Lunes.
De nuevo el bendito lunes acaba vidas.
Me levanto como si fuese salido de The Walking Dead y camino al baño, necesito tomar una ducha si quiero llegar despierto a clases.
Una vez que mi rápida rutina mañanera es cumplida por completo, me visto con un suéter gris y un pantalón oscuro, el tiempo que más tardo es en el espejo a la hora de peinarme.
— ¡Ethan, apúrate! —Grita mi hermana desde el pasillo. No sé por qué sigue molestándose en apurarme si ya no nos vamos juntos.
— ¡Voy! —Grito de vuelta. Pero sigo peinando mi cabello, aunque este es rebelde y siempre queda desordenado.
Bajo las escaleras y entro a la cocina pero solo esta Becky terminando de hacer el desayuno.
Frunzo el ceño al no ver a mi madre y a Kira como de costumbre sentadas desayunando.
—Buenos días mi niño—Dice Becky cariñosa como siempre—Ya está el desayuno casi listo, ve a sentarte.
¿Ve a sentarte? ¿Es que vamos a comer en el comedor familia? Qué extraño, solo comemos cuando está...
Un pensamiento lleno de mucha razón llena mi mente y es que solo comemos en el comedor familiar cuando mi padre está en casa.
Camino hacia el comedor y lo veo, efectivamente Rodrigo Williams desayunará con nosotros hoy.
—Hola—Digo llenado a mi lugar— Buenos días.
Me siento con una sonrisa burlona en los labios al evaluar el ambiente familiar del desayuno de hoy.
Mi padre con su vista en su tablet seguramente trabajando, mientras que mi madre tiene una revista ojeando los chismes faranduleros que tanto la entretienen. Kira, por su lado, es ignorante de lo que pasa seguramente chismeando sobre la última moda con sus amigas. O mejor dicho, su amiga. Ya que no le conozco muchas.
Pero, inspeccionando su rostro y la sonrisa boba en él, me hace pensar en que la pelinegra no está hablando con Stephany. La imagen de ella y Logan abrazándose en el campo de Fútbol llegan a mi mente y los celos están que explotan al imaginar a mi pequeña hermana junto a ese imbécil.
Sacudo los pensamientos de mi cabeza y me vuelvo a concentrar en mi familia.
Si es que esto puede llamarse así.
—Hola cariño—Dice mi madre dejando la revista a un lado y mirándome con una sonrisa. Es tan dulce, la amo tanto.
Mi madre es una buena mujer y excelente madre, solo tuvo la mala suerte de que a su padre no le importara la felicidad real de su hija, solo el futuro prometedor de su amada empresa.
—Ethan—Dice la voz seria de mi padre— ¿Cómo van los estudios?
—Bien—Es lo único que digo— El sábado tuvimos nuestro primer juego de fútbol de la temporada y ganamos.
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Hasta el más mujeriego se enamora •Editando•
Teen FictionNo creo en el amor. No me voy a enamorar. No quiero ser esclavo de un sentimiento sobrevalorado. Mis pensamientos son claros y seguros hasta que mi vida da un giro inesperado y la veo, tan linda y dulce que sin darme cuenta, se convierte en mi éxtas...