Cuando llegan a la puerta de Taehyung, para su sorpresa, se encuentran con una mujer demasiado animada mientras coloca unas toallas en la arena.
—Oh, cariño, pensé que pasarías la noche con Yoongi. —Admite la morena, mientras sonríe al contrario, reconociéndolo al instante. —Qué sorpresa tenerte por aquí, Jungkook. —Pero sus palabras no muestran en absoluto molestia o desagrado, como el castaño había imaginado. Muy por el contrario, la señora no deja de sonreírle haciendo que sus ojos se transformen en finas líneas, dándole una expresión muy tierna, casi tanto como su hijo.
—¿Qué haces despierta tan pronto, mamá? —Pregunta algo extrañado el rubio que no ha dejado de especular.
—Tu hermano no pudo dormir bien, y papá más de lo mismo, así que habíamos pensado en desayunar mientras veíamos el amanecer. ¿Gustas quedarte, Jungkook? —El castaño en principio piensa en negarse, más aún cuando recuerda todo lo que su familia dijo sobre la de su amigo, pero no puede evitar sentir su interior cálido ante el trato que está recibiendo de esa mujer, la cual seguramente sabe todo lo que pasó en un pasado, y no parece darle importancia.
—S-sí. —Admite, algo avergonzado, y nota cómo se afianza el agarre en su mano por parte de Taehyung.
—¡Genial! —Dice contento el menor, que le lleva hacia el interior de la casa. —Ven, ¡tienes que elegir lo que te gustaría tomar! —El entusiasmo se percibe con facilidad en su tono de voz.
Entran al lugar y, Jungkook observa con una tímida sonrisa en su rostro cómo Taehyung se ha comenzado a pelear con su hermano por el último plátano que queda, y la manera en que su padre lo parte por la mitad, dejando a ambos con un puchero de disconformidad en sus respectivos rostros.
El lugar es ruidoso y un tanto desordenado pero, sinceramente, él desearía haberse criado en un ambiente así en lo más hondo de su corazón.
Siempre ha escuchado por parte de sus padres que aquello no era bueno, que el dinero era lo único que podía darte todo lo que necesitabas, pero mirando de cerca a Tae y a su familia, era obvio que lo material no les importaba, que con estar ellos juntos se bastaban, y se siente completamente acogido cuando cada miembro de la casa le dedica una bonita sonrisa y le ofrecen todo tipo de manjares para tomar, mientras le preguntan qué tal su estancia en el extranjero y no dejan de halagar sus modales, dedicando alguna que otra mirada a Taehyung insinuando que de vez en cuando estaba bien dejar de ser tan ruidoso y emocional entre risas.
—Ah... ¡Mamá, papá, yo también quiero ir a Estados Unidos, los chicos son realmente lindos allí! —El padre arquea ambas cejas al escuchar a Taeyong confesar aquello.
—¿Cómo lo sabes si nunca has ido? —Insinúa, viendo su expresión disconforme ante su tono de voz.
—¡Jamás lo sabré si no voy! —Se queja en voz alta. —¿Jungkook, son lindos, cierto? —El castaño alza ambos hombros. —¡Así no me ayudas! —Dramatiza, sintiendo segundos después una colleja en su nuca. —¡Oye!
—Deja de molestar a Jungkookie, él no fue por ese tipo de intereses al extranjero. —Defiende el rubio.
—¿Y lo dices tú? Apenas le dejas comer, estás pegado a él como si fueras una lapa. —Y eso basta para que dé comienzo la pelea entre ambos muchachos, los cuales no dejan de recriminarse aspectos que nada tienen que ver.
El castaño mira a la mujer, casi pidiendo auxilio con la mirada, pero se tranquiliza al ver que ésta sólo ríe en respuesta a la conversación tal acalorada que están llevando a cabo sus dos hijos.
—No se lo tengas en cuenta, normalmente estas peleas acaban con ambos llorando diciéndose lo mucho que se quieren. —Jungkook sonríe al imaginar la escena, completamente enternecido por la imagen que ha creado su propia mente.
Y, como por obra de magia, las palabras de la mujer se ven reflejadas en el comportamiento de los dos muchachos, que pronto dejan de discutir y hacen como si nada hubiera pasado.
La mañana transcurre de forma divertida, en verdad, el castaño jamás se lo había pasado tan bien durante la hora del desayuno o de cualquier otra comida.
Su familia ni siquiera solía reunirse, cada uno tomaba el almuerzo a una hora distinta, o en sus respectivos despachos, no se molestaban por estar todos unidos en el acto.
Ese pensamiento hace que se de cuenta de que debería de haber ido al hotel hace por lo menos varias horas.
—Mierda. —Dice, chasqueando la lengua, arrepintiéndose segundos después, pues toda la atención de los Kim ha sido dirigida hacia su persona. —Oh... Yo... Lo siento, pero se me ha hecho muy tarde. —Continúa, inclinándose ligeramente y dedicándoles una de sus sonrisas de conejito, las cuales sólo salían a la luz si realmente se sentía cómodo en el ambiente. —Espero poder venir a visitarles más de seguido, ustedes... De verdad me hacen sentir querido. —Admite, saliendo rápidamente de su vista tras coger sus pertenencias y sin dar tiempo para que éstos le puedan responder, pues está bastante avergonzado por sus propias palabras.
—¡Jung...! —Sus intentos de llamar la atención del castaño se desvanecen cuando ve que ya está bastante alejado.
—Ah... Kook ya es un chico grande, ¿cierto? —Comenta la madre, bastante satisfecha al ver cómo éste asiente con su gran sonrisa, sintiéndose completamente feliz.
—No parece un Jeon. —Admite Taeyong, el cual pronto llena su boca de comida y continúa masticando, sin añadir nada más.
—Taeyong... ¿Qué te tenemos dicho? Las personas cambian, y nosotros hace mucho que no sabemos de ellos. —El chico asiente, manteniéndose en silencio, y el padre de éstos observa a Taehyung inmerso en su propio mundo, como si algo le perturbara, pero antes de que éste pueda posar la mano sobre su hombro para preguntarle, la mujer le interrumpe, guiñándole el ojo.
—Nuestro hijo necesita aclararse cariño. Déjalo estar. —El hombre no contesta, pues sabe bien que su mujer siempre tiene razón y conoce a su hijo más que nadie pero, él no alcanza a adivinar qué es lo que pasa por la mente del rubito que luce demasiado ido, incluso más que lo habitual.
¿Qué inunda tus pensamientos, Taehyungie?
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SUMMER PARADISE🏝 ••KookV••
Hayran KurguDicen que los polos opuestos se atraen... Y no importa cuanto hagas para evitarlo, pues no lo conseguirás.