Guía

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Guía

Mara no iba a abandonarlas, lo había estado pensando, y tal vez hubiera sido más fácil de la otra forma, pero no se marcharía recogiendo su mochila en silencio y saliendo de la prisión antes de que despertasen. No les podía hacer eso, sólo de pensarlo, la imagen de Megan y Shelly, decepcionadas y heridas en lo profundo del alma, le venía a la cabeza. Además las posibilidades de no regresar eran muchísimo mayores que las de volver sana y salva, así que debía despedirse en condiciones, pues sino marcharía a cerrar una herida abriendo otra, y eso carecía de sentido, incluso para ella.

Pensando en las posibilidades de no regresar, tenía que pensar que hacer con Daryl, el cual discutía con Rick sobre el tema, deseaba que éste le hiciera entrar en razón y le acabase convenciendo de que su sitio estaba tras las vallas de la prisión, con su grupo, protegiéndolos de la, hasta ahora, invisible amenaza del Gobernador, no haciendo de guía y niñera de una chica, que conocía hace unos pocos días, que no había hecho nada por él, aparte de usarlo como paño de lágrimas.

—¿No pensarás salir inmediatamente? —preguntó Hershel, acercándose con sus muletas hasta la escalera de la galería, donde ella estaba sentada.

—Ese es el plan, sí —afirmó levantando la cabeza para mirarlo. El hombre negó con la cabeza.

—Estás agotada, deberías descansar —antes de que ella pudiera contradecirle continuó—, por lo menos si pretendes cumplir con tu objetivo realmente. No llegarás muy lejos en tu estado.

Ella desvió la mirada al suelo, el granjero tenía razón, si realmente quería lograr su objetivo, es decir, cumplir la promesa que le hizo a su hermano, debía hacer las cosas bien. No podía salir de allí cargada de voluntad pero sin fuerzas. Pero cada segundo que pasaba, el malestar y las ganas de marchar, la asfixiaban más. Sentía que el alma de Roland estaba sufriendo cada segundo que ella esperaba, por lo tanto su alma también sufría. Tras pensar todo aquello volvió a dirigirse a Hershel.

—Tienes razón —dijo asintiendo.

—Ve a dormir —indicó—, te despertaremos para el entierro.

.

.

Rick y Daryl se habían marchado a la pasarela del patio, para hablar sobre la propuesta de Daryl. El Sheriff no estaba de acuerdo, en absoluto, con aquella idea. No es que Mara no le importase, como un miembro del grupo lo hacía, pero debía preocuparse por todos los demás, debía centrarse en proteger aquello que tenían. En otro tiempo, no hace mucho, él mismo se habría ofrecido a acompañarla, pensó, pero aquellas decisiones nunca habían traído nada bueno al grupo. La experiencia le había enseñado a priorizar y permanecer junto a lo que era realmente importante.

—Daryl te necesitamos aquí —evidenció Rick—, no puedes marcharte ahora, sabes perfectamente el peligro que corremos. Necesitamos permanecer juntos y unidos, por si se produce un ataque.

—El gobernador no está por aquí, hemos registrado cada maldito lugar en kilómetros a la redonda —contestó con tono despreocupado —y según Karen, ese cabrón sólo cuenta con dos hombres.

—Eso no lo sabemos, podría estar reuniendo un grupo mayor... —alegó Rick.

—Podría... pero ella NO sobrevivirá sin ayuda —contestó.

—Daryl, ¡por Dios! Céntrate en lo prioritario.

—No volví a por Andrea(1), porque lo prioritario era buscar un lugar seguro, y la perdimos —recriminó Daryl.

—Ella no es Andrea, ni Sophia... —dijo intentando no subir el tono de voz.

—Rick, no quiero discutir contigo, nadie ganaría —sentenció con sinceridad, rascándose la frente—, pero dejarla irse sola es condenarla.

Flor Eterna © (The walking dead 3.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora