seven

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Sin tardar mucho, corre hacia su amigo, que se ha quedado boquiabierto al verle.

Le había insistido mucho a Oh Yeon Joo para que le llevase a la playa, porque le apetecía pasar la mañana del fin de semana jugando con las olas, pero lo último que se hubiera imaginado es que Taehyung iba a estar allí.

Se fundieron en un tierno abrazo que hizo que, tanto la cuidadora de Jungkook, como el hermano del castaño, sonrieran mientras les veían.

—Te he echado tanto de menos, Kookie... —Murmuraba el menor contra el hombro del contrario, mientras acariciaba su espalda con cariño.

—Yo también, TaeTae. —Sonríe el mayor, que levanta el peso del chico sin mucho esfuerzo y, seguidamente se separa para mostrarle a su nueva amiga. —Ésta es Oh Yeon Joo, ella cuida de mi cuando mis papás no están en casa. Parece mayor, pero es muy divertida. —Confiesa el pequeño mientras la muchacha le da un beso en la mejilla al castaño, éste dando pequeños saltitos en respuesta.

El menor ve como su hermano se acerca a ellos y le atrae, agarrándole con suavidad del hombro.

—Él es Taeyongie, nuestros nombres se parecen mucho, ¿no parece cosa del destino? —Dice animado. —Es mi hyung. —Añade, plenamente conforme mientras ve cómo éste saluda a sus otros dos acompañantes.

—Eso es genial. —Comenta Jungkook. —¿Quieres que vayamos a jugar? —El chico asiente calurosamente, corriendo hacia el mar.

—Id los tres, yo me quedo en la toalla, ¿vale guapo? —Oh Yeon Joo se puso sus gafas de sol y se incorporó, tumbándose sobre la arena de la playa.

—¡Vale! —Grita el moreno, que ya ha lanzado su ropa y está corriendo hacia la orilla, donde Taeyong y su mejor amigo están tratando de hundirse el uno al otro. Cuando va a meter sus pies dentro de la zona donde comienza la profundidad, duda unos segundos.

—Ven conmigo, Kookie, a mi al principio también me daba un poquito de miedo. 

—¡Pero si te tiraste de una, no seas mentiroso! —Dice el mayor de los tres, siendo callado por su hermano, que le comenzó a salpicar nada más terminó de hablar.

—No le hagas caso... —Murmura aún sin quitarle el ojo de encima al mencionado. —Ven. —Sentencia, agarrando la mano de Jungkook y sosteniéndola firmemente, haciendo que entre lentamente en el mar.

Todos sus nervios parecen disiparse con el simple contacto que mantiene con la mano de Taehyung, y eso le gusta.

Su casa era genial y tenía todo lo que pedía, pero nada podía compararse con pasar tiempo con su más mejor amigo.

—¿Vienes mucho a la playa? —Pregunta, sumergiendo más su cuerpo en el agua, quedando tan sólo con la cabeza sin mojar.

—A todas horas. —Responde Taeyong, que tiene una sonrisa muy bonita y no deja de esbozarla, eso hace que Jungkook no tenga vergüenza a la hora de mirarle o dirigirse a él, pues es bastante tímido y suele tardar mucho en tener confianza con la gente, pero no se siente incómodo estando con el mayor, seguro que Taehyung se lo pasaría genial con él, y él con el menor también.

—Es verdad. Mi casa está aquí al lado, y vengo aquí después de desayunar, a la hora de la siesta... Ah, antes de la cena también... Y después... —Ah, también vengo a bañarme antes de comer. —Kook se ríe ante el entusiasmo de su amigo.

Lo puede deducir perfectamente, porque si la piel de Taehyung ya era de un tono acanelado, ahora lo era mucho más, sus cabellos se habían aclarado con el sol también, y lucía mucho más lindo de lo que ya de por sí era.

—Ojalá yo viniera más... —Se lamenta el chico, que sólo se divierte jugando a vídeo juegos solo o chapoteando en su piscina. 

—¡Puedes venir cuando quieras! ¡Te puedes quedar a comer en casa, y a dormir si quieres! ¡Así podríamos estar todo el día bañándonos y jugando en la arena, tengo unas raquetas súper chulas y hasta estoy aprendiendo a hacer surf, mi objetivo es ser tan bueno como mi mamá! —Soltó toda aquella información del golpe, pero no se quedó plenamente conforme. —¡Seguro que mis padres nos dejan! ¿A que sí, hyung? —Ve cómo el mayor asiente.

—Estoy convencido. —Afirma Taeyong. —Pero tienen que dejar a Jungkook, Tae. —Nada más escuchar aquello, el castañito comienza a correr en dirección a la mujer que aún sigue tomando el sol en la toalla.

—¡Oh Yeon Joo, noona! —Llega hasta ésta, sobresaltándola un poco por los gritos, pero haciendo que se incorpore inmediatamente. —¿Puede venir más días Jungkookie a la playa? —Dice con un puchero e inclinándose para convencerla aún más. —¡Yo le cuidaré! ¡No nadaremos muy profundo para que no nos coman los tiburones! ¡Y juro que si pierde el bañador, yo me quitaré el mío y se lo daré hasta que encuentre unas algas para ponerle encima de su cosa! —Alza un poco la cabeza cuando oye a la chica reírse acaloradamente.

—Ah... Tu amigo en verdad es genial... —Le dice a Jungkook, que acaba de llegar a su lado junto a Taeyong. —Claro que puede venir más veces, no creo que haya ningún problema, mientras sea después de la escuela. —Sonríe al ver cómo Taehyung ha empezado a saltar y vitorear.

Y, como se prometieron ambos amigos, todas las tardes a partir de ese día, de cinco a siete, quedaban para jugar en la playa, siempre esperándose junto a la gran roca que yacía junto a la orilla.

Casi siempre venían Taeyong y la cuidadora del moreno, ésta llevaba comida y así podían merendar.

Incluso un día la mamá de los Kim preparó macarons para que Jungkook se los llevara a su familia, y según él decía, habían estado deliciosos, lo sabía de buena mano porque básicamente, se los había comido todos salvo dos que había guardado para Oh Yeon Joo, pues sus padres no estaban en casa y no dio tiempo a que aguantaran tanto.

Al fin ambos estaban plenamente felices, viviendo una vida fuera del orfanato, pero pasando tiempo juntos y disfrutando el uno del otro tanto como querían.

Era como un sueño hecho realidad.

Pero como todo sueño, acaba en el momento en el que despiertas.

SUMMER PARADISE🏝 ••KookV••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora