Pequeña

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Pequeña

La luz que se colaba por los ventanales de la galería, era más tenue con la cercanía de la puesta de sol, Beth y Carol entraron en la sala, seguidas por algunos niños.

—No has venido a jugar —recriminó Shelly a Mara, antes de lanzarse a sus brazos.

—Tenía que hacer otras cosas Ratita —le explicó.

—Ella era mía primero —dijo la niña a Daryl con tono serio, casi amenazador, abrazando a la joven positivamente.

Aquella afirmación le sacó una leve sonrisa al cazador.

—Pues estaba con Scott, deberías decírselo a él —apuntó Daryl, lo que hizo que Mara le mirara sorprendida.

—Ya no me gusta ese chico —sentenció Shelly.

Para satisfacer a la niña, Mara se sentó en las escaleras con ella sobre sus piernas y la escuchó mientras relataba que habían estado haciendo durante la tarde. Mientras Daryl iba a buscar a Rick, para hablar de las trampas.

Allí sentada, Mara no pudo evitar fijarse como Zack rondaba la celda de Beth cada poco rato, esperando a que esta saliera de atender a Judith, lo cual le hizo cierta gracia. Se acerca la primavera, se dijo a sí misma. Por desgracia para el muchacho, cuando la joven de cabellos rubios salió con la pequeña en brazos, el padre de Judith entró en la galería con su hijo y Daryl, por lo que la joven, se fue directamente hacia él, sin reparar en el joven.

—Acaba de tomarse un bibe —apuntó la joven—. Pero anda un poco inquieta.

—Bien, ya me encargo —dijo Rick.

Desde su celda Carol salió para el exterior tras anunciar que la cena quizá se retrasase un poco. Por lo que Zack se ofreció a ir a informar a los que estaban por el interior y exterior. El resto se quedaron en la galería charlando con tranquilidad y sobretodo observando a Judith que jugaba con su hermano en el suelo, parecía que pronto comenzaría a gatear.

Desde la entrada de su celda Rick observaba con mayor atención que ninguno la escena, pensando que aquel era uno de esos días que merecía la pena vivir, cuando una ráfaga de disparos le sorprendió.

Todos se miraron entre ellos sin comprender, pero otra nueva ráfaga de tiros comenzó, acompañada de diversos gritos y voces de alarma.

—¡Quedaos aquí! —dijo Rick dirigiéndose a la salida. Sin atenderle, Carl fue a seguirlo pero su padre se volvió, con el rostro serio, e insistió —He dicho que te quedes.

Mara miró con desconcierto a Daryl que seguía a Rick al exterior.

—Quédate aquí y cuida a los niños —dijo este sin aminorar el paso.

Los gritos y los disparos se sucedieron y las personas que estaban por el interior de los bloques llegaron hasta el recibidor asustadas. Mara tenía a Shelly en brazos y Beth llevaba a Judith al interior de la celda de su padre, la niña estaba llorando desconsolada. Mara se percató de que a la joven le temblaban las manos, tras lo cual percibió que ella estaba también temblando.

—¿Qué está pasando? —se preguntaban desde el recibidor.

Pero pocos eran los que se atrevían a salir.

—Entrad todos hacia el interior —pidió Mara, notando como su voz tenía cierto tono histérico, que le hubiera gustado ocultar.

A su lado pasó Carl portando su Beretta 92FS en la mano, dispuesto a salir, Mara se acercó rápidamente hasta él, con Shelly aferrada a ella aún, le frenó cogiéndole del brazo.

—¿Dónde crees que vas? —le dijo seria, casi enfadada.

—Nos están atacando.

—No vas a salir, tu padre...

Flor Eterna © (The walking dead 3.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora