Capítulo 23: Control

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Naruto observó la estancia comprobando el estado de sus amigos mientras analizaba la situación, pero sin dejar en ningún momento de tener controlado a Pain. No pudo evitar sentirse alarmado y preocupado ante lo que sus ojos captaron.

Había señales de pelea por toda la habitación: lámparas tiradas en el suelo, marcas de zarpazos en muebles y paredes, sillas rotas... pero sobre todo, salpicaduras y pequeños charcos de sangre por todas partes. Podía oler que aquel líquido rojo pertenecía a diferentes personas, lo que quería decir que ambos bandos habían dado golpes, pero también los habían recibido.

En un rincón, vio un cuerpo inmóvil y por un momento se asustó pensando que podría ser uno de sus compañeros, hasta que se percató de que no era alguien de su manada. Por el color de su cabello, deducía que debía ser Hidan y parecía bastante malherido, lo suficiente como para haberse desmayado.

Continuó observando y vio otro cuerpo tirado en el suelo y, si no fuera porque había notado la presencia de Gaara, habría creído que se trataba de él por el pelo de color rojo. Sus ojos siguieron moviéndose hasta dar con Gaara que parecía estar peleando contra otro miembro de la manada de Pain. Si no se equivocaba, se trataba de Kakuzu. Parecía que su llegada había interrumpido su pelea, ya que ambos estaban parcialmente transformados y se encontraban en posición de guardia, seguramente analizándose mutuamente. Casi con total seguridad, ambos debían haberse dado cuenta ya, al igual que él, de que sus fuerzas estaban bastante igualadas. Pese a ello, sabía que Gaara lo tenía controlado y podría detener a su contrincante si se atrevía a atacar, por lo que siguió revisando el lugar.

Muy cerca de ellos, se encontraba Kisame apoyado sobre una rodilla, con la respiración entrecortada y su mano haciendo presión en la herida de su hombro, la cual tenía muy mala pinta. Pero no fue eso lo que le llamó la atención sino el lobo frente a él con el hocico manchado de sangre y que gruñía de forma amenazadora a Kisame.

¡Mierda! Sai se había tenido que transformar por completo y, debido a haber pasado gran parte de su vida viviendo como lobo, su parte animal debía haber tomado el control en ese momento. Podía notar que tenía intención de acabar con su víctima de una vez por todas, por lo que debía de hacer algo para evitarlo, porque no quería que Sai tuviera que cargar con la muerte de alguien sobre su conciencia.

Naruto empezó a moverse para ir hasta Sai y detenerle, pero antes de que pudiera hacerlo, Pain se interpuso en su camino.

- ¿Adónde crees que vas? - preguntó el chico sonriendo con diversión –. ¿Crees que puedes llegar para estropear esta fiesta improvisada y pasar del anfitrión sin siquiera saludarlo? - fingió estar ofendido.

El rubio ni se molestó en contestar, no tenía tiempo que perder. Con gran rapidez, esquivó a Pain y se puso frente a Sai lanzando un fuerte ladrido dándole la orden de que se detuviera, porque puede que no pudiera razonar con él como humano, pero sí podía controlarlo como lobo y su alfa.

Sai reaccionó ante la orden del alfa y detuvo su acción de rematar a Kisame, dando un par de pasos hacia atrás y volviendo parcialmente a ser humano, pero en ningún momento le quitó los ojos de encima ni dejó de enseñarle los dientes en clara advertencia de que ni se le ocurriera moverse o le detendría a la fuerza.

- En serio que eres un aguafiestas – escuchó que le decía Pain – ¿por qué le has detenido justo cuando se estaba poniendo interesante? Iba a ser todo un espectáculo y tú lo has fastidiado.

Naruto no daba crédito a lo que oía. ¿De verdad estaba deseando que Sai atacase a Kisame y acabase con su vida sólo porque lo consideraba divertido? Porque debía saber al igual que él, que Kisame no tenía ninguna posibilidad contra Sai transformado en lobo y menos en las condiciones en las que se encontraba.

Twain Harte (Naruto: Naru-Sasu, Kakashi-Minato)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora