Jungkook sale del hotel, algo cansado de las conferencias y reuniones que su padre está preparando expresamente para él.
No puede evitar pensar en la ilusión que tenía de volver a casa para poder comenzar con los diversos proyectos que aprendió a gestionar en la universidad, pero es en lo último que puede pensar ahora.
Prácticamente, lleva toda la mañana pensando en Taehyung, y no sabe bien el por qué de esto, pero coge el coche y va a su casa lo más rápido que puede, sin darle muchas vueltas, cogiendo alguna ropa cómoda y conduciendo nuevamente a la playa.
No tarda demasiado en ver al rubio dentro del agua. Sonríe instintivamente ante ese hecho y camina hacia él, llamando su atención con ambas manos hasta que el contrario le divisa en la orilla.
—¿Kook? —Pregunta, sabiendo segundos después que el castaño no le ha debido de escuchar, pues continúa dando saltos para captar toda su atención, haciéndole de reír.
Baja de la tabla y se tumba sobre ella, remando en dirección al chico, que ya ha cesado su extraño baile improvisado.
—Hola. —Comenta Jungkook cuando están lo suficientemente cerca el uno del otro. Ve cómo Taehyung se coloca los cabellos rubios húmedos que caen sobre sus ojos, quitándole parte de visión, y cómo le sonríe después, moviendo la mano frenéticamente a modo de saludo.
—No te esperaba por aquí. —Admite éste. —Y menos así vestido, pensaba que lo único que tenías eran camisas. —Ríe de forma pícara ante el cambio en la expresión del chico que se encuentra a escasos centímetros de él.
—Es que, bueno, he estado pensando que estoy harto de verte surfear. —Aquellas palabras hacen que Taehyung arquee ambas cejas. —Es decir, no, a ver... eso no es a lo que me refiero. —Para varios segundos para ordenar las ideas en su cabeza, y el rubio sonríe, pues ese muchacho tan alto y varonil, aún le recuerda a su amiguito de la infancia en algunos aspectos, y no puede estar más feliz por eso. —Lo que quiero decir es que, me gustaría aprender a surfear. Tú mencionaste que dabas clases, así que sería genial ser uno de tus alumnos. —El contrario parpadea algo perplejo. Lo último que se esperaba era que esa fuera la razón de su visita matutina.
—¿En serio? —Ante el asentimiento de éste, cruza ambos brazos, tomándolo en serio al fin. —Bueno, está bien. Aunque yo doy clase por la tarde, y los alumnos suelen ser niños... —Jungkook tose, rascando su nuca de manera nada sutil.
—Si pudieras... No sé, darme clases a mí a esta hora... Si no es molestia, claro, no quiero hacerte perder tu tiempo libre con lecciones si no lo deseas. —Taehyung niega con la cabeza, con una expresión muy tierna a los ojos del castaño.
—A las once y media en la playa de lunes a viernes, sin excepciones. Ah, y que conste que lo hago para reírme un poco, ya sabes, por cuando te caigas de la tabla. —Dice en un tono burlón, sentándose seguidamente en la arena.
—¡Oye, que yo aprendo rápido! —Rebate Jungkook, que toma asiento a su lado y se quita las zapatillas, dejando que la arena toque de lleno sus pies.
—Eso ya lo veremos. —Comenta el rubio, que aún le da vueltas a la petición que le acaba de ofrecer. —Por cierto, ¿tendrás tiempo para las clases? Según me dijiste el otro día, viniste para ayudar a tus padres con el hotel. Si quieres puedo ofrecerte otro horario o... —El contrario le interrumpe.
—No es necesario, me las apañaré. Sacaré tiempo de dónde sea, en verdad me apetece ser tan bueno como tú. —Una carcajada le saca de sus casillas, y acaba por lanzarle arena a Taehyung, que sigue revolcándose por el suelo por su última frase. —¿¡Tan bueno te crees?!
—Por supuesto. —Alardea, reincorporándose y limpiándose la arena de los hombros. —Jamás podrás alcanzar a este dios del Olimpo. —Jungkook suspira, con fingida expresión derrotada.
—No te recordaba tan creído. —El contrario le mira con expresión perversa.
—Ah... No sabía que siquiera te hubieras acordado de mí en estos últimos años. —El castaño traga saliva, mirándole después de varios segundos.
—Supongo que es imposible olvidar a alguien que te ha hecho tan feliz y con el que has compartido tantos años de tu vida. —Taehyung no lo duda dos veces antes de complacerle con una sonrisa y cerrar la distancia entre ambos colocando el brazo por sobre su hombro, haciendo que los lados de sus cabezas acaben por unirse.
—Tú también fuiste alguien genial para mi, Kookie. —Admite, despeinando su pelo después, y guiñándole el ojo, para después correr al mar e introducirse en el agua, sin notar que Jungkook se ha quedado estático al notar sus mejillas ahora sonrosadas.
Se quita cualquier atisbo de pensamiento de la cabeza, y cuando ve al rubio instándole a correr con él al mar, le sigue sin darle muchas vueltas a su ropa que pronto se mojará, probablemente su madre le de una buena charla después, pero... ¿qué le importa eso si puede pasarlo bien con su amigo de la infancia?
Yoongi, por el contrario, sí que ha notado la reacción de Jungkook cuando Taehyung se ha quedado tan cerca de él y le ha sonreído de esa manera que es capaz de agitar cualquier corazón, por muy obsoleto que pueda encontrarse. Pero, por esta vez, no hablará con su novio durante la mañana, pues cree que luce tan feliz en esos momentos, que es mejor que se vean más adelante, aunque tiene la amarga sensación de que éste no extrañará conversar con él mientras se encuentre con el castaño que ahora le está lanzando agua a la cara mientras se persiguen el uno al otro, inundados más en carcajadas que en agua salada.
Se retira del escenario y camina hacia el bar, retirando todas las especulaciones que no cesan de surgir dentro de sí.
Confía en su novio, no podría estar más seguro de su amor por él, pero sabe reconocer las miradas, y, por lo menos la que Jungkook le dedicaba, no era simplemente de un amigo.
Habría que ser un ingenuo para no darse cuenta.
Es decir, habría que ser Taehyung.
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Probablemente, éste será el último capítulo que escriba hasta el viernes, porque tengo ocho exámenes esta semana, sin contar trabajos y demás.
Espero que os haya gustado.
Nos vemos :)
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SUMMER PARADISE🏝 ••KookV••
FanfictionDicen que los polos opuestos se atraen... Y no importa cuanto hagas para evitarlo, pues no lo conseguirás.