19 | i don't really like you, but i accept that kiss.

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No fue premeditado y todo debía ser planeado unos minutos, pero él adquirió una diminuta casa con el suficiente espacio para los dos en la ciudad más alejada que encontró, Busan y supo que no volvería a tomar una decisión de esa manera.

Para empezar, una semana de trabajo perdida porque YoungJae se negó a levantarse de la cama. JaeBeom trató de comprenderlo, pero al primer mes comenzaba a ser demasiado, especialmente por todas las nuevas responsabilidades que tenía. Dílseacht esperaba por él, pero no podía preparar nada porque el castaño decidió no cooperar.

Improvisó, cuando recibió la primera advertencia de parte de la mafia. Una pacífica conversación donde Wang le explicaba que el jefe necesitaban verlo cumplir órdenes, por lo que no tuvo otra opción.

—YoungJae, ponte tu chaqueta, vamos a salir.

Recibió un gruñido como respuesta, el menor quejándose de su interrupción.

—Tengo sueño, hyung, no moleste.

JaeBeom suspiró y abrió la puerta sin previo aviso, YoungJae se sobresaltó y se incorporó de la cama, su rostro era de somnolencia pura.

—Ponte tu jodida chaqueta.

JaeBeom aún no terminaba de conocer la ciudad, de hecho, apenas YoungJae dejó de lucir como un vagabundo y volvió a adoptar su ropa grande que lo hacía ver pequeño, incluyendo su cabello estratégicamente despeinado, lo llevó al primer lugar colorido y brillante que encontró. Era una especie de feria, con muchas personas, atracciones grandes y mucho ruido. YoungJae estaba un poco confundido. 

—Hyung, creí que no robamos en espacios abiertos.—JaeBeom casi se atraganta con la bebida que compró, YoungJae tuvo que atrapar la suya antes de que aterrizara en el suelo. 

—No vuelvas a decir algo así tan alto, te pueden oír. —acarició el puente de su nariz— Solo cállate y termínate tu refresco para subirnos a algo. 

YoungJae empujó su labio inferior, pero terminó por beberse todo el liquido y escoger el trencito como primera parada. Solo había niños, como debía ser, pero si eso era lo que quería, JaeBeom simplemente entregaba los tickets y lo acompañaba. Así fue en más de cinco juegos donde tuvo que abrazar sus propias piernas para entrar en las mini sillas, además de enviarle miradas amenazantes a los operadores para que los dejaran entrar a los juegos.

Los niños los observaban confundidos, el momento de la foto en una atracción JaeBeom salió con cara de fastidio mientras que YoungJae estaba feliz. Claro, YoungJae no estaba conforme con eso y lo obligó a tomarla de nuevo, ahora era un pequeño aún más feliz y un JaeBeom medio compartiendo el sentimiento, pero quedó bastante decente.

Pero nada de eso fue lo que se llevó la noche, lo siguiente la terminó con broche de oro.

YoungJae le pidió a JaeBeom ir hacia un pequeño espectáculo que presentaban en el mismo recinto, diferentes talentos actuaban y ellos ya se encontraban un poco aburridos de tantos juegos. No era nada fuera de lo común, pero estaban entretenidos con algo diferente.

Hasta qué, claro, al presentador se le ocurrió algo.

—¡La cámara de besos empieza!—el público enloqueció de inmediato, YoungJae y JaeBeom los observaba confundidos, sus gritos ni siquiera los dejaron escuchar de qué se trataba todo.

En eso, una fuerte luz se posó sobre ellos.

—¡Mira hyung, estamos en la pantalla!—exclamó un feliz YoungJae.

JaeBeom tardó un poco en alcanzar a ver las pantallas, la luz lo tenía cegado por completo y cuando lo leyó, sus mejillas se sintieron calientes.

—YoungJae, ellos quieren que nos besemos.

El chico lo miró con los ojos abiertos, más claros comenzaron a ser los gritos de las personas, quienes les decían que lo hiciera.

—¿Quieres irte, hyung? 

JaeBeom se encogió de hombros.

—¿Tú quieres irte?

—¡Nosotros queremos que se besen!—gritó alguien del público, los demás los apoyaron.

Los chicos se encontraban en una incómoda situación, la cámara en su dirección y la gente sin quitarles el ojo de encima. Ambos se sentían pequeños.

JaeBeom terminó por ceder, tomando las mejillas el chico y escuchando cómo el público enloquecía.

—Escucha, realmente no me gustas, pero acepto ese beso.—susurró encima de sus labios antes de besarlos.

Sus bocas se unieron por un corto tiempo, el suficiente para que las personas celebraran como locas.  


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―brave boys.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora