Capítulo 11

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Rose

-Suéltala ya- me cruzo de brazos, esperando otra mentira.

-Verás, Rose- alza la vista y la baja al notar mi expresión -no sé si recuerdes, pero tiene 17 años que conozco a Manuel Mendes, si sabes quién es ¿verdad?- asiento y ruedo los ojos -Pues al principio, mucho antes de formar todo este imperio, nuestro imperio, el imperio de los Campbell, tú madre y yo nos vimos en apuros cuando un proyecto en el que invertimos miles de dólares, fracasó.

Me incorporo en la silla y me recargo en su escritorio.

-Pues, como te lo imaginarás, efectivamente, estábamos en la quiebra. Teníamos otros proyectos en puerta, pero no podíamos ni invertir en esos ni en los que teníamos por la falta de dinero- toma aire -Yo ya tenía previsto una reunión con Manuel Mendes para otro proyecto y ese día llegó. Me presenté en la oficina y le expliqué todo, y le di a entender que nuestro acuerdo no se iba a dar.

Se recarga en su silla y lo veo morderse el labio. Si no me dice qué pasa creo que explotaré por la curiosidad.

-Más sin embargo, Manuel me dijo que no me preocupara, que él me apoyaría, no importando de cuánto dinero se tratase. Yo accedí y le di las gracias, pero, claramente no lo iba a hacer sin obtener nada a cambio. El me dijo que no me preocupara por el momento, que ya luego me decía que quería a cambio- suspira y sonríe -Gracias a Dios salimos de esa y todo volvió a la normalidad, sin mencionar que las ganancias crecieron estrepitosamente de un día a otro. En fin, esa época quedó en el pasado. Vivíamos felices y en paz, teníamos tres hermosas hijas y una en camino. Entonces decidimos invitar a los Mendes a cenar un día. Ellos aceptaron y después de cenar estuve platicando con Manuel.

Se queda en silencio y frunzo el ceño.

-¿Y luego?

-Ah, si- mueve la cabeza y me mira -Toqué el tema de la deuda que tenemos, entonces Manuel me dijo que no importaba, que teníamos los dos a unos bebés en camino, y fue cuando se le ocurrió.

-¿Qué se le ocurrió, padre?- susurro con temor.

-Unir a las dos familias- me dedica una sonrisa falsa -Al principio no sabíamos quiénes serían los que contrajeran matrimonio. Él sugirió a Katherine y ofreció a Shawn, más sin embargo yo me negué, luego pensó en Charlotte y en Jason, pero tampoco me agrado la idea- carraspea y desvía la mirada -Entonces él te sugirió a ti, tan sólo tenías un año, ya estabas próxima a cumplir 2 años, me negué pero él insistió- me voltea a ver y lo veo tragar duro -Acepté, Rose.

Siento un nudo en la garganta y respiro con dificultad. Soy el precio de una deuda. Genial.

-¿Por qué, padre? ¿Acaso no me querías? ¿No me amabas lo suficiente para evitar que fuera el precio de tus errores?

-No, Rose- intenta tomar mi mano pero la aparto -Yo te amo, te amaba. Siempre te he amado, eres mi favorita. Tú eres diferente a ellas, hay demasiada bondad en ti. Y pensar que ya vas a cumplir 18- tiene lágrimas en sus ojos, yo también -Tan sólo creí que tú me apoyarías, pero ya veo que no.

-¿Apoyarte? ¿Casándome con alguien que no amo?- reprimo con todas mis fuerzas mis ganas de llorar.

-No te pido que lo ames, te pido que le des una oportunidad- siento caer una lágrima por mi mejilla -Si así te pones porque te comprometimos con Jason, no quiero ni imaginar como estuvieras si hubiéramos aceptado casarte con Shawn- susurra pero lamentablemente lo escuché.

-¿Con Shawn? ¿Me iban a comprometer con Shawn?- siento algunas lágrimas caer pero todavía no las dejo salir a todas.

-Si, Rose- dice y se levante de su silla -Pero cambiamos de opinión porque el té lleva 4 años y Jason sólo 2.

