27 | crying

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YoungJae siempre había sido un niño...peculiar y JaeBeom recién se percataba de éste hecho por la forma en que observaba embobado la flor que le regaló durante veinte minutos exactos.

—Si solo ibas a quedarte toda la tarde viendo una flor no te hubiera comprado un televisor desde un principio. 

Ni siquiera con sus quejas lograba captar la atención de YoungJae, quién permanecía con la espalda encorvada en el sofá y sus manos alrededor del rabillo para sostenerlo muy cerca de su cara.

  —A ver...—JaeBeom se incorporó y estuvo tentado en arrancarle la flor de las manos, pero se contuvo— A la mierda, ¡dime algo!

Sin respuesta.

—¿Al menos estás vivo? 

YoungJae respiró bastante hondo como respuesta, pero no apartaba su vista de la flor.

—¿Estás viendo el futuro a través de la flor o qué? —sí lo hacía, al menos que le diga que el precio de la gasolina iba a bajar— Olvídalo, debo trabajar. No salgas, aunque no creo que sea lo que pensabas de todas formas.

JaeBeom buscó su chaqueta y miró por última vez a YoungJae antes de salir.

Si JaeBeom habría sido menos terco y hubiera prestado atención, se habría percatado de las lágrimas que empezaron a salir de los ojos de YoungJae mientras observaba la flor como el objeto más preciado que nunca tuvo.

Al igual que el hecho de que dejó la puerta abierta.


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―brave boys.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora