CAPÍTULO 8: no te esperaba.

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El despertador del móvil le avisa de que han pasado esos cinco minutos desde que pospuso la alarma. Aún con los ojos pegados y los rizos sin peinar, coge la ropa que hay colocada ya en su silla y se mete en la ducha.

Luis Cepeda nunca ha sido demasiado puntual y puede corroborar eso cuando sale de ducharse y tiene apenas media hora antes de que un taxi espere en su puerta y lo lleve hasta el aeropuerto.
Mientras se viste deja la cafetera haciéndole un café que posiblemente no terminará de beberse y peina sus rizos con la mano un poco a la ligera.

Cierra la maleta después de haber metido todas las cosas que ha usado en último momento y vierte el café en un vaso de papel para poder tomarlo de camino al aeropuerto.

El tráfico tampoco se pone de su parte y al ser hora punta hace que llegar hasta al aeropuerto se tarde el doble de tiempo.

Respira tranquilo cuando ve que le quedan cinco minutos para que abran la puerta de embarque y decide ir a por algo de entretenimiento para el vuelo.

Sale de la tienda con la obra de un autor malagueño y un libro sobre la cordura y, casi por obra del destino, una mujer por medio de los altavoces le avisa de que la puerta de embarque está abierta.

No lo duda dos veces y en menos de una hora ya se encuentra sentado en su asiento. Un niño de no más de dos años lo saluda desde el regazo de su madre rodando un coche por las piernas de la misma.

Se entretiene en hacerle carañotas a ese niño escuchando plácidamente sus carcajadas y en atender atentamente a la historia que le cuenta sobre un elefante con grandes orejas y que resulta ser mágico.

Enciende de nuevo el teléfono justo cuando baja del avión y busca su maleta entre las que salen por la cinta. Agarra la que identifica como suya que, como siempre es la ultima, y recibe la notificación de que hay un coche esperándolo en la puerta.

Se acerca al vehículo tintado y cuando baja la ventanilla reconoce la cara de quien menos se esperaba.

- ¿Roi.?

(***)

Madrugar nunca ha sido su punto fuerte y por ello da mil vueltas en la cama antes de abrir los ojos y coger la ropa e ir a ducharse.

Las ojeras a través del espejo le recuerdan que no ha tenido muy buena noche. Las pesadillas la asaltaban en medio de los sueños y solo podía despertarse y dejar la mente en blanco

Ya vestida y maquillada, retoca su intocable flequillo y mete de última hora las cosas que ha usado para ducharse y que son de primera necesidad.

- Buenos días. ¿Preparada.?- la saluda su madre en cuanto la escucha bajar las escaleras.

- Eso creo, estoy muy nerviosa.- dice sentándose en la mesa después de haber dejado su maleta en la entrada y lista para salir.

- Es normal cielo, hace mucho tiempo que no los ves- y , aunque había recibido varias visitas de sus amigos más cercanos,y llamadas de casi todos las personas diariamente, la dura realidad es que llevan sin estar todos juntos desde el último concierto de la gira.

- Por cierto, ¿a qué hora sale tu tren.?-  se interesa antes de darle un buche al Cola Cao que le pone su madre delante.

- Una hora después de que vengan a recogerte, por lo que, me iré justo cuando tú te vayas.

En cierto modo se queda más tranquila, no porque no confiara en su madre sino porque tampoco quería que se quedara sola demasiado tiempo y sabiendo que se irán casi a la vez le tranquiliza mucho más. 

Soñemos juntos = AITEDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora