—TaeTae, despierta. —Daba leves toquecitos en el cuerpo del menor, pero sin mostrar ningún resultado aparente. —¡TaeTae! —Dijo ahora con un tono de voz más alto y zarandeando menos cuidadosamente su torso, hasta que observó cómo el castaño posaba las manos en sus ojos para retirar los restos de legañas que aún quedaban en ellos.
—Kookie... —Murmuró en un tono adormilado. —Es muy pronto. —Se quejó antes de volver a abrazar su almohada como en la posición inicial.
—Lo sé, lo sé. Pero han venido unas personas, los he escuchado llegar. —Sentenció el mayor de ambos, que sigue luchando para que el contrario se levante del lugar.
Cuando Taehyung se dió cuenta de lo que implicaban las palabras de Jungkook, abrió los ojos abruptamente y se sentó de un salto, incorporándose.
—Ay ay, ¿crees que vendrán a vernos también a nosotros? —El moreno admitió con gracia.
—Obviamente, les van a presentar a todos los niños. —Cuando vio la cara del menor, la curiosidad le encandiló. —¿Qué ocurre?
—Si queremos llamar la atención sobre los otros chicos, tenemos que lucir diferentes y más lindos. —Decía mientras rascaba su barbilla, haciéndose el interesante.
—Tienes razón. —Y así, es como siempre empezaban los problemas.
Con el atolondrado Taehyung teniendo una idea y Jungkook siguiéndola a rajatabla.
Así que, como no tenían mucho tiempo, entraron al baño lo más rápido que pudieron.
Jungkook era más alto, por lo que el castañito le obligó a subir encima del retrete para poder alcanzar el armarito que colgaba sobre éste.
Una vez estuvo abierto, el moreno siguió las indicaciones de su amigo y lanzó un par de botes para que éste los alcanzara.
Unos diez minutos después, ambos estaban sentados en el suelo del baño, estudiando cada uno de los recipientes.
—He visto que la Señorita Choi le echa esto a las niñas cuando les hace coletitas. —Admitió el chico, que ahora abría la tapa sin cuidado alguno, tratando de descubrir el funcionamiento del bote.
—¿Enserio crees que es buena idea? —Vio como el contrario asentía y no quiso preguntar más. —¿Y ésto qué es? —Jungkook sostenía el bote de gomina como si fuera un objeto preciado.
—Eso se lo pusieron a Mark el otro día en el pelo, estaba muy guapo después. —De pronto, una ráfaga les azotó las frentes. —Uoh. Creo que he descubierto cómo funciona esto. —Y, sin más dilación, el castaño se encontraba rociándose el pelo con la laca que habían tomado prestada. —Y bien, ¿cómo estoy? —Se levantó triunfante y empezó a dar saltos por todo el lugar.
—Guapo. —Dijo el contrario, aunque considerara que no había hecho falta que se pusiera esa cosa en la cabeza para estarlo. —¿Me echas a mí también? —Preguntó mientras señalaba la gomina.
No esperó una respuesta, pues a los segundos, Taehyung ya le estaba untando el pelo de esa cosa pegajosa.
—Qué asco. Parecen las babas de Rufus. —Decía, refiriéndose al Bóxer que tenían por mascota en aquel lugar, al que por cierto, le habían prohibido ver, pues siempre se montaba sobre su lomo y lo domaba como si de un caballo se tratase.
—Quiero verme al espejo. —Se quejó Jungkook, pues eran demasiado bajos como para ver su reflejo.
—Yo seré tu espejo y tú serás el mío. —Le guiñó el ojo el pequeño. —No se qué es esa cosa, pero te queda guay. —Admitió, admirando su propia obra maestra, ya que había sido él quién había moldeado con cuidado el cabello moreno de su amigo.
—Gracias. —Añadió, sonrojándose lo más mínimo.
Todo se fue de control cuando escucharon la puerta de la habitación abrirse.
—Tenemos que hacer algo o nos van a regañar. —Murmuró el castaño, que ahora miraba a ambos lados una y otra vez, buscando alguna solución. —Pásame los botes, Kookie. —Éste no quería hacer caso.
—No te va a dar tiempo a subir ahí para guardarlos. —Negaba con la cabeza.
—¡Tengo otra idea, tú pásamelos! —Ordenó, y al final obtuvo lo que quería.
Abrió la tapa del retrete y, sin pensarlo dos veces, lanzó los dos botes dentro de éste.
—¡Tae! ¿Qué vamos a hacer luego? —Decía desesperado.
—Ya se me ocurrirá algo, nos ocuparemos de eso después. ¡Corre, vamos fuera! —Agarró la mano de su amigo y ambos salieron de la sala, llegando así a la habitación y encontrándose con sus dos cuidadoras y una pareja.
—Hola chicos, os queremos presentar a unas personas. —Dijo la que era la directora del lugar, a la que ellos llamaban Señora Hwa.
A los pocos segundos, las dos mujeres se codeaban entre ellas y miraban el pelo de los muchachos.
—Éste es Jungkook, tiene ocho años y lleva aquí toda la vida. —Hablaba la más joven de las dos, mientras señalaba al moreno. —Es muy inteligente, lleva muy bien todas las asignaturas, y sin ningún problema y es bastante tranquilo. —Añadió, dando paso a la directora a hablar.
—Salvo cuando se junta con ese torbellino, que es su mejor amigo. —Rió. —Él es Taehyung, tiene siete años y también lo trajeron aquí cuando era un bebé. Le cuesta concentrarse porque siempre necesita estar activo, y es muy bueno en los deportes, pero cuando se lo propone, saca de las mejores notas.
Tras aquellos discursos, miraron a la pareja para que pudieran presentarse.
—Yo soy Jeon Hyun, y ésta es mi mujer, su nombre es Sunmi. —Ambos sonrieron cálidamente. —No tenemos ningún otro hijo y vivimos en el centro de Hawai. —Miró a la directora, buscando una aprobación en su discurso, y cuando ésta alzó el dedo afirmativamente, fue que el hombre volvió a respirar con normalidad.
—Los llevaré al despacho general para que hablemos sobre la decisión que vais a tomar, Señorita Choi, tú encárgate de ellos. —Dijo divertida mientras salían de la habitación.
—Chicos. —Comentó cuando los tres salieron del lugar. —¿Qué os habéis hecho en el pelo? —Manoseó las cabelleras de ambos.
—Queríamos lucir lindos. —Añadió Taehyung, totalmente convencido de que lo había conseguido.
—Sois de lo que no hay... —Sonrió la mujer. —Anda, dormid otro ratito, que aún queda para que preparemos el desayuno. —Vio como ambos asentían y, a pesar de que había dos camas, se acomodaban los dos en la misma, acurrucados uno junto al otro.
Como cada noche que pasaba.
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SUMMER PARADISE🏝 ••KookV••
Hayran KurguDicen que los polos opuestos se atraen... Y no importa cuanto hagas para evitarlo, pues no lo conseguirás.