31. La fiebre.

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-¿Te sientes mejor? - Lucci lleva junto a mí toda la mañana. No pude dormir en toda la noche y ahora la fiebre y el dolor de cabeza ha invadido mi cuerpo. Lucci cambia una pequeña toalla situada en mi frente. Asiento levemente cerrando los ojos. Lucci toma de nuevo mi temperatura y me informa de una leve disminución de mi temperatura corporal. La puerta se abre y escucho la voz de Cara antes de que se siente a mi lado.

-Pero ayer estabas muy bien - La miro asintiendo. Trae una pastilla y un vaso de agua. Me incorporo lentamente y tomo la pastilla. Me ayuda con el vaso y lo empujo levemente al haber tragado la pastilla.

-No sé - Toso echándome hacia atras sin llegar a tumbarme.

-Los chicos se han ido a la playa.

-Podéis ir con ellos, yo estoy bien, no os preocupéis más por mí - Miro a las chicas y ellas se miran entre ellas. Cara niega ante mi respuesta.

-Hay tiempo para todo, cuando estés mejor nos iremos... Ahora duerme un rato - Las dos se levantan y salen de la habitación cerrando mi puerta.

Cierro los ojos y aunque la cabeza me da vueltas consigo quedarme dormida.

*

-Necesita relajarse - escucho su voz que baila en mi oído - Voy a dejarla en la cama.

¿Hay camas aquí? Río internamente aunque por fuera soy incapaz de evitar el llanto. Cuando se escucha el sonido de una puerta cerrarse me separo un poco de él.

Me posa sobre la cama y se gira para marcharse. Me quedo mirando como lleva una camiseta tapando sus tatuajes.

-Espera - suelto con mucha dificultad y se gira - Gracias - digo dejando escapar una lágrima. Él retrocede sus pasos hasta la cama y se sienta a mi lado.

-Era algo que habría echo por cualquiera.

-Pero lo has echo por mi - me limpio las mejillas y lo miro incorporándome levemente.

-Sabía que los demás estaban bien...

-Bueno... Aunque fuera porque estabas aburrido... Te debo la vida - me acerco a él y doy un beso en su mejilla.

-No es para tanto...

-Para mí sí... - lo miro directamente a los ojos. Él chasquea la lengua y traga algo de saliva.

Lo miro una última vez y sin darme cuenta lo atraigo a mí por el cuello y uno sus labios con los míos.

Se que me arrepentiré posteriormente pero ahora mismo me da exactamente igual. Sus manos viajan a mi cintura mientras yo juego con su pelo.

Me acerco más a él mientras su lengua entra en mi boca y comienza a moverse por ella.

Estamos un rato en esa posición sin parar hasta que sus dientes atrapan mi labio inferior y tiran de él mientras se separa.

Lo miro mordiéndome el labio y él no dice nada. Se levanta y anda a la puerta.

-Esto no puede estar pasando - murmura para sí mismo, sin intención de que yo le escuchara y sale cerrando la puerta tras él.

*

Me despierto de golpe y miro por toda la habitación. Intento calmar mi respiración y me agarro la cabeza con las manos. Trago saliva al verlo entrar en el cuarto con un pequeño cuenco con agua.

-¿Mejor? - Se acerca y deja el cuenco en una pequeña mesita de noche.

-Más o menos... ¿Las chicas?

STAY (BP 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora