twelve

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Los dos mayores están de camino a casa de Jungkook.

A Taeyong no le hace nada de gracia haber tenido que mentir a su familia sobre a dónde se dirigían, no acostumbraba a hacerlo y le ha sentado fatal tener que esconderles algo, pero al parecer, Ten está bastante familiarizado con esa sensación.

—Venga, no seas una dramática, al fin y al cabo esto es por una buena causa, ¿no es así? —El castaño asiente vagamente, dedicándole una leve mirada a su acompañante, y sonriendo automáticamente, como cada vez que pasan tiempo juntos.

Le resulta increíble que aquel moreno sea capaz de alegrarle sólo con una mirada, pero es así.

—No queda mucho, deberíamos estar a unas manzanas. —El tailandés arquea la ceja cuando llegan a una de las carreteras principales, observando la hilera de casas lujosas que se extienden a su paso. —Wow. —Se limita a agregar Taeyong, que se ha quedado boquiabierto.

—Nunca había estado en esta parte de la ciudad. —Siguen caminando, pero cuando se dan cuenta de que son el objetivo de todas las miradas, aligeran el paso, yendo a una velocidad aplastante.

Es cierto que no había puesto el pie en aquel lado de la ciudad nunca, pero tampoco quería volver a repetirlo. La gente que vivía allí en verdad parecía muy grosera.

Todo el mundo que salía de su casa en esos momentos, les observaba pasar con el mayor desagrado posible, como si los chicos hubiesen matado a sus perros en la otra vida o algo así.

—Taehyung me describió la casa de Jungkook, al principio creí que la idealizaba un poco, pero ahora considero que se ha quedado corto con todo lo que dijo. —Admite el castaño, que ha parado justo en frente del que es su destino.

—Touché. —Y, sin más dilación, ambos se adentran en el gran jardín que se abre paso a ambos lados de la mansión. Ninguno de los dos habla, pues se hayan maravillando perplejos la gran maraña de árboles que les rodea, así como las flores que están perfectamente plantadas sobre el césped recién regado.

—Es demasiado extraño que no tengan una valla que impida a la gente colarse aquí. —El mayor de ambos expone sus dudas.

—¿Para qué van a poner una valla? ¡Piensa un poco, Taeyongie! Toda la puta gente de esta zona es más rica de lo que tú o yo podamos imaginar, no creo que alguien necesite colarse en una casa ajena a robar, y dudo que los padres de Jungkook no tengan ningún tipo de alarma contratada en caso de hurto. —El contrario asiente, dando a entender que está de acuerdo con el razonamiento que Ten ha propuesto.

Han visto a varios trabajadores, pero ninguno se ha percatado verdaderamente de su presencia, es como si estuviesen tan concentrados que han pasado por alto que se encontraban allí.

Suben las escaleras que se extienden frente a ellos, llegando al fin al gran portón blanco que se encuentra a escasos centímetros de ambos. 

Taeyong se acerca para llamar al timbre.

Acto seguido, traga saliva constantemente, sintiendo cómo poco a poco la garganta se le va secando más. Pero su corazón parece pararse de manera completa cuando la puerta se abre, aunque vuelve a latir cuando descubre a Oh Yeon Joo al otro lado.

—¿Chicos? H-hola. Qué sorpresa, no os esperaba aquí. —Comenta la muchacha, que ha salido para hablar con ellos, dejando la entrada ligeramente entornada.

—Hola noona. —Saluda alegremente Taeyong, que está plenamente satisfecho con que no haya sido ninguno de los señores Jeon el que haya abierto la puerta. 

Ten también se ha inclinado a modo de saludo, correspondiendo a la castaña.

—¿Queríais algo? —Pregunta finalmente, queriendo saber la razón por la cual los muchachos habían ido de visita a aquella casa.

SUMMER PARADISE🏝 ••KookV••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora