Capítulo 19

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Hemos terminado muestra cena, el silencio en nuestra mesa es un poco incómodo, Leila y James solamente saben hablar de trabajo. ¿Porqué no hablan un poco de su vida personal? Cualquier cosa, pero no, ellos acaban de salir de trabajar y para cenar a gusto, hablan de más trabajo. ¡Estupendo!

- Bueno chicos, yo ya debo irme.

- ¿Segura? Podemos irnos juntas - Digo inmediatamente para que no me deje sola con este hombre.

- Tranquila, por cierto James, ya tengo los boletos de avión listos para tu viaje.

Llevo mi vista a James y James mira a Leila como si la fuese a matar  por lo que acaba de decir, Leila inmediatamente se percata. 

- ¿Lo siento? - Dice con pena.

- ¿Porqué te disculpas? No hiciste algo mal ¿Verdad  James? - Lo miro amenazante.

- Digamos que hablaste de más Leila, pero lo dejaré pasar, de todas maneras iba a decirle.

- Perdón pero ¿Me estoy perdiendo de algo? - Pregunto inmediatamente

- Bueno yo me voy, nos vemos mañana preciosa, hasta mañana jefe. - Leila deposita un beso en mí frente y sale lo más rápido que puede.

- ¿Entonces? - Miro a James y el toma su postura de serio.

- Irás de viaje conmigo, tengo que ir a cerrar algunos negocios a Colombia.

- ¿Iré contigo? No he escuchado que me preguntes sí tengo trabajo o si tengo planes o mínimo preguntame sí quiero acompañarte James.

- ¿Porqué debo preguntar? Estas comprometida conmigo y por ende vas a donde yo voy ¿Entiendes eso?

- ¿Disculpa? ¿Te estás escuchando? Yo no soy ni tu secretaria, ni tu guardaespaldas como para estarte siguiendo a cualquier lugar y estoy en todo mí derecho de no querer ir contigo.

- Sí como digas, vamos, te llevaré a tu casa. Ya tengo sueño y arruinaste mí noche con tus reclamos de niña pequeña.

■■■■

Escucho fuertes golpes en la puerta de mí habitación ¡Joder! ¿Quien pudo haber entrado a mí casa? Leila nunca toca de esta manera ¿Qué hago?
Miro a mí perrito que solamente observa la puerta.

- ¿Es alguien a quien conocemos o porque no ladras? - Susurro sólo para el.

Tomo todo el valor que tengo, tomo mi almohada y con mucho cuidado quito el seguro de la puerta, inmediatamente la puerta es abierta y sin pensarlo me suelto a dar golpes con el cojín a quien sea que haya entrado a mí cuarto.

- ¡¿Qué demonios te sucede?! - La voz molesta de James se hace presente y paro los golpes.

- ¡¿Qué haces tú aquí?! Pude matarte James

- Sí claro, sobre todo con una suave almohada - Ruedo los ojos y camino hasta mí cama para tirarme de nuevo a dormir.

- ¿Qué haces aquí? Es muy temprano para andar molestando gente.

- Anoche te dije que iríamos de viaje, pero no te veo lista

- Nunca dije que iría contigo

- y yo nunca te di a elegir, tienes dos opciones. Te apuras a vestirte para irnos o te cargo y nos vamos así como estés ¿Qué eliges?

- No serías capaz de algo así - Digo nerviosa al verlo tan serio.

- Queda claro que quise dialogar contigo. - Se acerca y me toma en brazos rápidamente, comienza a caminar hacia la salida.

- ¡James! Esta bien joder, me visto rápido y nos vamos.

- Tienes media hora.

Sin decir más, me dirijo rápidamente a darme una ducha, al salir me quedo sólo en toalla y preparo rápidamente una maleta para no irme sin ropa, terminó la maleta y comienzo a vestirme, son las cinco de la mañana, les juro que sólo a James se le ocurren estás cosas.

Salgo lista de la habitación con la maleta y una bolsa en mí mano, James se acerca a tomar la maleta y comenzamos a salir

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Salgo lista de la habitación con la maleta y una bolsa en mí mano, James se acerca a tomar la maleta y comenzamos a salir.

- ¿Leila tiene llave de tu departamento? - Pregunta James cuando cierro la puerta.

- Sí ¿Por?

- Para que venga a recoger a tu perro y lo lleve a mí casa, es para que lo cuiden mientras no estás.

Asiento sin decir más y continuamos nuestro camino hasta la camioneta que ya nos esperaba fuera.

- ¿Trajiste lo necesario? - Pregunta cuando ambos estamos dentro de la camioneta.

- No estoy segura de lo que traje.

- Bueno no importa, sí te hace falta algo me avisas y lo compramos.

Asiento y comienzo a tratar de calentar mis manos, les prometo que tengo demasiado frío, no acostumbro a andar a estás horas fuera de mí linda cama.

- ¿Tienes frío? - Voltea a verme con seriedad como siempre.

- Sí, digamos que no acostumbro a estar fuera de mi cama a estás horas.

- ¿Había otra opción? Para nada

- Podías ir sólo James, lo sabes perfectamente.

- Quizá tengas razón pero quise traerte conmigo, así es más fácil que no me acueste con alguna chica en mi viaje.

- Es lo más imbécil que has dicho en lo que va del día. - Digo sería y le doy la espalda.

Siento como algo con peso es puesto en mis hombros, llevo mi vista y es el abrigo de James, me giro para verlo pero James tiene su vista en la ventana.
Decido guardar silencio y me recargo en el asiento para dormir un poco, no quiero llegar a Colombia como la prometida de este hombre y con ojeras.

De un día a otro. (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora