Hasta el más mujeriego se enamora •Editando•

Capítulo 1: Primer día

Hola chiquitos, antes de que empiecen a leer, quiero avisarles que la novela se encuentra en edición, por lo cual es bastante probable que encuentren diferencias entre un capitulo y otro. Los capítulos que ya se encuentran editados, son los que tienen un titulo. Besos

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— ¡Despiértate! — Me sobresalto al escuchar la voz que me grita al oído mientras un peso encima de mí presiona mi cuerpo contra el colchón de la cama.

No tengo que ser adivino para saber quién es; Kira Williams, mi insoportable hermana menor.

Abro los ojos poco a poco adaptándome a la luz, un bostezo sale de mis labios mientras con mi mano por educación tapo mi boca.

—Eres tan vago...—Vuelve a decir mientras se acomoda en la cama, me estiro provocando que un sonido de placer salga de mis labios—Tu alarma sonó como veinte veces y no te despertabas.

Si la escuche, solo que siempre le doy a posponer sin ánimos de levantarme.

—Eres tan fastidiosa— Digo con la voz ronca aún por las horas dormido—Quítate.

La empujo levemente provocando que caiga de la cama.

— ¡Estúpido! —La escucho decir desde el suelo y no puedo evitar reírme.

Ella se levanta y luego de darme una mirada de muerte y sacudir su vestimenta, sale de mi habitación diciéndome lo idiota que soy.

Claro que con mucho amor, somos hermanos, nos amamos.

A nuestra manera.

Camino hacía el baño restregándome los ojos, mientras un bostezo perezoso sale de mi boca. No me gusta levantarme temprano, si fuera por mí, dormiría hasta el mediodía.

Ya en el baño, cepillo mis dientes y tomo una ducha rápida. El agua esta tibia y deliciosa, por lo que disfruto de bañarme.

Lo malo viene cuando salgo y el aire frio choca contra mi piel, haciéndome temblar, agarro la toalla con rapidez y seco todo mi cuerpo velozmente.

—Ethan— Escucho la voz de mi madre detrás de la puerta de mi habitación una vez que salgo del baño— El desayuno ya está listo, baja antes de que se te enfríe.

La escucho alejarse escuchando su voz hablándole a Kira.

— ¡Ya bajo! —Grito sin saber si me escuchará mientras me dirijo al closet solo con una toalla envuelta en mis caderas, a buscar que colocarme hoy.

Hoy es el primer día de mi último año. Debería estar emocionado, pero sinceramente no me produce nada. Solo fastidio con tener que ir a clases.

Aunque eso no dicte que sea malo en las materias, mis notas son bastante buenas ya que deben ser altas para pertenecer al equipo de fútbol.