CONTROL [void stiles] #1

xxvii.

stilinski is fine;

Stiles levantó su mano cuando se dio cuenta de que Melissa tenía miedo de tocarlo. Hace menos de diez minutos que se encontraba acostado en la cama de Scott mientras la mujer lo revisaba.

—Bueno, médicamente parece que estás bien. —dijo Melissa. —Definitivamente eres una persona real.

—Si, se que soy real pero, ¿en verdad soy yo? —murmuró Stiles y segundos después Scott se asomo en la habitación provocando que Stiles se sentara en la cama. —¿Ella esta aquí?

—Si.

—Bien, hagamos esto. —Melissa tornó su rostro a serio y observó a su hijo en forma de pena. Stiles quería que los Oni probaran que no era el nogitsune. Una arma de doble filo, aquello podía terminar bien o podía terminar en la muerte de Stiles. —Por favor debemos hacerlo. —susurro luego de darse cuenta de los rostros de los otros dos.

Scott asintió, y se acercó hasta la cama para que Stiles se apoyara en el y así comenzar a llevarlo hasta la pequeña sala. Donde se encontraba la madre de Kira.

—¿Me reconoces? —preguntó la mujer apenas el chico la vio. Stilinski asintió.

—Basta —interrumpió Kira la cual entró corriendo por la puerta de la casa.

—Está bien, yo fui el que pidió que viniera.

—Tu eres el que será atravesado con espadas. —contó Kira. —Mamá no le hagas esto.

—Ya está hecho —hablo y como si aquellas fueran las palabras mágicas los Onis aparecieron alrededor de Stiles.
El chico iba a comenzar a retroceder pero uno de ellos se le acercó rápidamente tomándolo del cuello mientras que con sus extraños ojos luminosos lo veían directamente a los de él.
Stiles parecía estar en shock como todos en la habitación, esperando lo peor. Bastaron un par de segundos más para que el Oni lo soltara bruscamente provocando que cayera al piso. Luego estos desaparecieron. —Revisen su oreja. —ordenó la mujer. Scott inmediatamente se arrodilló frente el chico y observó la marca.

—Funcionó —aclaró Scott.

—¿De verdad soy yo?

—Más tu, que nogitsune.

—¿Los Oni pueden encontrarlo?

—Mañana por la noche, ya estamos cerca del amanecer.

—¿Lo pueden matar?

—Depende de que tan fuerte sea.

—¿Y Lydia? ¿Y Scarlett? —preguntó Scott. —¿Por qué se las llevaría?

—Solo se las llevaría para tener ventaja.

—¿Habla de sus poderes?

—El poder de una Banshee y el de una bruja. ¿Sabes que tan poderoso y peligros puede ser si se juntan? El nogitsune puede encontrar la forma de usarlas y así puede matar a quien sea en cuestión de segundos.

—¿Puede hacerles daño? —Stiles dijo cuando logró ponerse de pie.

—Puede pero no lo va a hacer las necesita. —contestó. —Bien mi trabajo aquí está hecho.

La mujer salió de la casa al igual que Kira. Todos habían quedado perplejos y preocupados. No tenían idea de donde estaban las chicas y no podían hacer nada. Solamente esperar.

—¿Estás bien Stiles?

—No. Scarlett y Lydia están en peligro por mi culpa. Scarlett me estuvo ayudando todo este tiempo, me estuvo protegiendo y yo no puedo hacer nada por ella. Nada está bien Scott.

Scott agacho su cabeza a penado, sabía que tenía razón. Dos de sus amigas no estaban y ellos no estaban haciendo nada. Eso no hacia una manada. Mucho menos la de el.
—Las vamos a encontrar Stiles, lo prometo.

—Hey, que les parece si van a buscar a tu papá Stiles. El aún no sabe que estás aquí y bien. —propuso Melissa.

Stilinski asintió y junto con Scott salieron del lugar para comenzar a ir hasta la estación del Sheriff.

—¿Está mi papá? —Stiles le preguntó a una mujer, a lo cual le asintió y señaló su oficina.
Los chicos dieron unos cuanto pasos hasta llegar al lugar. —En tu taza de café. —murmuró luego de ver cómo su padre buscaba desesperado las llaves. El hombre volteó apenas escuchó la voz de su hijo. —Siempre las dejas en las tazas vacías.

El hombre Stilinski observó dudoso y no esperó mucho para mirar a Scott con el ceño fruncido, quería saber si el joven parado enfrente de el, era su verdadero hijo. McCall inmediatamente entendió y asintió.
Y entonces entendió, rápidamente dejó caer su saco y con paso rápido se acercó hasta el, finalmente para envolverlo en un fuerte abrazo.

—Hola, papá —susurro Stiles sin dejar de abrazarlo. Ambos estaban tan contentos y nostálgicos, finalmente se habían vuelto a encontrar, el padre tenía nuevamente a su único hijo con el. Y no había mejor satisfacción que esa.

—Scott, ¿se termino? —preguntó Noah.

—Aún no —respondió Scott mientras sacaba las llaves de la taza, justo como Stiles había dicho anteriormente.

—¿A que te refieres con "aún no"?

—El nogitsune se llevó a Lydia y a Scarlett papá —mencionó Stiles preocupado y cabizbajo. —No sabemos donde pueden estar.

—La señora Yakimura dice que no les hará daño porque las necesita pero... si encuentra la forma de unir los poderes de ambas, sería como un arma de fuego.

El Sheriff no dijo nada, simplemente salió de la oficina y minutos después regreso apresurado.
—Emitimos un boletín de búsqueda para las chicas. Todas las unidades las están buscando.

Scott y Stiles se miraron sorprendidos y confundidos entre ellos.
—¿No hay algo más que podamos hacer?

—¿A esta hora? No en realidad.

—Se las llevó por una razón papá, miren si podemos descubrir el porqué podemos descubrir en donde. —añadió Stiles.

—Bueno, ¿pero que necesita un nogitsune de una Banshee y una bruja? Aparte de sus poderes.

—No lo se, Lydia es buena encontrando cadáveres, Scarlett es buena resolviendo acertijos. Tal vez deban de encontrar uno.

—Scott, sabes más de esto que nosotros

—¿Yo?

—Dijiste que Noshiko te contó toda la historia.

—Pero pasó en la Segunda Guerra Mundial. Hace como 70 años.

—¿Espera que dijiste? —interrumpió Stiles.

—Noshiko me contó de un campo de...

—No, no, no. No antes de eso. Dijiste "toda la historia."

—Si. ¿De que hablas? —Scott miró confundido a su amigo.

Entonces Stiles recordó aquella vez que había estado en Eichen House, cuando el junto a Oliver y Scarlett esperaban a que una chica desocupara el teléfono. Recordó aquellas palabras que salieron de su boca "querrán saber toda la historia. La historia completa."
—Hay una chica en la casa Eichen, se llama Meredith. Creo que podría ayudarnos.

Su padre no dudó ni un segundo de las palabras de su hijo e inmediatamente avisó a Parrish para que llamara a aquel sitio.

—Jefe, Meredith Walker —confirmó el hombre.

—¿Ella sigue ahí?

—Si, pero la movieron a la unidad cerrada.

—¿Por qué? —preguntó Stiles nervioso.

—Tenía problemas.

—¿Qué problemas? 

—Ella no dejaba de gritar. —murmuró.