38 | I would let you kill me

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lean el capítulo 18 antes, ya que ésta es su continuación directa.

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Meses antes.


JaeBeom soltó el rostro de YoungJae, rompiendo así el beso que habían estado compartiendo por unos largos minutos. El menor se encontraba con el rostro sumamente coloreado, mientras que el mayor no se atrevía a mirarlo a los ojos, por lo que solo concentró su vista en su mandíbula. Las personas continuaban celebrando, pero retomando sus posiciones para que el show pueda continuar.

—Vol-vamos a casa. 

Y se levanta, sin molestarse en revisar si el menor lo estaba siguiendo.

Porque no puede enfrentar su mirada de decepción.

JaeBeom sabe que YoungJae lo sigue porque vio su reflejo en una de las tiendas fuera de la feria, disminuyó la velocidad de sus pasos para que ambos estuvieran al lado del otro. El menor mantenía su cabeza baja, pateando algunas piedras durante el camino. 

Su corazón se hinchó dolorosamente en su pecho al recordar el choque de sus labios, la textura suave y el sabor a refresco de uvas,  la mirada brillante cuando sus manos tocaron sus mejillas. 

Sacudió su cabeza, estaba mal pensar de esa forma, pero no puede evitarlo. YoungJae no menciona ni una sola palabra y no está claro que tan bueno o malo sea aquello.

En la entrada de su casa, JaeBeom se detuvo en frente de YoungJae.

El menor lo miró confundido, pero si eliminar por completo la expresión de tristeza de su rostro.

—¿Me odias? 

El miedo en la voz de JaeBeom hizo que YoungJae temblara, jadeando por un momento y negando con su cabeza tan rápido como puede.

—Eres mi hyung —dice—, ¿cómo podría odiarte?

—Te besé. 

YoungJae vuelve a sonrojarse.

—Me gustó.

Ahora es el turno de JaeBeom para ruborizarse.

—No quiero hacerte daño —coloca sus manos dentro de sus bolsillos—, no así.

El menor volvió a negar.

—Tú nunca me haces daños, hyung. —se atrevió a acercarse para tomar sus manos— Pero, yo no estoy seguro si ese sea mi caso.

JaeBeom frunció el ceño.

—YoungJae, no eres capaz de herir ni a una mosca.

—Eso fue cruel. —el mayor río y acarició la muñeca del chico— A veces lastimamos a las personas y no nos damos cuenta.

El contrario se encoge de hombros.

—No creo que me puedas herir de forma intencional. —YoungJae le da una mirada que no puede descifrar— ¿Verdad?

Lentamente, niega.

—Si te hago daño...—su voz es suave—, ¿me perdonarías?

—Si te hago daño... —JaeBeom imita su tono—, ¿me matarías?

—¡No! ¡No!—YoungJae empieza a quejarse y JaeBeom solo se burla— Sin ti estaría vacío, hyung. ¿Cómo puedes creer que yo sería capaz de matarte?

Se encoge de hombros como respuesta.

—Yo dejaría que me mataras, si fuera necesario.

YoungJae no encuentra las palabras adecuadas para responder, así que relame sus labios y suelta las manos de JaeBeom. El mayor lo mira preocupado.

—Lo siento.

—Está bien.

—¿Seguro? 

YoungJae asiente.

—Mientras pueda seguir besándote, estaré bien. —JaeBeom rueda lo ojos cuando los colores se le empiezan a subir al rostro.

—De acuerdo.

El menor sonríe.

Y el chico escondido entre los arbustos, también, siempre observándolos.


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―brave boys.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora