Bombero

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Bombero

En el patio los miembros del consejo junto con David organizaban los coches y equipo que se llevarían en la salida, cuando Vicent y Mara salieron del bloque A. La joven se dirigió al otro pabellón con la intención de cambiarse de ropa y sentirse algo más cómoda durante el viaje. Aún sentía los ojos hinchados por el llanto, pero tras muchos meses sentía que su pena era más liviana al poder compartirla, y esta se mezclaba con la emoción y alegría de haber encontrado a Vicent vivo, lo cual aún no terminaba de creerse.

Al cruzarse con Beth en la galería la saludó con una cálida sonrisa de camino a su celda, pero tras observarla la joven Greene la siguió con la mirada.

Como era de esperar Olga estaba en la celda, pero no había rastro de Shelly.

—Si te vas a acostar me marcho, supongo que la noche habrá sido horrible —comentó Olga poniéndose en pie.

—No, tranquila. Sólo vengo a cambiarme de ropa —la informó —, voy a volver a salir, puede que vuelva por la noche.

—¿Irte? Pero si acabas de llegar...

—Olga, ¿recuerdas que mi hermano siempre hablaba de un hombre que le había enseñado cosas sobre armas y supervivencia? —preguntó la joven, a lo que la mujer asintió en silencio —Bien, pues ese hombre es Vicent, y le he encontrado tras casi dos años de darle por muerto, así que no voy a separarme de él ahora que volvemos a estar juntos.

—Pero Shelly...

—Lo hablaré con ella y lo entenderá —comentó —como mucho estaré aquí en un par de días, de quedarme con ellos a organizar el traslado.

—Como quieras... iré a buscarla para que te despidas —dijo con resignación saliendo de la celda.

La joven se cambió de ropa y se cepilló el pelo, recogiéndolo en un coleta baja y salió de la celda.

—Mara, ¿estás bien? —preguntó Beth, cuando pasó a su lado, con tono suave pero preocupado.

—Sí, algo cansada... pero ya —contestó Mara, pero algo en la mirada dudosa de Beth la decía que dudaba de su respuesta —. Sé que me veo horrible... y que llevo como una eternidad en mi propio mundo sólo viendo lo peor de todo, pero de verdad que estoy bien o al menos mejor que antes.

—Bien... me alegra que te sientas mejor.

—Es así, creo que veo una luz al principio del pozo y te aseguro que voy a esforzarme por trepar y salir a ella —dijo como si fuera una promesa, no sólo a Beth sino también a sí misma.

La joven rubia la abrazó por toda respuesta, emocionando a Mara y la correspondió afectuosamente.

—Puedes hacerlo, pero si lo necesitas recuerda que no te van a faltar manos que te ayuden a impulsarte —le confortó Beth.

—Lo sé, gracias —contestó Mara con una sonrisa agradecida y emocionada.

—¡Amie! —se escuchó el grito de Shelly antes de que entrase a la galería —¡Amie!

Como una lancha motora la niña entró corriendo y buscando con la mirada a Mara, a la que se lanzó en el momento que la divisó junto a Beth.

—No, no mi vida, no te subas que estoy cansada —la pidió a la niña evitando cogerla en brazos.

—¿Qué pasa, Amie? Me ha dicho mamá que tenías que decirme algo muy importante —preguntó la niña con un tono que rozaba el dramatismo.

—No pasa nada corazón, mamá a exagerado un poco... para variar —dijo esto último para sí misma —. Me voy a ir fuera otra vez, ¿vale?. Tal vez tarde un poco, un día incluso —la cara de la niña se iba entristeciendo al oírla y sus grandes ojos azules se parecían cada vez más a los de un cachorro de pajarería —. El hombre grande con el que he venido es mi tío, y quiero estar un tiempo con él, porque hace mucho que no le veo, ¿lo entiendes, Ratita?

Flor Eterna © (The walking dead 3.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora