Jamás imaginé que una semana siendo novio de alguien sería tan genial, estos días junto a Stephany habían sido geniales, mis amigos y ella se llevaban de maravilla y eso solo mejoraba todo.
Scott, después de una semana aún no aceptaba en su totalidad que yo, Ethan Williams, tuviera una novia, ya que eso para él no fue una opción jamás. Pero le agrada Stephany.
Hoy mi madre había organizado una cena con Stephany como mi novia, aunque me negué porque apenas estamos empezando y no quiero presionarla, ella insistió tanto alegando que era mi primera novia, que no me quedo más que aceptar. La castaña no tuvo mucha oposición de su parte, ya que conocía por ser amiga de Kira a Krista Williams y sabía cómo podía llegar a ser.
El entrenador estuvo insoportable esta semana debido a lo distraídos que estuvimos todos, se quejo de todo y nos mando a hacer el doble de lo que debíamos en los entrenamientos.
Bajo las escaleras de la casa para dirigirme a la cocina, es sábado por lo que fue el día perfecto para mi madre de organizar su tan esperada comida.
—Hola Becky—La saludo al entrar, ella está haciendo la comida con postre incluido— Mi madre te hizo trabajar un Sábado, ¿Eh?
Ruedo los ojos divertido y ella sonríe.
—Casi no tuvo que pedírmelo mucho cuando supe de que se trataba—Ella se acerca envolviéndome en un abrazo— No puedo creer que mi niño, por fin, tiene novia.
—No es para tanto Becky—Digo sonriéndole— No es como que me voy a casar.
—Sí, lo sé niño, pero el hecho que de dieras ese paso que tanto te negabas, ya es un alivio para mí.
—Gracias por quererme así, Becky— Digo sinceramente— Sé que me quieres como un hijo y te agradezco mucho por eso.
Stephany llega a la casa gracias a que Sabrina la trajo, se suponía que yo la iba a pasar buscando, pero la castaña decidió adelantarse y darme la sorpresa de llegar por sus propios méritos.
—Hola—Digo y no sé por qué de repente me siento tímido con ella.
—Hola—Ella me devuelve el saludo y la misma sonrisa tímida. La diferencia es que la de ella me encanta y sí, me vuelve loco.
— ¡Stephany! —La voz de mi madre se escucha y ambos volteamos para verla caminar hacia nosotros—Que alegría tenerte aquí, no puedo creer que seas la novia de mi hijo.
Veo como automáticamente las mejillas de la castaña se tornan de color rojo, casi como si hubiese sobrepasado el límite de uso del rubor.
—Hola Sra. Williams—Dice ella con la usual dulce voz que tiene— Gracias por invitarme, me alegra mucho saber que le agrada la noticia.
—Claro que me alegra—Dice mi madre invitándonos a pasar al comedor con una señal—Kira me conto lo que paso con esa tal Renata, que fatal de parte de esa niña.
—Se llama Raquel, mamá—Digo corrigiéndola y me gano una mala mirada de parte de Stephany, lo que me hace levantar las manos.
—Da igual, Ethan—Kira hace su gran aparición abrazando a su amiga.
—Ya casi está la comida—Informa Becky desde la entrada de la cocina y no puede evitar observar a Stephany con una sonrisa.
Al menos, no hay tanta formalidad incomoda, porque todas conocen a Stephany gracias a su amistad con Kira, por ende, no fue tan difícil el tema de tener que presentarla y que se sintiera en confianza, pues ya aquí la tiene.
Pasamos al comedor ya que mi madre insiste en que la comida es formal y merece ser en el comedor y no en el taburete de la cocina como solemos comer los tres juntos.
Nos sentamos a comer cuando ayudamos a Becky a servir la comida, porque aunque pudiéramos sentarnos y esperar que nos sirvan, mi mamá siempre nos ha inculcado el ayudar y hacer nuestras cosas por la propia.
—Vaya—Escucho una voz que hace que me quede helado y los vellos de mi nuca se ericen— Mi familia en una comida familiar, sin mí.
Mi padre, Rodrigo Williams, hace su acto de presencia en el comedor y hasta donde estoy, me llega el olor a alcohol viniendo de él.
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Hasta el más mujeriego se enamora •Editando•
Teen FictionNo creo en el amor. No me voy a enamorar. No quiero ser esclavo de un sentimiento sobrevalorado. Mis pensamientos son claros y seguros hasta que mi vida da un giro inesperado y la veo, tan linda y dulce que sin darme cuenta, se convierte en mi éxtas...