24. ¿Acaso no?

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Al escuchar su voz cierro los ojos, intentando hacerme la dormida.

Noto el sonido de sus pasos por la habitación hasta que para.

-Sé que estás despierta...

Abro los ojos y me giro. Lo miro incorporandome un poco.

-¿Qué quieres? Quiero descansar.

-Quiero saber como te encuentras... Sé que soy un imbécil, así que no lo recuerdes nuevamente.

-Thomas - Suspiro levemente cuando se sienta.

-Sólo calla y escuchame... - Asiento cruzandome de brazos y apoyandome en el cabecero de la cama - Cuando te sacaron de la mansión y me atraparon a mi también, me encerraron en una habitación con numerosos golpes... Llego un imbécil y comenzó a decirme muchas cosas acerca de ti.

-¿El qué?

-Eso no importa, sólo cuando se calló y se fue entro Roger, me dijeron que acabarían conmigo pero que no podían matarte ya que les servias de ayuda.

-¿Yo? - Lo miro, aunque no soy capaz de distinguir su cara debido a la poca luz que hay en la habitación. Noto sus manos apretadas en puños.

-Sí, en ese momento no entendía pero cuando volvieron a golpearme escuché que se trataba de tu madre biológica.

-La misma que decía Stephen.

-La misma, ellos creen que sigue viva y no pararán hasta encontrarla, por eso te quieren a ti, supuestamente tú lo sabes.

-Yo no sé nada.

-Lo sé.

-¿Y que pasa? ¿Volverán a perseguirme como hace dos años? ¿Por qué me estás contando todo esto?

-Tú querías saber la verdad, y ésta es... - Noto más cercanía entre nosotros pero mantengo la mirada en mis manos - Cuando descubrí lo que me pasaba en las piernas decidí irme por dos motivos.

-¿Dos?

-Uno de ellos sabiendo que como Roger estaba entre rejas y Ethan se quedaría aquí con Lucci tú estarias a salvo, allí en Inglaterra sería mucho más fácil investigar todo esto.

-Roger sigue entre rejas.

-Sí, pero en ese momento no pensé en los rusos, están pagados por Roger, y son prácticamente iguales - Asiento pasando mi mano por el pelo.

-¿Y la segunda?

-Por mí y por ti, yo no era bueno para ti en ese momento... Tú necesitabas a alguien que pudiera ser un hombre en todos los sentidos.

-¿Y acaso tú no lo eras? - Lo miro a los ojos y, aún en la oscuridad, soy capaz de visualizar a la perfección sus ojos verdes.

-No podía moverme.

-Eso me daba igual Thomas, no me importaba tener que tirar de la silla si salieramos a pasear ni mucho menos tener que ayudarte, para mí sería todo  un placer.

-No, sólo me convertiría en un estorbo... Lo hice por ti.

-No, ni siquiera me lo preguntaste, tú decidiste por mí y lo hiciste muy mal.

-Cuando estaba en Inglaterra me decidí a olvidarme de ti.

-Y lo hiciste.

-¿Enserio lo dices? ¿Crees que me he olvidado?

-¿Acaso no? - Cierro los ojos intentando que esta conversación no termine todo. No termine con la poca esperanza que me queda.

Él ríe levemente y veo como se levanta. Camina de un lado al otro de la habitación sin centrar mi mirada en mí.

STAY (BP 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora