Hasta el más mujeriego se enamora •Editando•

Capítulo 32: Pensamientos femeninos

POV Stephany

Pensar en lo que me hizo Ethan me destroza el alma, de verdad confiaba en él, realmente quería que las cosas con él funcionaran.

Ojala él hubiese querido lo mismo.

Aunque si estoy triste y siento que realmente mi corazón sufrió un quiebre que no puede repararse tan fácil, decido que no me dejare vencer por una mala experiencia amorosa. No es el fin del mundo, así que no les daré el gusto de verme llorando por los pasillos del Instituto.

Tampoco estoy interesada en salir con ningún otro chico, sería demasiado rápido y realmente no tengo interés. Sus celos al verme hoy con el chico nuevo, Justin, se hicieron presentes. No pudo disimularlos y aunque no tiene nada que celar, admito que me gustó que sintiera por lo menos un poco de lo que yo sentí al enterarme lo que él hizo.

Las ganas de actuar por venganza son tentadoras, ahora entiendo a esas mujeres que enseguida deciden buscarse a otro hombre luego de una infidelidad. Pero yo no soy así, no pagaré con la misma moneda, no necesito estar con nadie más por dolor o despecho. Mi amor propio me ayudará a calmar este dolor y toda esta tristeza que hay en mí.

Mi teléfono suena indicándome que un mensaje acaba de llegar, lo tomo de la mesa de noche al lado de mi cama, al encenderlo, un mensaje de Ethan se refleja en la pantalla. Sin querer saber nada de él, apago el aparato y me arropo toda, dispuesta dormir para olvidarme por unas horas de mi horrible realidad.

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No sé cuántas horas dormí, pero cuando observo la ventana de mi habitación ya es de noche. Me dirijo a la cocina y veo a mi mamá sentada sola en el mesón con una taza de café entre sus manos.

—Hola—Digo llegando a ella y sentándome en el banco a su lado.

—Hola dormilona—Es lo que me dice para volver a fijar su mirada en un punto fijo, perdiéndose en sus pensamientos.

— ¿Pasa algo? —Digo notando algo raro en su actitud. Como si estuviera tan perdida en lo que está pensando que no puede siquiera disimularlo con mi presencia.

—Quería hablar contigo—Dice seria mirándome a los ojos, enseguida mi corazón empieza a latir con fuerza y los nervios se hacen presentes, dejándome un enorme vacío en el estómago—Hay temas que debemos cerrar para poder seguir con nuestras vidas, hija. Creo que ambas merecemos poder hablarlo.

Automáticamente sé a lo que se refiere y mis ojos se llenan de lágrimas, sé cuál es el tema y definitivamente no quiero abordarlo, pero si eso la hará sentir mejor a ella, estaré dispuesta.

—Stephany cuando decidí mudarme a otra ciudad, lejos de casa, muchas veces quise estar segura de que tu estuvieras de acuerdo con esto—Empieza— Tu seguridad de querer hacerlo me dieron la fuerza para dejar todo atrás y venir aquí, a un nuevo lugar, desconocido para ambas, a comenzar una nueva vida. Pero sinceramente, no creo que esto funcione si yo no tengo la valentía y la inteligencia emocional para dejar también mis sentimientos atrás.