twenty seven

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Jungkook vuelve a casa decaído, sin sentir algo verdaderamente.

Su interior jamás había estado tan vacío como en ese entonces. No va a mentir, le dolió dejar a Taehyung tan confundido suplicándole con la mirada que se quedara, pero no se sentía preparado para escuchar lamentos respecto a que ya había alguien que ocupaba el corazón del menor, y no era para menos. 

El rubio es alguien alucinante, ciertamente, ¿cómo podía alguien no fijarse en su bonita sonrisa? Sus manos, su esbelta figura, su bonito pelo claro, su piel color canela.

Todo en él es más que precioso, y si lo sabe ¿por qué duele tanto entonces?

Llega al jardín de su casa, sin importarle ver de lejos cómo su familia tiene la puerta abierta y espera por él.

—¡Jungkook! —Grita su madre desde la entrada. —¿¡Qué mierda te dijimos, no nos escucháste?! —Ante la mirada evasiva y de pasividad del jóven, la mujer comienza a ponerse mucho más histérica. —¡Jungkook! ¿¡Tan poco te importa lo que digan tus padres?! —El castaño no cree poder soportar todo aquello, está quebrado y lo último que necesita es escuchar lo mal hijo que es.

—Hijo, vienes de ver a ese muchacho, ¿verdad? —La voz de su padre es más calmada que la de su madre, pero eso no signifique que exprese menos rabia o enfado, o peor aún, lo decepcionado que está con él. 

—Sí. —Dice finalmente, optando por ser valiente esta vez. No quería arrepentirse más de ser un cobarde y esconderse como un niño, él definitivamente aprendería de sus errores y no los repetiría. —Vengo de ver a Taehyung porque... ¿sabéis qué? Estoy jodidamente enamorado de él. —Ambos rostros palidecen a la vez, sus ojos parecen salirse de sus órbitas.

—C-cariño... Tú no... —El pequeño la mira con una expresión divertida.

—Sí, soy gay. —Dice orgulloso. —Yo... Nunca había sentido algo así por nadie antes, pero Taehyung ha cambiado todo mi mundo y me ha abierto los ojos.

—Estás confundido. —Asume el padre. —Le quieres mucho porque habéis sido amigos de pequeños, es normal que...

—Papá, ¿tú sientes que te mueres por besar a tus amigos? ¿De verdad piensas en lo bien que se sentiría despertar todos los días abrazando a un amigo? Porque lo dudo. Yo... Realmente no puedo sacarle de mis pensamientos. No dejo de imaginarme lo bonito que es verle sonreír y ser yo el causante de su risa. Si eso no es amor, sinceramente, ¿qué más podría serlo? —Y, tras ver la mirada que le dedican éstos, opta por irse.

Da la vuelta después de sonreír a su nuevo amigo, el Señor Kang le mira orgulloso pues ha escuchado la conversación y le susurra algo antes de que se aleje completamente.

—No te rindas, Jungkook. —No le contesta, pero no hace falta que lo haga, porque el pequeño brillo que se ha instaurado en su rostro, basta como respuesta.

🌑🌑🌑

Taehyung entra al recinto, bastante ido y con la mirada perdida, y los dos chicos que se encuentran junto a la barra no tardan en notarlo.

—¿Tae? —Pregunta el de cabellos nevados, sin lograr captar su atención. —Seokjin, ¿dices que ha estado con Jungkook? —El moreno asiente, y eso basta para que Yoongi se levante y se plante frente al muchacho, agarrando sus hombros con cariño. —¿Qué ocurre Tae? —Éste agacha la cabeza y abraza a su novio con creciente necesidad de llorar. —V-vamos a un sitio más privado, ven. —Le agarra para llevarle a la sala dónde se hayan los instrumentos. —¿Vas a contarme ahora qué ocurre? —El contrario por fin le ve a los ojos, denotando lo hinchados que éstos se encuentran.

—Yoongi yo... Me siento la peor persona del mundo. —Dice, riendo con sorna aunque sus ojos no dejen de llorar. —¿Sabes? Jungkook se me ha declarado esta noche, y le he dicho que tengo novio.

—Oh... —Al notar que ahí no acaba la conversación, Yoongi siente que no va a tomar un camino bueno. 

—S-soy horrible, ¿puedes comprender el por qué? Después de decirle eso y verle irse, no he dejado de pensar en lo que me duele no poder correr a él para abrazarle, para besarle, Yoongi. —El contrario siente su interior quebrarse. —Yo... Te quiero, de verdad te quiero, sabes que tus abrazos han sido mi lugar favorito y la más inmensa de mis perdiciones pero... De verdad que no sé qué me está pasando. —Llora, denotando la tristeza albergada en su corazón. —Duele saber que desde que Jungkook ha llegado a mi vida he descubierto que ese es el amor más grande que jamás he llegado a sentir, por mucho que pensara que lo nuestro era insuperable. L-lo siento. —Solloza, cayendo al suelo y abrazando sus piernas con insuficiencia. —Realmente lo siento. —Alcanza a decir, antes de que Yoongi comience también a llorar, dejando de lado su escaso orgullo y agachándose para abrazar al chico de su corazón. —N-no... No hagas esto... —Suplica, pero sus actos distando mucho de lo que dice, pues se agarra con fuerza al contrario, como si fuera un buen refugio al que aferrarse.

—Tae... Por mucho que me duela... T-tú... No tienes la culpa. —Dice, tratando de regular su respiración. —Nadie puede elegir de quién enamorarse. —Su voz se quiebra y apoya su rostro sobre el hombro del contrario, el cual ahora acaricia su pelo de forma tierna pero un tanto desesperada por el momento. 

—D-deberías odiarme. —Confiesa. —Tanto como yo lo hago ahora mismo. —Murmura junto a su oído. 

—Jamás podría odiar al chico que me ha hecho tan feliz. —Y sonríe, aunque sienta cómo su corazón se está rompiendo pieza a pieza, sonríe, porque no ha conocido a una persona más amorosa y hermosa por dentro y por fuera como Taehyung, y si alguien merece sentirse amado, ese es él.

Y por más que lo intentara, nunca sería capaz de experimentar algo que no fuera amor por él.

Sus labios se unen una última vez, de forma desordenada y suave, y el de pelo blanco no puede evitar sollozar sobre los labios fríos del contrario, pues sabe bien que los está probando por última vez, y nunca antes le había sabido tan mal una despedida.

SUMMER PARADISE🏝 ••KookV••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora