Capítulo 4: Día de playa

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Siento malestar e incomodo me muevo en la cama, parece como si cien elefantes hubiesen saltado encima de mí.

Estoy boca abajo, así que me giro quedando con mi vista hacia el techo blanco.

La sed raspa mi garganta, no tengo ni un poco de saliva en mis labios. No tengo resaca, porque no bebí como para tenerla, de igual manera me siento tal y como si hubiese ingerido litros de alcohol.

Mi teléfono suena y busco entre las sábanas sin saber dónde está.


¿Aló? —Digo luego de contestar sin ver quién esta llamándome.

Idiota— Dijo la voz de mi mejor amigo.

¿Qué quieres? —Digo con el ceño fruncido y bostezando. Quiero a Alex como un hermano y sé que él me quiere a mí, pero siempre nos tratamos de la peor forma.

Quería saber que hacías, nada más— Puedo imaginármelo encogiéndose de hombros.

Estaba durmiendo, idiota— Aunque sé que me había levantado antes de que él llamará, era más divertido si le echaba la culpa.

Pues qué bueno que te levante, son las nueve de la mañana—Y solo hasta ahora sabía qué hora era.

¿Cree que esta es una buena hora para despertar a alguien que amaneció en una fiesta?

¿Qué quieres? —Vuelvo a repetir en tono cansado.

Vamos a la playa —Dijo de repente y fruncí mi ceño—Mare anoche dijo que quería ir, vamos.


Ya suponía que era un capricho de Marensik.


¿Solo nosotros tres? —Pregunto extrañado, sentándome en la cama. Aunque a decir verdad, nunca nos ha molestado salir solo los tres.

Y Kira obviamente, quizás ella puede invitar a su amiga. Así el grupo se hace más grande—Dice


Mencionó a la castaña y mi sonrisa fue más grande que la del gato de Cheschire, tendría oportunidad de pasar el rato con ella de nuevo.


¿Qué pasó con tu idea de dejarla en paz por ser amiga de tu hermana, gran idiota? —A veces creo que tengo a una mini persona hablándome en la mente, lo odio.


Está bien—Digo sin aguantar una sonrisa.


Cuelgo la llamada y me voy al baño a hacer mi rutina mañanera, como bañarme y cepillar mis dientes. Me visto con una camisa blanca y una bermuda negra para luego peinarme.

Salgo de la habitación y me dirijo a la cocina, Kira está sentada en el mesón comiendo cereal mientras mamá está preparando café.


—Hola—Digo caminando perezosamente. Kira sube la mirada y puedo ver lo fatal que le ha pegado la resaca de la fiesta—Uf, te ves fatal hermana.

—Cállate, idiota—Dice para volver a colocar su total atención a su cereal.

—Tu hermana no amaneció con el mejor ánimo, pero veo que tu sí—Dice mi madre sonriéndome — ¿Quieres cereal? Becky está libre y no quiero cocinar.

Hasta el más mujeriego se enamora •Editando•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora