4O | make it right

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Llegaron al lugar una hora después a que brave boys comenzara, ya que en ese momento todos estarían tan enfocados en hacer apuestas que no notarían que el líder no se encontraba cerca. JaeBeom tenía los nervios de punta mientras JinYoung escondía el automóvil y le daba la señal a Jackson para  que los dejara pasar.

JaeBeom conocía los pasadizos de dílseacht, porque en algún momento los había recorrido. El olor a moho de las paredes, los charcos en las esquinas de los pasillos y la tenue iluminación no era nada que no fuera familiar para él.

Exhaló, olía a una mezcla extraña de humo y café.

Los pasillos eran estrechos y lucía como un laberinto recorrerlos. Empezaba a reconocer hacia donde se dirigían, por supuesto, la oficina del líder. 

Durante el camino, JinYoung le explicó como Jackson revisó el lugar antes, no encontró nada que fuese peligroso, creyendo que aquello lo calmaría. 

Sin embargo, una vez que estuvo frente a la puerta, su cuerpo soltó un largo suspiro.

—Estaremos observándote. —JinYoung le da un último apretón de hombros antes de alejarse hacia la otra habitación, donde Jackson se encontraba esperándolos.

JaeBeom se pasó la mano varias veces por el cabello, preguntándose si YoungJae ya estaba allí o si debía esperarlo. Qué diría, que sucedería.

Que sentiría.

Su mano giró el picaporte con lentitud, su corazón bajó poco a poco hacia su estómago y no pudo evitar temblar cuando observó el interior de la habitación.

YoungJae se giró con tanta velocidad que su cabello azabache se despeinó un poco, sus cejas se alzaron y sus labios se separaron para emitir un jadeo.

Hyung

Su voz era suave, como siempre lo había sido, como si el chico que dijo frente al jurado que lo había maltratado por año con decisión y sin remordimiento jamás hubiese existido.

YoungJae

El chico jugueteó con sus dedos, volviéndose pequeño bajo la mirada del mayor. Aún con toda la vestimenta elegante, los relojes caros en sus manos y el peinado que le proporcionaba una apariencia más intimidante,  aquella característica suavidad en sus actos no desaparecía.

Sus ojos se encontraron, los de YoungJae soltaron un destello.

JaeBeom atrapó los micrófonos escondidos en los bolsillos de su pantalones y cámaras en su chaqueta con sus manos, YoungJae lo miró confundido.

—¿Estás bien?

—Sí haremos esto —elevó los aparatos con sus manos, para que el chico pudiera verlos—, lo haremos bien.

Miles de piezas se esparcieron contra el suelo, YoungJae se sobresaltó por el estruendoso sonido que éstas hicieron al chocar contra el suelo.

—D-de acuerdo.


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―brave boys.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora