CAPÍTULO 42: Gestos que delatan.

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Aunque no lo han pronunciado en voz alta están más que dispuestos a intentarlo. No puede ser que después de tantas oportunidades el destino haga otra vez de las suyas y no les deje ser felices.

Y si eso ocurre, desafiarán al destino si hace falta.

Porque es que están hartos de vivir con el miedo. Ese miedo a no saber seguir con todo esto.
Así es como lo han definido,"esto" sin etiquetas ni compromisos que les obligue a nombrar a lo que no quieren poner nombre ellos.

Necesitan respirar tranquilos de una puñetera vez sabiendo que al despertar encontrarán al otro enredado entre las sábanas de su cama y que discutirán por el turno de lavar los platos que, como siempre, la catalana negará e intentará convencer al chico de que fue ella quién lo hizo la última vez.

Les da igual si así ella le esperará sentada en posición de indio y él hará el papel de vaquero. Como cuando juegan como si fueran niños.

No les importará cuando se rueguen la compañía del otro con un "solo quédate esta noche" convirtiéndolo así en su "te quiero" particular.

Dejarán que la lluvia les pille bailando con poca ropa si así verán a la luna bailar y al sol perderse bajo el ritmo de la música y la esencia de su roce.

Quiere perderse en su mirada y ser los dueños de la almohada para espantar los miedos que les atormenten.

Porque no puede ser que el destino les ponga trabas en el camino una y otra vez. Necesitan respirar tranquilos, aunque sea manteniendo su relación en secreto.

Es por eso que, como cuando su noviazgo comenzó en esa primera, de las muchas partes de su historia, han decidido mantener su amor en silencio.

Porque lo silenciarán si así se juran besos bajo la almohada y si se prometen ser la luz en la oscuridad.
No les importa aguantar un poco hasta que la gente entienda que el amor no entiende de cifras, ni de lustros ni de ceros en la cuenta del banco.
Esperarán el tiempo que haga falta, por muy difícil que parezca, si así se normaliza todo lo que conlleva el siglo XXI y sus avances.

-¿Porqué no vamos a intentarlo.?- le había preguntado al chico después de formularse a ella misma esa pregunta.

-No sé Aitana, es todo demasiado complicado y... No sé.- le admite e chico mirando hacia abajo, procurando que su sonrisa no le delate y que pueda ser él quien le cuente a la chica que es una broma y que pretende intentarlo hasta que el destino ceda.

- ¡Luis, eres un tonto tío.!- le grita ella en cuanto se percata de que el "inigualable" humor del gallego está haciendo presencia en la sala.- eres imbécil, me has asustado.

A lo que él solo pudo atraparla entre sus extremidades y susurrarle en su oído que su intención es permanecer a su lado hasta que se canse de él.

Y de su humor, por supuesto.

- ¿De tu humor también.? Pues entonces vas a estar durmiendo en tu piso en dos días.- le devuelve la chica en cuanto escucha las últimas palabras salir de la boca de su novio.

Están tremendamente felices y no pueden parar de abrazarse en todo momento. El piso de la chica tiene espacio de sobra pero culpan al frío del propio marzo por necesitar estar manteniendo contacto físico en todo momento.

Después de la noticia de la urgente reunión, los nervios han vuelto a hacer mella en ella y solo Luis con sus particulares caricias, y una manzanilla, han conseguido devolverle a la chica su ritmo de respiración habitual.

Y es que volverán a sonar, están seguros.

(***)

Apenas ha tenido tiempo para tomarse un café antes de salir, los nervios le han impedido echarle algo más a su estómago amenazándole con expulsar todo aquello que cruzara su garganta.

Soñemos juntos = AITEDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora