás niños de lo mucho que se divertían, pero nadie intentó hablarles porque el cadáver de la rata muerta en sus manos les asustaba.
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―brave boys.
Fanfiction(🍌) : JaeBeom y YoungJae son tan unidos, como dos compañeros del crimen. ¡Oh, esperen! Eso exactamente son. ↳ 2jae. ↳10/12/2019 ¡puesto #2 en el ranking 2jae! ↳ registrada en safe creative...