Flor Eterna © (The walking dead 3.5)

Ulular

Ulular

La Dodge Ram no se detuvo en ningún momento hasta llegar a la prisión, Sasha iba en silencio buscando las palabras con las que explicaría que Daryl y Mara habían quedado atrás y una marea de caminantes les esperaba de regreso a la prisión, sin poder evitarlo se sentía culpable.

Cuando bajó del vehículo una vez en el patio, miró a Carol que se aproximaba con paso tranquilo, y no pudo ocultar sus sentimientos.

—¿Qué os ha ocurrido? —preguntó la mujer confusa al acercarse.

—Hemos tenido un contratiempo —contestó, mirando a la ranchera y los restos de caminantes que la ensuciaban.

—¿Y los demás? —preguntó con miedo en la voz.

—El otro grupo está de camino, pero... —no había encontrado las palabras adecuadas.

—¿Qué sucede? —preguntó Hershel yendo a su encuentro.

—Daryl y Mara se quedaron en el vecindario, estaban bien —se adelantó a explicar—, al menos cuando los dejamos, pero... pero topamos con un grupo de caminantes de regreso, no creo que lo hayan podido evitar.

—¡Dios mío! —dijo Carol, asimilando sus palabras —¿Y no los advertisteis?

—No había forma, nos quedamos con el Walkie —se justificó la joven.

—Vayamos a la biblioteca —propuso Hershel, viendo que el resto de compañeros comenzaba a rodear la camioneta—. Veremos las opciones que hay. Tyreese, cuando llegue el otro grupo, dile a Glenn que se reúna con nosotros.

El hombre asintió y comenzó a descargar las cosas de la parte trasera, mientras los miembros del consejo se encaminaron hacia el bloque A. Pocos minutos después el grupo que viajaba en la Econoline amarilla llegó a la prisión de bastante buen ánimo, por los suministros encontrados. Pero su semblante cambió cuando Tyreese le informó a Glenn que debía reunirse con el consejo, por una incidencia.

—Pero, si dijisteis que todo iba bien —comentó confuso el joven.

—Lo iba, pero... mejor que te lo explique mi hermana.

El asiático se encaminó hacia la biblioteca un poco alterado, cuando llegó su compañera le informó de lo que les había sucedido en el regreso.

—No debía haber ido —opinó Glenn—. Lo dije, Mara aún no estaba preparada.

—Esto no es culpa suya, cualquiera podría haberse visto afectado por algo así —intentó defender Hershel, pues la idea de incluirla había sido suya.

—Yo misma me vi sorprendida por esos niños —comentó Sasha —y hasta ese momento Mara estaba bien, además la idea de separarnos fue mía. No fue culpa de Mara y tampoco es ese el asunto.

—No, no lo es —asintió Carol—. Debemos formar un grupo que salga a buscarlos y los traiga de vuelta.

—¿Eso es lo que pensáis todos? —preguntó Hershel, al que esa idea no le convencía.

—Yo no estoy de acuerdo en salir, no ahora. —dijo Sasha —Es de noche, no sabemos donde están, ni cómo están. Estaríamos arriesgando a todo un grupo ante una Horda.

—Entonces, ¿no vamos a hacer nada? —preguntó sorprendida Carol —Daryl saldría en busca de cualquiera de nosotros.

—Sí, pero es Daryl, precisamente —comentó Glenn—. Seguro que ha evitado al rebaño y encontrado una forma de salir de eso.

—Se veían desde cierta distancia —apuntó Sasha —Eran muy numerosos.

—Cielo santo... —dijo Carol, a la que las palabras de Sasha la intranquilizaron aún más.