Me limpio con el dorso de mis manos mis mejillas y me levanto de la silla, me doy la vuelta dispuesta a salir. Ya tuve suficiente.

-Rose, entiende que todo se va a complicar si no te casas con Jason- murmura a mis espaldas -Sólo dale una oportunidad, danos a todos una oportunidad de unir a los Mendes y a los Campbell oficialmente.

Lo miro sobre mi hombro y giro la perilla de la puerta.

-No prometo nada, padre- mascullo y salgo de ahí.

...

Shawn

-Hola, Carlos- saludo al chofer de la familia y el me dedica una sonrisa.

-Es bueno verle de nuevo, joven- le extiendo la llave de mi auto y él la toma -Que descanse.

Asiento y la puerta principal se abre dejándome ver a Tom, el mayordomo.

-Buenas noches, Shawn- saluda y entro a la mansión -Bienvenido a casa.

-Esto dejó de ser mi casa hace muchos años, Tom- lo dejo atrás y me dirijo a la cocina.

-¡Hola, Shawn!- chilla Sarah. La veo sostener su bolso y las llaves de su auto lo que me indica que ya se va a su casa con sus 2 hijos.

-Hola, Sarah- la abrazo y le sonrío. Ella siempre ha estado para mi y me ha apoyado en todo, desde travesuras hasta mi decisión de irme a Londres cuando cumplí 18 -¿Ya te vas?

-Si- hace una mueca -Tengo dos pequeños por alimentar.

-¿Ya cuántos años tienen?- pregunto y saco del refrigerador una cerveza. Empiezo a beber el contenido.

-Lindsay tiene 7 y George tiene 3- sonríe al recordar a sus hijos -Se quedaron en casa de mi madre, los voy a ir a recoger.

-No te quito más tu tiempo, Sarah- me acerco a abrazarla y ella corresponde el abrazo -Les mando un saludo, a ellos y a tu madre.

-Si, yo les hago saber- se aleja pero se da la vuelta -Mañana me cuentas todo, pequeño travieso.

Me río y ella igual. La sigo hasta la entrada y cuando se va empiezo a subir las escaleras. Le doy otro trago a mi cerveza.

-Hasta que llegas, Peter- su voz me hace alzar la cabeza -Me tenías muy preocupada, idiota.

Emily.

Mi pequeña hermana me mira desde el balcón con los brazos cruzados. A pesar de que ya vaya a cumplir 16 en 4 meses yo la sigo y la seguiré viendo como una bebé, a la cual cuidaré hasta que muera.

-Hola, tonta- beso su frente y ella me abraza con fuerza, caminamos por el pasillo.

-¿Dónde estabas?- entramos a mi habitación y ella cierra la puerta, puedo ver cómo el sol empieza a ocultarse por la ventana.

Le cuento todo y ella me mira con emoción cuando menciono a Rose.

-Me agrada Rose- dice y me mira con una sonrisa -Es hermosa y es muy buena persona. Cuando tenía 9 y me caí de mi bicicleta ella lavó mi herida y me llevo con Sarah a hospital. Sostuvo mi mano mientras me cosían la herida.

-Si, lo sé- beso su frente y me levanto de mi cama -Si me disculpas, quiero descansar- señalo la puerta y ella hace un puchero pero termina saliendo.

Sonrío pero mi cara cambia cuando veo a mi madre entrar por la puerta.

-Ahora no, madre- ruedo los ojos y me tiro a la cama.

-Llegaste, mi amor- me quiere abrazar pero no la dejo -Sólo quiero saber si es-

-Karen- la corto -No me importa lo que quieras preguntarme. Te pido por favor que salgas de mi habitación.

La oigo rechistar pero cuando escucho la puerta cerrarse y volteo, ya no está.

Entierro mi cara en las almohadas y me quito los zapatos. Llegan a mi mente todos los recuerdos de la semana y me quedo dormido, pensando en Rose.

Cómo toda mi vida.

Please, Rose |S.M|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora