Please, Rose |S.M|

Capítulo 5

Maratón 2/2

Rose

Suspiro con alivio cuando el auto se detiene y puedo ver la gigantesca mansión de los Mendes, ellos son más ricos que nosotros. Bajamos todos del auto y nos dirigimos a la puerta de la entrada. Esta se abre dejando ver a Tom, el mayordomo de la familia Mendes.

-¡Bienvenidos! ¡Pasen por favor!- dice amablemente. Pasamos y el mayordomo nos conduce a la sala principal.

Puedo ver a el señor y señora Mendes, a su lado están Emily y Jason Mendes, el cuál me mira con una sonrisa de oreja a oreja. Todos visten muy elegante.

-¡Steve!- saluda amistosamente el señor Mendes a mi padre, se dan la mano mientras que mi madre saluda a la señora Mendes. Mis hermanas empiezan a saludar a los hijos de los anfitriones y hago lo mismo.

-¡Wow! ¡Te ves espectacular, Rose!- dice Jason luego de nuestro abrazo, no deja de sonreír.

-Gracias. Tú también te ves increíble, Jason- le digo y es verdad. Jason tiene el cabello castaño, piel blanca, cejas espesas y ojos de un azul como el mar. Jason es guapo. Y se ve mucho más guapo con ese traje negro, lleva una corbata azul marino.

Después de conversar, pasamos a cenar. La cena transcurrió tranquila, cenamos bien, pero lo que no estaba bien es que siempre que alzaba la vista me encontraba con Jason mirándome con una sonrisa.

Si, ya sabemos que tienes los dientes perfectos y blancos como la nieve. Pero podrías dejar de sonreír, amigo. Das miedo.

Estaban por servir el postre. Cuando ví que los empleados lo traían no puede evitar saborear ese pastel de chocolate. Sonreí cuando pusieron el pequeño plato en frente mío. Estoy por llevarme la cuchara a la boca.

-Rose- dice mi madre. Maldigo para mis adentros. Ni una mugrienta rebanada de pastel puedo comer sin que me molesten.

Alzo la mirada y hago una mueca.

-¿Podemos tener tú atención y la de toda la mesa?- dice mi padre con una sonrisa.

Todos los presentes voltean a verlo.

-Cómo ya todos sabrán- comienza mi padre -la familia Mendes y la familia Campbell son muy unidas. Siempre nos apoyamos mutuamente entre nosotros. Cualquiera problema. Sin contar que ambas fortunas han sido construidas con la ayuda de la otra. Siempre hemos estado juntos, y queremos siempre estarlo- veo a mi madre sonreír y limpiarse una lágrima.

Válgame Dios

-Es por eso que estamos muy complacidos con esta noticia. La razón de esta cena es el- mi padre es cortado por el estruendoso sonido de la puerta principal.

Todos volteamos a ver qué es y lo veo.

Está vestido con unos jeans oscuros, lleva una camisa negra con estampado de flores, la camisa está fuera de su pantalón y algunos botones están desabrochados. Sus mejillas están rojas  y su cabello castaño está alborotado. Sus ojos miel observan la escena que ha creado y sonríe, mostrándonos sus dientes blancos.

-¿Interrumpo algo?- su voz es ronca. Ruedo los ojos y volteo a ver a mi padre, este carraspea y mueve la cabeza.

-No, tranquilo, Shawn- dice el señor Mendes - No interrumpes nada, de hecho llegas justo a tiempo- sonríe y Shawn se acerca a la mesa.

-¿Ya pueden explicarme de qué se trata esto?- gruño viendo a mi padre. Él sonríe.

-Claro, Rose- toma la mano de mi madre y el señor Mendes hace lo mismo con la mano de su esposa, volteo a ver a mis hermanas, están igual de perdidas que yo, volteo a ver a Jason, él sigue sonriendo.

-Como decía... la razón de esta cena es para anunciar nuestra felicidad respecto a el evento que hará que nuestras familias se unan- sonríe más y mi madre está al borde del llanto -¡Estamos felices de anunciar el compromiso de Jason con nuestra querida y amada Rose!

¿QUÉ QUÉ?

...

Estoy aturdida, no oigo nada, no comprendo nada. Debe ser una broma. Es una broma, una muy pesada.

Pero me doy cuenta que no lo es cuando veo a mis padres y los señores Mendes aplaudir y sonreír al igual que Jason. Mis hermanas sonríen y hablan entre ellas. Shawn tiene las cejas alzadas y la boca abierta. Me lleno de valor y me atrevo a romper la burbuja de felicidad y sonrisas qué hay a mi alrededor.

-¡¿Comprome qué?!- mi mano golpea la mesa atrayendo la atención de todos.

-¡Comprometida, Rose!- dice alegremente mi madre.

-¡¿Según quién?!- grito y estoy a nada de perder los estribos.

-Según nosotros, obviamente- dice mi padre sorprendido. Listo, los perdí.

-Obvio en este momento estás sorprendida pero tienes que estar feliz, Rose. ¡Te vas a casar!- dice mi madre y da pequeños brincos en su lugar.

-¡¿Feliz?! ¡Tengo que estar feliz!- me levanto de la mesa -¡Feliz porque me acaban de comprometer sin mi consentimiento! ¡No lo haré! ¡Primero me muero!

Salgo corriendo a la gran entrada y no sé qué hacer. Me siento impotente, no puedo hacer nada. Quiero pensar que todo esto es un sueño, porque esto no puede estar pasando. Camino de un lado a otro frente a la gran puerta. Mis manos están en mi cabeza y mi cebolla empieza a deshacerse. Mi corazón late tan fuerte que temo sufrir un ataque cardíaco, lanzo un grito ahogado de frustración, las lágrimas amenazan con salir pero las reprimo. No voy a llorar. Todavía no.

-¡Rose!- volteo a ver a mi madre correr hacia mi, detrás de ella viene mi padre.

-¡Rose no hagas una maldita escena así que vuelve al comedor!- mi padre alzó la voz, esta enojado. No me importa.

-¡No iré! ¡oblígame!- escupo con odio -¡No puedo creer que me vendieran! ¡Soy una persona! ¡Un ser humano!

-¡No te vendimos, Rose!- dice mi madre y me toma del brazo, su agarre es fuerte. Me quejo -Rose...- dice más calmada y suelta mi brazo -No preguntes, sólo hazlo hija.

-¡Primero me dicen el porqué!- mi voz se quiebra y se me forma un nudo en la garganta.

-¡PORQUE LO DIGO YO!- grita mi padre. Me quedo callada -¡Deja de llorar! No te pido permiso, lo vas a hacer. Te casarás con Jason Mendes. ¡Quieras o no!

Los veo regresar al comedor. Grito, dejo salir todo en ese grito. Y comienzo a sollozar.

-Los odio- susurro con todo el odio del mundo.

Me tiro en las escaleras de mármol y pego mi cara al barandal. Las lágrimas caen por mis mejillas y lo único que hago es llorar. El ruido de los zapatos contra el mármol me hace levantar la vista. Es Shawn.

Me mira detenidamente desde la otra escalera. Noto en su mirada un toque de lástima, lo miro por unos segundos hasta que desvía su vista de mi y sube las escaleras. Entierro mi cara entre mis piernas buscando así una manera de escapar de esta situación.