30 Días [De Spiritshipping]

Todo por ti

Johan estiró sus brazos mientras veía los rayos del sol entrar por la ventana. Judai entró a la habitación con el desayuno, le sonrió mientras dejaba la bandeja sobre la cama.

–Prepare algo ligero ya que para el almuerzo hice algo muy especial.

–¿Se podría saber qué es?

Judai negó con la cabeza.

–Sorpresa... Solo se paciente por algunas horas.

Johan suspiró mientras asentía y comía el desayuno.

Ya siendo las siete de la tarde, Johan tomó su deck y se disponía a salir.

–¿A dónde vas?

–Iré a ver algunos duelos cerca de aquí... Siento que ha sido una eternidad desde que participe en alguno.

–Pero... Podrías tener un Duelo conmigo.

–Judai, conozco tus cartas y técnicas desde hace años... Ganarte siempre ya está cansando.-Bromeó pero Judai no emitió ninguna reacción además de solo preocupación.– Perdón, fue una pésima broma.

–No... Es que... Quédate, ¿si? Ya sé... Llamaré a los demás para que vengan.

Johan suspiró y dimitió de la idea de salir.

“…”

Johan despertó mientras observaba los rayos de sol que entraban por la ventana. Salió de la habitación viendo a Judai en el comedor.

–Me atrasé un poco.-Sacó su lengua apenado.

–No importa. Puedo hacerlo yo.

–No, mejor ve un poco de televisión. Quizás estén trasmitiendo algún duelo... Espero que sea una repetición de un duelo de Manjoume.

–Si... Siempre es bueno ver a los Ojama en acción.

Johan obedeció mientras se sentaba. Vió el mazo de Judai esparcido en la mesita que estaba a un lado del sofá. Suspiró por lo desordenado que era su pareja y comenzó a ordenarlas.

Frunció el ceño mientras veía al mago del tiempo. Judai nunca había tenido uno y no recordaba haberlo salvado de algún lugar o haberlo comprado. Lo observó un momento, sintió los pasos de Judai y lo guardó entre medio de las demás cartas.

–¿Qué haces?

–Nada. Solo las junte.

–No las viste, ¿verdad?

–¿Te preocupa?

–No.-Judai desvío la vista mientras su voz casi parecía un susurro.– ¿Por qué debería?

–Tal vez... Se deba a que tienes cartas nuevas.

–¿Lo viste?

Johan observó el rostro de preocupación de Judai. Sentía que algo le ocultaba y quería saber cuánto antes de que se trataba.

–¿Qué pasaría si las he visto?

–... Nada... Claro que no pasaría nada.

–¿Por qué tienes un mago del tiempo?

–Oh... Eso... Quizás se deba por... Yo lo encontré.

–¿Cuándo?

Judai desvío la vista mientras jugueteaba con sus dedos con nerviosismo.

–Iré a... El desayuno está listo.

–¡Judai!

Judai observó a Johan. Este se encontraba molesto, odiaba que Judai se guardara todo para él.