Flor Eterna © (The walking dead 3.5)

Marchar

Marchar

Como Five había dicho, pasó los siguientes cuatro días prácticamente encerrado en la biblioteca con Poker planificando el viaje, marcando todas la rutas viables y sus alternativas, lugares donde podían parar o buscar suministros, sitios que evitar y prever un sinfín de imprevistos. Además el hecho de tener en entre los integrantes a una niña y una mujer con limitadas habilidades les obligaba a tomar aun más precauciones.

Five había optado por disponer de la camioneta de Mara, para poder usarla como refugio por su tamaño y había elegido con cuidado las armas y equipo que llevaría consigo.

Cuando pasaron cuatro días y parecía que los preparativos estaban casi a punto comenzó a llover con intensidad durante un par de días, y volvió a retrasar el viaje.

Mara se encontraba nerviosa, tras su última conversación con Five, tenía más dudas que nunca. Los motivos de él le parecían razonables, lógicos y coherentes. Pero la idea de alejarse de Daryl se le hacía insoportable en todos los sentidos. Más en especial porque quería tenerle a su lado en esos momentos. No había vuelto a tener molestias y parecía que el embarazo iba bien, pero no quería vivir aquello lejos de él. Por eso no se lo había dicho aun a Five, para tener una oportunidad de quedarse.

El segundo día de tormenta, y para sorpresa de todos y alegría de Mara, Michonne regresó a la prisión.

—¿Cómo has viajado con esta lluvia? —preguntó Mara mientras Michonne se secaba en el interior del pabellón.

—Estaba cerca y no me quedaba comida —explicó ella —. Era lo mismo ir a buscarla que llegar aquí.

—Siempre traes la lluvia contigo —dijo Hershel —. Nos vas a dar unas buenas cosechas.

—Entonces me alegro de regresar—aseguró ella.

—Y nosotros de que estés de vuelta —declaró Rick

—¿Hasta dónde has ido? —preguntó Daryl.

—Cerca, había dejado un par de sitios donde mirar y quería comprobarlos.

—¿Viste a alguien? ¿Grupos o...?

—Sí, encontré gente, pero no para invitarlos a venir —aseguró, sus compañeros la miraron con preocupación —. Los evite. No tuve problemas.

—¿Volverás a irte pronto? —preguntó Carl.

—En unos días. Flame cojea un poco, tuvimos un resbalón —dijo —Necesita descansar.

—La miraré en cuanto pueda —dijo Hershel.

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Cuando Mara llegó a su celda se encontró sobre la mesa un par de libros y unas revistas sobre maternidad con una pequeña nota que ponía: Maggie; ocultos bajo una camiseta. La joven los observó agradecida y los ocultó bajo su ropa, dejando la camiseta aparte pues era de la joven Greene y debía devolvérsela.

—Hola —dijo Olga entrando en la celda —, vengo para darte esto —dijo tendiendo un ejemplar de El Principito —. Se lo diste a Megan, y creo que es mejor que de momento tú lo tengas.

—Gracias, pero pensé que Shelly...

—Es joven para entenderlo, eso dijiste —recordó ella —. Se lo darás cuando nos reencontremos allí —dijo mirándola fijamente.

—Claro, haré eso...

—¿Podrías... podrías estar con ella? No sé cuando nos vamos a ir... pero sé que tú la haces feliz y quiero que esté contigo todo lo posible, ya que...