Traslado

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Traslado

En el parque de bomberos todo el mundo recogía y preparaba todo lo necesario para marcharse, repartiendo algunos enseres con el grupo que se marcharía independientemente hacia el norte. Mara no podía evitar preguntarse qué llevaría a aquel hombre decidir arriesgar a su familia a un viaje incierto renunciando a un refugio seguro, pero no encontraba una respuesta.

—Hay más niños, y no queda ningún preso —explicó la joven sin poder evitarlo —. Realmente es muy seguro.

La mujer a su lado se giró y le sonrió amablemente, para mirar a su marido dejando que él contestase.

—Eso ya nos lo han explicado —dijo el hombre —. Esto ha sido precipitado, pero teníamos pensado irnos al norte en poco tiempo, así que... sólo se han adelantado las cosas.

—¿Por qué? — no pudo evitar preguntar.

—Por un futuro mejor para ellos —contestó, volteando a cabeza para mirar a sus hijos, dos niños rubios de unos diez y siete. Pero cuando volvió a mirar a la joven vio en su expresión que no entendía lo que quería decir —tenemos información sobre un lugar al norte donde aún se conserva la civilización, lejos de los muertos y...

—Todos hemos escuchado esas historias, pero son mentira, quimeras —Alegó ella, sin disimular el asombro que sentía ante la explicación —. No existen esos sitios, ni los barcos que zarpan de Florida hacia Cuba, ni la ciudad segura de Canadá o Alaska.

—Esto sí lo es, hasta Five lo cree —afirmó el hombre.

Mara le escuchó incrédula, pero no dijo nada más. Cuando terminó de empaquetar unas mantas se fue en busca de Vicent y explicaciones, pero en su lugar solo encontró a Elena en el comedor.

—Hey, ¿has visto a Viz? —preguntó la joven.

—Ehh.. ¿a Five? Sí, está abajo con tu chico... querían discutir algo sobre las puertas o algo así... ¿Por qué, hay algún problema, Mara?

La joven se sintió rara al escuchar que se refería a Daryl como su chico, pero le gustó oírlo, aunque la intranquilizó que se encontrasen discutiendo sobre algo, pues conocía bien a ambos.

—No, sólo quería hablar con él sobre ese sitio al norte al que se dirige esa familia —comentó.

—¿Por qué, te interesa ir? —preguntó animada.

—No, ese lugar no existe —sentenció—, no sé quién lo habrá dicho pero...

—No se trata de que alguien nos lo contase, tenemos varias fuentes que hablaban de él, incluso una llamada por radio contactando con supervivientes —explicó seria, cruzándose de brazos frente a ella —. Es lo más certero que hemos encontrado en meses, y es normal que haya quien quiera arriesgarse.

—Pero...

—Si ellos quieren ir no podemos impedírselo, es su decisión —interrumpió—. No te preocupes por eso, es más no te preocupes por nada... Estás agotada, se te ve en la cara. ¿Por qué no te das una ducha, cenas algo y descansas? Aún queda agua en los baños, ven te acompaño.

Sin darle tiempo a negarse, Elena la cogió de la muñeca y la llevó hasta los baños, quería acabar con esa conversación cuanto antes. En apenas cinco minutos le dejó preparada el agua, albornoz, toallas y ropa para que la joven hiciera lo que quería sin objeción, y se marchó de nuevo a seguir organizando el viaje.

.

.

Ambos hombres examinaban los portones de entrada a las cocheras, en el piso inferior, comprobando como se podían extraer. Vicent tenía la idea de quitarlas y llevarlas a la prisión, para ponerlas en la entrada, entre las dos empalizadas de madera.

Flor Eterna © (The walking dead 3.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora