Capítulo 10

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Rose

Está de pie dándome la espalda mientras mira por su enorme ventana. Lleva es bata que siempre usa cuando es navidad.

Si creí que estaba confundida, ahora puedo afirmar que lo estoy. Abro la boca pero no digo nada.

-Hola, Rose.

Vaya que si soy estúpida.

-¿Qué es esto?- limpio con fuerza las lágrimas de mi mejilla con el dorso de la mano -¿No se supone que estás muerto?

-¿Muerto? ¿Yo? ¡Oh mi amada Rose, vaya que eres ingenua!- voltea a verme y una sonrisa burlona se dibuja en su cara -Yo no he muerto, y no lo haré antes de la boda de mi hermosa hija.

Lo miro con desprecio. Me engañó. Me ha engañado para volver a casa y yo caí redondita en su mentira.

-Si querías que viniera, ¿porqué no mandaste a tus hombres por mí?- lo señalo con el dedo y me acerco a paso lento pero firme a él -¿Por qué tú maldita necesidad de mentirme, engañarme y obligarme a hacer cosas que no quiero?

-¡Oh, Rose!- camina hasta quedar frente mío, sus ojos verdes me observan triunfantes -Ya sabia que ibas a volver si decía una mentira. No hubo la necesidad de mandarte a buscar, Rose.

Tenso mi mandíbula. No puedo creer que me preocupe porque lo creí muerto. ¿Cómo no espere que esto pasara?

Estúpida, estúpida, estúpida.

-Bueno, ya estoy aquí- me cruzo de brazos -pero no significa que me voy a casar.

-Oh, si lo harás. De eso yo me encargo- mira mi vestimenta y hace una mueca de disgusto -¿Por qué vienes así vestida?

-¡Porque estaba disfrutando la vida antes de que me mintieran diciéndome que mi padre había muerto!- grito y me doy la vuelta. Pelear con él nunca lleva a nada.

-Cámbiate, por favor. Habláremos después de la cena.

-Ajá si- azoto la puerta de su habitación y bajo las escaleras hecha una furia.

Busco con la mirada a Shawn en la entrada, pero no está. Me dirijo a la sala principal y lo veo caminar de un lado a otro mordiéndose las uñas. Camino hacia él y en cuanto me ve se apresura hasta alcanzarme.

-¿Qué pasó? ¿De qué se murió? ¿Estás bien? ¿Necesitas algo?

-No, tranquilo. No se murió- me mira con el ceño fruncido -Todo fue una mentira para que volviera.

-Wow- suspira y se rasca la nuca -Bueno, ya estás aquí...

-Si- me tallo mis ojos -lamentablemente funcionó.

-Si, qué pena. La estábamos pasando bien.

-Si, por cierto, gracias por todo- sonrío un poco pero mi cara irradia pánico cuando recuerdo algo, tomo a Shawn del hombro -¡Shawn, mi ropa!

-Tranquila- me da una sonrisa y toma mi mano entre las suyas. Sus manos son enormes y fuertes a diferencia de las mías, pequeñas y delicadas -Mañana te traigo tu ropa, Rose.

-Gracias, Shawn- le sonrío y nos quedamos en silencio un rato. Observándonos, con las manos agarradas.

Un carraspeo de garganta nos hace saltar y soltarnos las manos. Veo la melena rubia de mi madre. Nos mira con una ceja alzada y con los brazos cruzados.

-Bueno... te veo luego- dice Shawn y caminamos al recibidor de la entrada principal -Adiós, Rose.

-Adiós- lo veo salir por la puerta y yo me apresuro a subir las escaleras.

Please, Rose |S.M|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora