30. Fuera de lugar. (Maratón. P.3)

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¡TERCERA PARTE! Este es algo más corto que las anteriores pero un poco más intenso. Posiblemente tengáis capítulo prontito. Espero no decepcionaros y que sigáis ahí apoyando y dando vuestra opinión. Gracias.

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Su figura se hace visible ante la luz del porche. Camina lentamente gruñendo a cada paso que da. Ethan camina rápido hasta su lado mirándole.

-¿Qué mierda te ha pasado? - Le ayuda a subir y posteriormente a sentarse.

-Nada, no veía y no me he dado cuenta de que había una bajada profunda.

-Es que sólo se te ocurre a ti salir a estas horas de la noche...

Cara suspira negando mientras yo lo miro en silencio. Tiene la pierna rasgada y uno de los brazos lo tiene practicamente igual.

-Eso hay que curarlo - Lucci para la película.

-No os preocupéis, voy a la habitación - Thomas se levanta y posa su mirada levemente en mí antes de perderse por el interior de la casa.

Sigo sin abrir la boca pero sigo teniendo ese escalofrío en mi espalda. Alex se acerca a mí y agarra mi brazo dando leves caricias. Me atrae a él y me envuelve entre sus brazos. Cierro levemente mis ojos.

-Bueno... ¿Subimos? - Lucci rompe el silencio y Cara se acerca a nosotros. Sonríe a su prometido levemente y posteriormente a mí.

-Sí... Será lo mejor - Cara me sigue mirando cuando Alex se separa de mí y entra junto a su hermana en el interior - Ve, Nora - Susurra dando un beso en mi frente. Entra también tras Ethan dejándome sola. Me siento en el sofá y tapo mi cara con las manos.

Escucho el sonido de un búho, rompiendo el silencio de la noche. El movimiento de los árboles ante el viento completa la banda sonora que consigue poco a poco relajarme.

Cuando tomo el valor suficiente me levanto de mi asiento y camino dentro. Desde allí dejo en total oscuridad el exterior de la casa y cierro la puerta con el pestillo. Cojo un vaso lleno de agua antes de subir las escaleras.

En la planta de arriba no se escucha nada. Todas las puertas están cerradas. Camino hacia la de mi habitación pero al tocar el pomo mi vista viaja hasta la puerta de mi lado, la que está ocupando Thomas.

Parece que mis piernas actúan solas al caminar hasta allí y mi mano golpea la puerta. No escucho ningún sonido pero por la ranura de la parte inferior de la puerta se ve una franja de luz por lo que me decido y la abro.

Thomas está sobre la cama y cuando cierro la puerta a mi espalda eleva lentamente sus ojos hacia mí. Suspiro levemente y doy un paso hacia él. Está curando su brazo pierna con un algodón. El bote de alcohol se encuentra abierto en el suelo y me agacho a cogerlo entre mis manos.

-¿Qué quieres Nora? - Su voz suena ronca y sigue mirándose la pierna.

-Quería... saber si estabas bien - Juego con la botella entre mis manos. El algodón para de recorrer a pierna de Thomas y me doy cuenta de que se encuentra mirándome con cara neutral.

-Estoy perfectamente, sólo son rasguños.

Agarro un algodón y lo mojo con alcohol para posteriormente pasarlo, sin pedir permiso, por su brazo.

-No, son heridas que se pueden infectar, Thomas, ¿Por qué siempre te haces el duro?

-No me estoy haciendo el duro.

-Sí, lo haces...

-¿Por qué tú no admites que me quieres, igual que yo a ti?

Mi mano se queda completamente estática y trago saliva. Noto su mirada sobre mí pero yo tengo mis ojos fijos en su herida. El escalofrío vuelve a recorrer todo mi cuerpo.

-Thomas...

-Nada, Thomas nada Nora, estoy muy cansado, de toda esta mierda que nos rodea pero no queda de otra, es lo que nos ha tocado y ya, pero no quiero estar siempre así, queriendo tenerte a mi lado y tú con tu maldita desconfianza.

-Yo quiero confiar Thomas, pero no puedo, no me sale... Entiendeme.

-También entiendeme tú... Lo estoy intentando pero estoy llegando a mi límite.

-Esto es duro... Confiaba en ti, lo que tú decías era lo más importante que pude tener pero todo se terminó porque tú lo decidiste.

-Ya te conté todos los malditos motivos por los que lo hice, pero eres cabezona.

Thomas tira el algodón al suelo y se incorpora levantándose de la cama.

-Ya lo sé... Sólo te pedí tiempo.

-¿Tiempo para qué?

-Para mí, para ordenar todo mi mundo el cual pones patas arriba sólo con tu presencia - Cierro los ojos al mismo tiempo que los puños - yo vivía más o menos bien en mi mentira pero hace dos años toda mi anterior vida terminó, llegaste y te fuiste igual de rápido y cuando estaba acostumbrandome de nuevo llegaste tú otra vez hace varias semanas, volviendo a derrumbarme...

-Sólo quiero cuidarte...

-Pero también me hace daño, tu presencia... todo tú, de manera indirecta lo haces porque me haces recordar todo lo que pasó hace dos años y aunque quiero confiar de nuevo en ti, saber que puedes estar ocultandome cosas me lo impide y parece que tú eso no lo quieres entender.

-Ya no puedo hacer nada más, la pelota está sobre tu tejado... - Da un paso hacia mí y sus ojos viajan hasta mis labios haciendo que los míos hagan exactamente lo mismo - yo sólo seguiré protegiendote, sólo eso... No tendrás que preocuparte de nada más allá de eso, te daré tu espacio y lo aceptaré todo.

Thomas termina de alejarse de mi y me da la espalda abriendo su maleta. Cierro levemente mis ojos y lucho contra mi interior.

Mi cabeza grita una cosa mientras que mi corazón todo lo contrario. Mi corazón grita que olvide todo lo pasado pero mi cabeza recuerda imágenes una y otra vez de lo que pasó hace dos años.

Mis manos sudan y mi vista viaja por toda la habitación. Una lágrima recorre silenciosa mi mejilla al notar como mi cabeza sigue controlando mi cuerpo impidiendome pasar página y seguir con mi nueva vida, aquella que comenzó hace poco más de dos años. Continúa recordándome todas las mentiras a lo largo de mi vida, desde que nací hasta que Thomas decidió hacer punto y aparte en el nuevo capítulo.

Mi cobardía me hace huir. Huir de la seguridad que Thomas me da cuando me mira. Esa seguridad que aunque, sin confianza, es la que me mantiene a su alrededor porque sin él sigo sintiéndome sola.

Sigo sintiéndome fuera de lugar.

STAY (BP 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora