Capítulo 12: Confesiones

3.1K 363 89
                                    

Sasuke se hallaba en su cama mirando el techo. Desde que había llegado a casa tras su entrenamiento especial con Naruto y se había dejado caer sobre el colchón, apenas había cambiado de posición. Estaba agotado tanto física como mentalmente. Estaba acostumbrado al ejercicio físico debido a ser parte del equipo de natación, pero esa tarde había llevado su cuerpo a límites que no conocía; estaba exhausto, sólo esperaba no tener demasiadas agujetas al día siguiente para su pelea con Kiba.

El moreno ya le había mandado un mensaje retándole a la mañana siguiente en el bosque, aunque todavía no había recibido ninguna respuesta por su parte o al menos así era hacía unos cinco minutos. Mejor sería comprobarlo, era posible que no hubiese escuchado su teléfono vibrar por, prácticamente, tener la mente en otro mundo. Estiró la mano, sin apartar la mirada del techo, tocando la mesita y tanteándola hasta que dio con su móvil. Una vez lo tuvo entre sus dedos, movió el brazo para que aquel aparato entrase en su campo visual.

Nada, ahí no había ningún mensaje ni llamada nueva. Dejó caer el brazo hasta su pecho y lo mantuvo con el móvil atrapado en su mano. Sabía que hacía bastante tiempo que debería estar descansando, pero su mente no parecía estar muy a favor de aquello. Demasiados pensamientos y emociones pasaban por su cabeza, tantos que no había una única palabra para describir cómo se sentía.

Trató de ordenar un poco aquel jaleo, aunque no sabía muy bien por dónde empezar... quizás debería comenzar por lo que se podría considerar menos importante, pero en parte, para él, lo era sin embargo, no tanto en comparación al resto de cosas que le tenían en ese estado. Mañana iba a ser la primera vez que se iba a saltar las clases y estaba nervioso por ello; nunca antes había considerado no acudir a ellas por muy aburridas que pudieran ser algunas. Siempre había creído que aprender y tener una buena educación era importante, por lo que nunca se le había cruzado ese pensamiento por la cabeza, pero ahora...

No era que hubiese cambiado de opinión, pero digamos que se le habían abierto un poco más los ojos permitiéndole darse cuenta que este mundo era mucho más grande de lo que parecía y había cosas más importantes que el instituto. Sin embargo, no era ése el motivo por el que había decidido que su enfrentamiento con Kiba fuese en ese momento del día, sino porque creía que era más seguro, ya que los adolescentes estarían en clase y los adultos trabajando, por lo que las posibilidades de ser pillados eran más bajas.

Bien, ahora que ya tenía identificado y clasificado uno de los pensamientos que rondaban por su mente, procedería a hacer lo mismo con el siguiente. Los otros tres temas que le preocupaban tenían más o menos la misma importancia, bueno, uno de ellos lo era más que los otros, por eso lo dejaría para el último lugar.

Como los otros dos estaban al mismo nivel de importancia, creyó que lo más conveniente sería continuar por orden cronológico, es decir, lo que antes iba a ocurrir, que era la pelea.

Era consciente que Naruto tenía razón y que si quería tener una verdadera posibilidad de vencer a Kiba, necesitaba mucho más entrenamiento, pero como no podía darse ese lujo, debía conformarse con lo que había aprendido esa tarde, que ya era mucho más de lo que había podido hacer en su primer enfrentamiento contra Kiba.

Pensó en los puntos débiles que le había revelado Naruto sobre su contrincante. Impulsividad y sentido del olfato muy desarrollado... ¿cómo podía usar aquello a su favor? ¿Usar la ropa sucia de gimnasia que todavía no hubiese lavado y que así le diese tanto asco que le provocaran náuseas? Sería una buena idea si no fuera porque seguramente le dejaría fuera de combate antes a él que a Kiba. Como esa idea estaba descartada, debía pensar en otra estrategia.

- Pero, ¿cuál? - murmuró para sí mismo en la soledad de su dormitorio.

Estaba pensando en ello, cuando la puerta de su habitación se abrió de repente.

Twain Harte (Naruto: Naru-Sasu, Kakashi-Minato)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora