—¡Eso no es justo, maldita sea! —Se queja Jungkook cuando nota el ligero empujón que le ha dado el rubio para hacerle caer de la tabla.
—No pusimos ninguna regla. —Se burla Taehyung, haciéndole una mueca, para después seguir argumentando. —¿Sabes? Pensaba que el menor era yo, no has dejado de quejarte desde que propusiste la carrera. —El contrario hace un puchero con su labio inferior de forma inconsciente, cruzándose de brazos y sentándose en la superficie de la tabla que lo mantiene flotando.
—No me hables. —Dice finalmente, provocando que el contrario empiece a reír escandalosamente, terminando por acercarse a él y mirarle de cerca, Jungkook tratando de mantenerse imperturbable ante los divertidos ojos castaños del chico que no deja de darle toquecitos en los mofletes.
—Lindo. —Murmura, haciendo que el otro le escuche y se aleje ante el cosquilleo que repentinamente ha inundado su estómago al ver a su amigo decir esas palabras. —Hey, no se supone que debas estar tan susceptible. —Se queja mientras se mantiene en su lugar, viendo cómo el castaño le sigue dando la espalda, aunque la verdad sea dicha, ésto se debe a que sus mejillas han adaptado un tono rosado y no quiere que Taehyung le vea de esa manera. —Está bien, me rindo. —Escucha, y cuando vuelve a darse la vuelta sobre sí mismo, ve al rubio sentado en la arena, mirando hacia el cielo oscuro lleno de estrellas.
Jungkook ni siquiera se para a pensar en lo que le acaba de pasar, pues quiere aprovechar al máximo cada momento junto a Tae, así que se dirige a su lado y se tumba junto a él.
—Te perdono. —El menor de ambos se lleva la mano al pecho de forma más bien dramática.
—¿Que me perdonas? Ah... De verdad. ¡Debería de ser yo quien te perdonara! —Se queja, haciendo que el castaño ría bajito. —¡Y encima te ríes de mí, voy a volverme loco por tu culpa! Admite, dejando nuevamente que su peso caiga por completo sobre la arena.
—Eso significaría que estás loco por mi. ¿Debo tomármelo como una señal? —Muerde su labio inconscientemente, esperando una respuesta que tarda en llegar.
—Tú jamás me traerías loco de esa forma, hyung. —Y esa palabra basta para que Jungkook sienta que acaba de escuchar el cielo abrirse. Hacía tanto que Taehyung no le llamaba de esa forma, y se sentía tan bien oírle decirlo...
—¿Acaso no me has llamado lindo hace un segundo? —El rubio ríe al notar la seriedad con la cual se queja el muchacho, pensando que es un gran actor, pues cualquiera pensaría que en verdad está molesto por su última afirmación.
Y es que lo está, de hecho.
No sabe cómo, sus palabras han sido totalmente sinceras. ¿Acaso su amigo de Nueva York no decía que cualquiera en su sano juicio notaría lo bonito que es? ¿Por qué Taehyung afirmaba entonces que jamás se podría volver loco por él?
Y, lo más importante, ¿por qué ese hecho parecía haberle molestado tanto a su interior?
—Claro que eres lindo, Jungkookie. —Gira hacia él, ahora en vez de mirar las estrellas, la luz que parece cegarle el triple, proviene de los lindos ojos del castaño que también mantiene su mirada fija en él. Taehyung humedece su labio inferior y, sin pensarlo dos veces, posa la gran palma de su mano contra la mejilla del chico, que no parece molestarse con ese tímido roce, es más, profundiza el toque casi ronroneando como un cachorro.
—Se siente tan bien pasar tiempo contigo, TaeTae... —Murmura, en un tono tan bajo que apenas se percibe, pero con suerte el contrario logra escucharle y no puede evitar sonreír de forma geométrica.
El corazón del castaño empieza a latir descontrolado ante tal imagen, y éste se siente completamente expuesto, como si el muchacho que está en frente de él pudiera ver su alma con tan sólo proponérselo, sin demasiada dificultad.
Y es que el rubio no puede sentirse más feliz en ese preciso instante, ha pasado tanto tiempo, pero su toque se siente igual, los ojos que le miran atentos y centelleantes, también parecen los mismos que hace tantos años. Y su corazón no deja de emanar calidez a cada segundo que pasa debido a su Jungkookie.
—N-no te vuelvas a ir, ¿sí? Por favor. —Se atreve a pedir, sintiendo cómo su voz se quiebra en el acto y su mirada parece oscurecer por completo. —Yo... En verdad te extrañé. —Jungkook traga saliva, acercando con su mano el cuerpo del contrario y ambos fundiéndose en un tímido pero íntimo abrazo.
—No me iré más. —Admite el mayor de ambos, que ha sentido como si le clavaran mil puñales tras escuchar esas palabras provenientes de Taehyung, las cuales guardaban demasiados sentimientos para ser digeridos de una.
—¿Lo prometes? —Pregunta, alzando la cabecita y mirando a su hyung, con un semblante que acaba por hacer que Jungkook se llene de escalofríos.
—Lo prometo. —Dice estrechándole nuevamente, más bien para evitar su mirada, pues cuando los ojos de Tae estaban sobre los suyos, siente que podría prometerle hasta la luna.
No saben bien cuánto tiempo pasan allí, abrazados, respirando el aroma del contrario y escuchando el batir de las olas en su espalda, pero ninguno parece querer separarse, por lo que permanecen allí sin importar nada más.
El castaño llenándose de dudas al notar cómo su interior bombea con fuerza debido a la cercanía que mantiene con el menor, sintiendo lo seca que está su garganta cuando intenta explicar los sentimientos que le transmite el chico, pues está aterrado y no es para menos.
Mientras tanto, Taehyung se embriaga con esa cercanía.
Había estado bien todos estos años pero, ¿por qué ahora siente como si hubiera recuperado una parte que faltaba de su alma? Aquello no deja de causarle cierta molestia, porque no quiere volver a ser herido, no quiere volver a pasarlo mal, pero se siente demasiado bien el estar entre los brazos de Jungkook, y sólo quiere disfrutar aquello sin pensar en nada más, ¿es acaso tanto pedir?
Los minutos pasan y casi amanece. El castaño se siente culpable por romper el momento, porque verdaderamente desea con todas sus fuerzas prolongarlo lo máximo posible, pero no puede hacerlo porque se fue de madrugada sin avisar ni siquiera al servicio, y su padre no tardará en despertarse para irse camino al trabajo.
—¿Tae? —Murmura, sintiendo lo ronca que suena su voz. —E-es tarde.
—¿Mmm? —Se dedica a contestar éste, parpadeando varias veces para espabilarse y reincorporarse en la arena. —Oh, s-sí. Será mejor que nos vayamos... ¿Cierto? —Jungkook parece haber notado cierta desilusión en su tono, pero no quiere hacerse demasiadas ilusiones, aunque lo cierto es que él en verdad está apenado por romper el contacto que mantenían.
—Te acompaño a casa. —Se limita a decir mientras camina a su lado, sintiendo cómo los pequeños rayos de sol les iluminaban durante el corto trayecto.
Y es que Jungkook no puede dejar de sentirse extraño, porque desea con todas sus fuerzas despertarse de esa manera toda la vida
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SUMMER PARADISE🏝 ••KookV••
FanfictionDicen que los polos opuestos se atraen... Y no importa cuanto hagas para evitarlo, pues no lo conseguirás.