Flor Eterna © (The walking dead 3.5)

Marmota

Marmota

El nudo en el estómago la atenazó por completo. Podría mentirle, diciéndole que era el nombre de su padre, nadie la podría contradecir, pero no quería mentirle, aunque tampoco quería contarle la verdad, no en ese momento al menos.

—Otro día —se aclaró la garganta antes de continuar—, te lo contaré, pero esta noche no, ¿vale?

Daryl la miró más confuso que antes, pero no insistió, se giró sobre si mismo quedándose de lado frente a ella, la acarició el pelo.

—Está bien —dijo sin más, estrechándola entre sus brazos pegándola a su cuerpo.

—Quiero quedarme así para siempre —murmuró ella apoyando la cabeza bajo la barbilla de el cazador.

—Aún queda para el amanecer —comentó él.

—Perfecto —dijo sonriendo y acoplando aún más sus cuerpos.

Daryl bajó la cabeza y le besó sobre el pelo, abrazándola con mayor fuerza. Leves, pero constantes, llegaban los sonidos de los caminantes que se agolpaban junto a la valla, si no hubiera sido por ese detalla hubiera podido olvidar que clase de mundo le rodeaba, aun así, intentó disfrutar de ese momento.

Se quedaron callados, Daryl dejó volar sus pensamientos con la mirada perdida, fue de una idea a otra sin centrarse en ninguna, no pudo evitar pensar en su hermano y lo que opinaría de Mara y de ellos dos; "Esa gatita te va a convertir en un calzonazos... pero si folla bien, adelante hermano", casi agradeció que Mara no conociera a Merle, aunque pensaba que ella hubiera sabido lidiar con él, de momento con Olga no se estaba dejando influir. Sus pensamientos se trasladaron hasta Roland, por asociación de ideas. De estar Roland vivo Mara tal vez nunca hubiera pisado la prisión, pero de haberlo hecho, de haber acabado fijándose el uno en el otro, dudaba que Roland le dejase jugar con su hermana pequeña sin objeciones, intentó no pensar en supuestos que ya no tenían sentido y no iban a llevar a ningún sitio.

Sintió como Mara movía las piernas, que estaban entrelazadas a las de él, bajo la manta, y volvió a ser consciente del cuerpo de ella, cálido y menudo junto al suyo. Acarició su piel, lisa, suave y no pudo evitar volver a excitarse un poco, de nuevo. Pero la respiración suave y constante de ella sobre su pecho le confirmó que Mara estaba dormida, ladeó un poco la cabeza para mirarla, apartando un mechón de pelo de su mejilla.

Mara se movió un poco sin llegar a despertarse, permitiendo que Daryl la pudiera mirar directamente a la cara, se dio cuenta en el detalle que era la primera mujer con la que se acostaba que no estaba maquillada, era algo sin importancia, pero él sonrió ante ese detalle, le gusta, era guapa tal cual, tal vez un poco aniñada, con esos rasgos finos y esos ojos tan grandes y expresivos. Siguió mirándola con detenimiento mientras dormía, hasta que se dio cuenta que cada vez había más claridad en la garita.

—¡Maldición! —dijo mirando al ventanal y movió un poco a Mara, para despertarla.

—Shelly... para —Murmuró levemente, dormida.

—Chip... pequeña, despierta.

Mara abrió los ojos al escuchar la voz de Daryl.

—Mierda, me he dormido... lo siento —se disculpó, frotándose los ojos.

—No pasa nada, aún no ha salido el sol —explicó, poniéndose de pie—, pero no falta más de media hora para que nos releven.

Daryl comenzó a vestirse, cogiendo la ropa que había por el suelo, mientras Mara aún trataba de ubicarse y reaccionar bajo la manta.

—Toma —dijo él, tendiéndole su ropa hecha un ovillo.

—Graci... —él se agachó y la besó, sujetándola con fuerza por la nuca, sorprendiéndola —...as