nineteen

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Taehyung corre hacia él con ilusión, pero después de recordar lo ocurrido entre ambos muchos años atrás, opta por pararse a escasos pasos de Jungkook, sonriéndole de forma amistosa y dándole finalmente un toquecito en el hombro a modo de saludo.

—Hola Kooki... —Para de hablar y carraspea, tratando que no se note su equivocación. —Hola Jungkook, cuánto tiempo. —Dice algo nervioso por el encuentro.

En verdad cuando le ha visto desde el escenario ha sido tan impulsivo como siempre y ha actuado acorde a lo que le han dictaminado sus instintos, pero al pensar en frío en la forma en que ambos se separaron no quiere forzar demasiado las cosas.

Aunque se esté muriendo por dentro por abrazar nuevamente al que ha sido su mejor amigo de la infancia, tiene algo de miedo por cómo éste pueda reaccionar ante tal cercanía después de los muros que su familia le impuso cuando de él se trataba.

—Demasiado. —Ríe el castaño, por su tono de voz nota que también está algo nervioso.

En ese momento, el Taehyung de siempre sale a flote, recriminándose a sí mismo por usar demasiado la cabeza cuando él se basa en lo que le dicta su corazón en cada una de las decisiones que toma.

Se acerca a él y posa su cabeza sobre el hombro del contrario con cariño, el contrario tras unos segundos sin saber muy bien cómo corresponderle, finalmente se acerca un poquito más y estrecha su cuerpo contra el contrario, ambos se funden en un lindo abrazo, como dos piezas que encajan a la perfección pero llevaban demasiado tiempo separadas.

El rubio lleva soñando mucho tiempo con ese momento. No es como si no tuviera más amigos o gente increíble en su vida, aprecia muchísimo a toda la gente que le rodea, no podría pedir nada mejor, lo tiene presente. Pero ese chico se crió con él, y no va a mentir, fue la persona que más le marcó a lo largo de su vida, por mucho que su corazoncito se rompiera cuando aún era pequeño por culpa de los estereotipos y clasismos que la familia Jeon tenía en la cabeza.

A pesar de eso, su madre no dudó en inculcarle los mejores valores que la caracterizan, los de saber perdonar. 

Por muy malos que sean contigo, si te pones a su altura y actúas como ellos, acabas por convertirte en lo que te hace daño.

Así que, cuando ambos se separan ligeramente, sus ojos, aunque ya no ven al pequeño Taehyungie y Kookie que jugaban en el orfanato y no paraban de hacer travesuras, tienen la misma mirada que en ese entonces, y los dos parecen notarlo.

—¿Quieres venir a dar una vuelta? Tengo el resto de la noche libre, y mañana no madrugo. —Jungkook asiente, alejándose de la mesa. —¿Y el sandwich? 

—No me lo voy a acabar, vamos. —Comenta finalmente, saliendo del lugar seguido de cerca por el rubio.

—Bueno, y cuéntame. ¿Qué tal en el extranjero? Oh Yeon Joo me contó que te marchaste a estudiar a Estados Unidos. —El rostro de Jungkook se vuelve un pelin más sombrío tras esa mención a la muchacha.

—Oh Yeon Joo... —Traga saliva, recordando lo bien que se llevaba con ella, pero lo mucho que cambió su relación en cuestión de meses. Ahora que es consciente, la chica dejó de trabajar en su casa por su propio pie. ¿Tal vez fue por su culpa? No recuerda gran cosa, pero tampoco quiere hacerlo en verdad. —La vida en Nueva York es genial, aunque es un poco agobiante a largo plazo. Tanto tráfico, edificios magestuosos y gigantes... No sé, me acostumbré y al final lo llevé bien.

—Dios, según como lo pintas, no hubiera durado ni dos días. —Ríe. —No cambiaría por nada el vivir al lado de la playa. —Al castaño se le viene a la mente la primera imagen que tuvo el placer de observar cuando visitó el mar al llegar de nuevo a Hawaii, el rubio conquistando las olas como si pudieran pertenecerle.

SUMMER PARADISE🏝 ••KookV••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora