Capítulo 17

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Rose

-¿Lista?- Susie me mira por el espejo de mi tocador -Hoy es el gran día, Rose.

Le doy una sonrisa forzada y ella sale de mi habitación, suelto un gruñido y me levanto del banquillo para ir a tirarme en la cama.

No quiero bajar, no quiero bajar y no quiero bajar.

Simplemente no quiero. El día por el que estuve temiendo por dos semanas ha llegado por fin.

Mátenme, maldita sea.

Me levanto de la cama y me asomo por mi ventanal. El jardín luce tan hermoso. Hay varias mesas redondas con manteles blancos que hacen resaltar la madera de las mismas, hay como 8 sillas por mesa, las cuáles tienen un pequeño adorno de orquídeas amarradas a ellas. Sin contar que los centros de orquídeas se ven hermosos, he de admitir; aunque sigo creyendo que se hubieran visto mejor los girasoles.

Ya se empieza a ver actividad, hay personal andando de aquí a allá por el jardín. Supongo que los invitados están en el salón principal.

-¿Rose, cariño?- giro y me encuentro a Ingrid vestida con su uniforme negro de gala -Ya es hora.

Asiento y me doy un último vistazo en el espejo antes de salir.

Espero que todo salga bien.

...

Mi corazón late con fuerza. Estoy a unos minutos de entrar con mi familia al gran jardín en dónde me esperan aproximadamente 300 invitados, si no es que mi madre invitó a más personas.

-¿Lista, Rose?- la dulce voz de Sophia me saca de mis pensamientos, se ve tan angelical con su vestido rosa pastel -Te ves preciosa.

-Ella tiene razón- Emma me da una sonrisa sincera y me da un masaje rápido en mis hombros -Estarás bien, tranquila.

-Gracias- intentó calmar mi respiración pero me es imposible.

-¿Rose?- una voz masculina me hace girar. Jason -¿Podemos hablar?

Giro a ver con desesperación a mis hermanas buscando que me rescaten, pero ellas sólo me muestran los pulgares y una sonrisa antes de irse.

Gracias, yo también las amo.

-Claro.

Caminamos hasta quedar en el pasillo próximo a la cocina. Jason se pone frente mío y carraspea su garganta.

-Bueno...- toma aire -Tan sólo... escucha y no digas nada hasta que acabe, por favor.

Asiento con cautela y lo veo pasar una mano por su cabellera castaña. Sus ojos azules se posan en los míos.

-Yo se que no me amas, Rose- baja la mirada y se me hace un nudo en la garganta, pues tiene razón -Y también soy consciente de que no te entusiasma la idea de casarte conmigo- carraspea de nuevo y vuelve a verme a los ojos -Lo único que te pido, es una oportunidad- toma con delicadeza mis manos -Yo se que te puedo hacer feliz, lo intentaré y daré lo mejor de mí solo por verte cómoda a mi lado- el nudo en mi garganta se hace más pesado -Sólo una oportunidad, no pido más - sus ojos suplican a los míos una pizca de empatía -Si de aquí a la boda no eres feliz conmigo... si todavía no me amas... te dejaré ir... porque yo te amo, Rose.

No se qué hacer, todo esto llegó de la nada.

Él está dispuesto a enamorarme, porque quiere que le ame como él a mí.

Sonrío con lentitud y aprieto sus manos con las mías.

-De acuerdo- su cara denota asombro -Tienes una oportunidad, sólo una, Jason- el me mira con emoción -Hazme amarte.

El me abraza con fuerza y deposita un beso en mi mejilla, lo veo alejarse a buscar a su familia.

Me dirijo a paso lento a la cocina, necesito aire.

Llego y aprovecho a mirarme en el reflejo que da el horno. Todo está en orden. Suspiro con alivio.

-Wow- una voz me hace dar un pequeño salto en mi lugar -Eso fue tan hermoso, ¡Bravo, Jason!

Shawn me mira irritado desde el otro lado de la gran isla de la cocina mientras aplaude con rudeza. Ni siquiera me di cuenta que estaba aquí, y lo peor, al parecer escucho mi platica con Jason.

-¿Qué haces aquí?- me atrevo a preguntar con cierto miedo en mi interior.

-Nada, Rose- me mira con recelo -Sólo vine a tu fiesta de compromiso- le resta importancia desviando su mirada a el frutero de la isla -Porque tú me lo pediste, ¿te acuerdas?- su voz tiene un tono de molestia.

Esa actitud me pone de malas y el hecho de que me esté reclamando que me voy a comprometer cuando él ya sabía, pues estuvo presente en esa cena, tan sólo le da más tensión a la situación.

-Mira, idiota. Si crees que pued-

-¡Rose!- mi madre entra corriendo en la cocina -¡Ya vamos a entrar!

Me toma del brazo y me lleva a rastas a la puerta de acceso al jardín.

Mi familia se arregla sus ropas y tomo una gran bocanada de aire cuando se abren las dos puertas mientras la música suena  de fondo.

Aquí vamos.

...

-¡Felicidades!- vitorean todos los invitados mientras aplauden con euforia.

Me encuentro al lado de Jason, sujetando su brazo. Jason tiene una sonrisa de oreja a oreja. Lo consiguió. Estamos comprometidos.

El anillo de oro en mi dedo lo confirma.

Suspiro y camino agarrada del brazo del Jason a través de las mesas del lugar. Nos dedicamos a sonreír y agradecer la presencia de los invitados en la fiesta.

La fiesta pasa a un ritmo tranquilo, saludando a los invitados, brindando, bailando y platicando. Claro, siempre al lado de Jason.

-Voy al baño- Jason asiente y me suelto de su brazo.

Me adentro en la mansión y a mi paso voy saludando a todas las personas que me dedican amistosos "felicidades", "te ves espectacular", "se ven tan hermosos juntos", "espero la boda con ansias" y de más felicitaciones.

Suspiro cuando llego al pasillo cercano a la sala principal. Entro al baño y cierro la puerta con seguro.

Suelto una gran bocanada de aire por la boca y paso las manos por mi frente tratando de asimilar la idea de que estoy comprometida.

Observo mi reflejo en el espejo del baño. Mi cabello está recogido en una media cola por lo que caen mechones de cabello en mis hombros. Mis mejillas están de un color rosa suave por el blush y mis pendientes redondos de diamante adornan mis orejas.

Me lavo las manos y el contacto del agua fría con mi piel quita, de alguna forma, un peso de mi. Seco mis manos en la toalla blanca que está doblada encima del lavamanos y arreglo mi vestido antes de salir.

Empiezo a caminar en el pasillo a paso lento hasta que una mano tapa mi boca y otra sujeta mi cadera de forma brusca. El dueño de las manos gira mi cuerpo con rapidez y de pronto lo veo. La sorpresa desaparece y la remplaza una pizca de furia.

-Hola, preciosa- sus ojos miel me miran con sarcasmo -Tenemos que hablar, Rose.

Please, Rose |S.M|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora